La gente que cuenta

Cosmogonía del Pueblo Gunadule (Kuna)

Cabecera artículo Cosmogonía del pueblo Gunadule
Cosmogonía del Pueblo Gunadule (Kuna)
Te demoras 0 minutos leyendo esta noticia

Escrito por: Maria Fernanda Urueña.

Los Gunadule, también conocidos como kuna, dules, tules o cuna,  son un pueblo indígena que habita el territorio desde mucho antes de la conquista europea, lo cual hace que tengan un gran conocimiento que fortalece su cultura. Durante la colonia, los cronistas los narran desempeñando un papel muy importante en el comercio de cacao, quina, raicilla. Actualmente viven en Panamá y Colombia. En Panamá viven cerca de 80.000 habitantes gunadules, la mayoría habita en las islas del archipiélago de San Blas sobre el mar Caribe y otros ocupan las comunidades de Púcuro y Paya, en el territorio ancestral Dagargunyala (Darién), muy cerca a la frontera con Colombia. En Colombia habitan 2.610 gunadules distribuidos en dos resguardos: Maggilagundiwala, en Arquía, Chocó, e Ibgigundiwala, Caimán Nuevo, sobre la región del Golfo de Urabá, en Antioquia. El resguardo de Caimán Nuevo, se divide en tres comunidades: Caimán Bajo, Medio y Alto. Son jurisdicciones político-administrativas de los municipios de Unguía, Turbo y Necoclí. 

En el pasado, el territorio Gunadule comprendía todo el Darién y la zona de influencia del Golfo, caracterizándose principalmente como un pueblo de selva. Sin embargo, la colonización y las enfermedades fueron acabando con la población y haciendo que se desplazaran a otros territorios como los que habitan actualmente en los dos países. Si bien existen divisiones políticas y administrativas nacionales o departamentos, los Gunadules se reconocen en su totalidad como una sola nación. Sin importar si algunos viven en la selva y otros en el mar, si los divide una frontera que convierte a unos en panameños y otros en colombianos, inclusive, en chocoanos y antioqueños, se siguen reconociendo como los mismos. 

Su organización política la lideran los Caciques locales: saglas o sailas, quienes son guías espirituales y líderes de la comunidad; también cuentan con colaboradores que cumplen distintas funciones políticas, administrativas y tradicionales; finalmente, los Neles o chamanes tienen una función de vigilancia y control sobre los caciques o saiglas. Las historias y sus tradiciones culturales en común, su lengua, sus lazos de parentesco y la constante movilidad entre poblaciones Gunadule de los distintos territorios, contribuyen enormemente a mantener un sentimiento de unión y a fortalecerse como una nación propia.

La forma como los Gunadules ven el mundo o su cosmovisión, ha permanecido sin muchos cambios pese a todo lo que ha pasado en sus territorios. Tanto las prácticas cotidianas, como su relación con la naturaleza y sus historias ancestrales están en estrecha conexión con su manera de ver el mundo. Para ellos el universo tiene 12 capas, una encima de la otra, en cada una de las cuales se ubican bien sean los antepasados míticos, los espíritus de los animales y las plantas, o los espíritus de la enfermedad. Estas capas se conectan por un río que las atraviesa, de esta manera los Neles, entidades chamánicas de esta cultura, viajan a través de él y son los encargados de hacer las negociaciones con los seres dueños de los animales y las plantas, esto con el fin de determinar las temporadas de caza o de agricultura. 

Para los Gunadule el concepto de Purba es uno de los más importantes, este se asemeja a la idea de “alma” en el pensamiento occidental, con la particularidad de que cada ser de la naturaleza, bien sea en estado vivo o muerto (como las cosas) poseen Purba, y no solamente los humanos.

Es por esta razón que todo aspecto material tiene una contraparte espiritual que forma parte de su esencia. Mediante las labores cotidianas como la caza, la pesca, la realización de Mola, las tradiciones culturales, entre otras, las personas del pueblo adquieren las Purbas de los seres  con los que interactúan. Cada presa aporta al cazador o al pescador una serie de purbas, que las mujeres también adquieren en sus labores cotidianas. De esta forma, las personas aseguran un buen destino del alma humana después de la muerte, es decir, que por medio de desempeñarse bien mientras están vivos, cumpliendo las normas culturales y las actividades tradicionales, se provee a hombres y mujeres de un capital que  les servirá en el cielo, después de la muerte.

Esta conexión en el día a día con sus creencias y tradiciones, fortalece sus actividades comunitarias y ha permitido que su cultura hoy en día aún se mantenga, así como la estrecha relación que mantienen con la naturaleza, una relación de equilibrio donde la naturaleza no es un agente externo con el que interactúan, sino que la Madre Tierra en sí misma es un todo del cual los Gunadule son solo una parte. Como pueblo asumen  la responsabilidad de equilibrar y proteger su relación con la naturaleza, los animales y las plantas. Sin embargo, la tensión producida por la modernización y las condiciones económicas externas, como el salario, es creciente y la comunidad ha tenido que entrar a negociar con estas nuevas dinámicas que traen consigo cambios culturales y naturales importantes. 

Los Gunadule también han encontrado prácticas que permiten y fortalecen su unidad como pueblo y que se relacionan directamente con su propia cosmovisión. El trabajo comunitario que realizan principalmente los hombres es un medio para mantener las relaciones sociales entre indígenas y obtener beneficios colectivos, a la vez que mediante las actividades se adquieren purbas. También, las fiestas que se celebran con ocasión a los ciclos vitales durante  la vida de una muchacha, son muy importantes a nivel de la comunidad y de la familia, porque sirven para aumentar la cohesión social entre el pueblo, mediante la repartición de alimentos y labores, así como la reciprocidad de servicios prestados.

Estos momentos vitales de la mujer son: desde su nacimiento hasta antes de los dos años, en donde se perfora la nariz para ponerle la nariguera de oro, y el segundo es con motivo de la primera menstruación que se celebran dos fiestas a las mujeres púberes. La primera cuando le llega por primera vez y la segunda a los 6 meses o al año, aproximadamente. Estas dos fiestas se llaman respectivamente surba inna y naboed inna. En ambas ocasiones la niña es recluida en un ranchito donde solo es visitada por las mujeres de la comunidad, se le corta el pelo muy corto y tiene restricciones alimentarias. En este tipo de celebraciones la comunidad fortalece su carácter colectivo y mantienen vivos valores importantes de la cultura. 

El dulegaya (dulegagga) o gunagaya (gunagagga) es la lengua del pueblo Gunadule, una lengua perteneciente a la familia lingüística Chibcha, con estructura propia y sonidos que entretejen los significados de la vida y la memoria. Todos los saberes ancestrales del pueblo como los cantos sagrados, la medicina tradicional, el conocimiento para la elaboración de las Molas, entre muchos otros, han sido guardados y transmitidos por los abuelos y las abuelas de generación en generación a través de la palabra oral. Desde la palabra han podido conocer el pensamiento botánico, astrológico, matemático, político, y filosófico de su propio pueblo. Las narrativas Gunadules acompañan cada aspecto de la vida en la comunidad, con ellas demuestran que sus historias importan y que son una memoria sagrada que les permite analizar sus propias existencias y entender su relación con el mundo en el que viven.

Actualmente el pueblo Gunadule es un referente de resistencia política, social, cultural y ambiental en el territorio colombiano. Parte de sus territorios han pasado a manos de concesiones mineras y bananeras. También, históricamente han estado en medio de disputas entre grupos armados ilegales, como guerrillas y paramilitares, y sus tierras han sido utilizadas como corredores del narcotráfico, impidiendoles movilizarse libremente por sus territorios. Hoy en día continúan resistiendo frente a las dinámicas violentas que los amenazan, luchan por su soberanía como pueblos y por mantener vivas sus tradiciones y sus creencias. También navegan con el cambio, abriéndose a nuevas posibilidades de convivir con lo que viene de afuera y con las innegables transformaciones ecológicas y climáticas en las que todos estamos inmersos. Su fuerza hoy recae en la importancia de reconocerse como un pueblo fuerte y temerario, reconociendo las luchas de sus abuelos, y su conocimiento y sabiduría como elementos de orgullo que fortalecen a la nación Gunadule. 

Referencias