Creepypastas: el miedo siempre encuentra formas de expandirse
Nadie recuerda bien cómo empezó. Tal vez fue un juego, un experimento, un taller más en la Biblioteca Comfama Cristo Rey. Algo inocente. Algo que no tendría consecuencias. Pero entonces alguien habló del miedo: ¿Qué nos asusta? ¿Qué relatos escuchamos en nuestra infancia que nos hicieron temblar? ¿Cómo el terror se insinúa en nuestra cotidianidad? Así, el grupo de integrantes de Laboratorio al barrio se integró en el fenómeno de las creepypastas, esas narraciones virales que han revolucionado la narrativa del horror en internet. La oralidad digital, el anonimato y la inmediatez de estas historias revelan cómo el miedo se renueva en cada generación.
En 2024, la propuesta creativa de Laboratorio al barrio se centró en convertir las historias locales de tradición oral en relatos fantásticos y llenos de misterio. Los participantes se lanzaron a la aventura, explorando narrativas en formato de pódcast. De esta manera tomó forma sonora la historia de unos guardianes sobrenaturales que protegen un antiguo tesoro en el Cerro Nutibara, la de una misteriosa figura sin cabeza que desciende desde el cementerio Campos de Paz montando en una mula negra, la de un encuentro con lo desconocido que oscila entre una alucinación y un posible avistamiento de OVNIS, y la de un músico que se presentó en las instalaciones de la disquera Codiscos poco antes de su fallecimiento.

Tres autoras latinoamericanas que escriben terror
Tres escritoras latinoamericanas esenciales en el género del terror fueron referentes y fuentes de inspiración para el ejercicio de transformar las historias orales en pódcast: Mariana Enríquez, Mónica Ojeda y María Fernanda Ampuero. Sus cuentos invitan a recorrer pasillos oscuros, casas en ruinas y habitaciones donde el horror se encuentra en lo cotidiano.
La casa de Adela, de Mariana Enríquez
En los cuentos nos detuvimos para analizar cómo sonarían ciertas situaciones si los cuentos se llevarán al estadio del podcast. En La casa de Adela, Mariana Enríquez incorpora elementos sonoros que refuerzan la atmósfera inquietante del cuento y contribuyen al desarrollo de la historia. Dice el cuento:
¿Cómo podría ser representado sonoramente ese zumbido sin que se confunda con el de un mosquito? Tras la desaparición de Adela, el silencio empieza a jugar un papel crucial en la historia, ya que esta pausa suscita una sensación aterradora e inquietante: ¿la casa se tragó a Adela?
Cabeza voladora, de Mónica Ojeda
Este es uno de los relatos más macabros y sórdidos del libro de cuentos Las voladoras de Mónica Ojeda. En este cuento, el sonido constituye un elemento esencial para intensificar el horror y sumergir al lector en un ambiente absurdamente violento. En el cuento, se describe una pavorosa escena que involucra el sonido de una cabeza golpeando contra la pared. Este pasaje ilustra vívidamente la brutalidad del acto y el horror que experimenta la protagonista:
Subasta, de María Fernanda Ampuero
En el cuento Subasta de María Fernanda Ampuero, el sonido es crucial para intensificar la tensión hasta el punto de la desesperación. Estos elementos sonoros no solo describen el entorno, sino que también profundizan en la experiencia emocional de la protagonista, sumergiendo al lector en una violenta y visceral realidad que enfrenta:











