Exposición

Tocar, latir, un relato de las resistencias

Esta exposición se encuentra en la galería del Parque Cultural y Ambiental Otraparte desde diciembre de 2022 hasta el 12 de mayo de 2023. 

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Tocar, latir, un relato de las resistencias

¿Cuál es nuestra imagen de la belleza? La pregunta es inquietante, sin duda. Para responderla es usual que se recurra a representaciones visuales o a nombrar experiencias personales, convirtiendo a la belleza en una confesión de intimidad. En 1986 Sophie Calle visitó un instituto en París en el que pudo hacerle la misma pregunta a personas ciegas de nacimiento. De tales conversaciones surge una exposición llamada Blind, la cual consiste en una serie de fotografías que recogen las respuestas que algunas de estas personas le dieron a Sophie. 

La misma pregunta funciona como pretexto, treinta y seis años después, para el encuentro de cinco mujeres: Juliana, Omaira, Cristina, Andrea y Yubely. Pero muy pronto es evidente la urgencia de hacerse otras preguntas, de asegurarse que no sea la falta, sino la afirmación la que oriente el sentido de la conversación que empieza a gestarse: ¿Qué nombrar, entonces, además de la discapacidad? Encuentran pronto una respuesta: La resistencia. Pero, ¿en qué consiste resistir? En que los cuerpos que otros han intentado borrar se conviertan en latido, sensualidad.  

De modo que la exposición Tocar, latir, de la artista Juliana Gómez es una composición fotográfica que acoge las palabras y las imágenes que fueron surgiendo en medio de las conversaciones que Juliana sostuvo con las otras cuatro mujeres. Cuerpos como fragmentos de luz, rostros sobre los que se traza una cartografía de la caricia, manos que parecen querer sostener el sol.  En un texto publicado sus redes sociales (@junospace_) en el que presenta la exposición, la artista cuenta:

Llegué preguntándoles por la belleza, por la imagen de la belleza, pero me quedé a resistir con ellas desde su belleza. Las fotos, el maquillaje, las atmósferas y la ropa que les describíamos y ellas palpaban antes de usarla, son el ritual, el momento, el espacio, para dejar que la belleza entrara y nos dejara a todos con la necesidad de cerrar los ojos y sentir con intensidad lo que se mueve adentro.

Esas imágenes, que ya nos hablaban de la poesía, se hicieron poema y acompañan la exposición escritos en Braille. El conjunto nos sugiere un sentir común, traza un vínculo entre la diversidad y, sobre todo, resiste ante los discursos totalizantes que quieren darle una forma precisa, ajustada, a la belleza, al cuerpo, a la mujer.  

Así empieza Yubely el texto que abre la exposición:

Hay una imagen que falta en tu mirada, si estuviera aquí retendrías en tu retina el gesto expectante de una mujer que observa, que atesora filamentos de piel, memoria y sueños distintos de los suyos. Guardarías también detalles de otras cuatro mujeres que acunan, orientan y dialogan con la mirada de ella, que observa. Cada fogonazo de luz y sombra que contemplas en estas fotografías es el vestigio del latir común que sostuvo nuestra ceremonia: reconocimos nuestras pieles como los recodos de un río que nos toca. Juntas lo llamamos sensualidad. Juntas inventamos su paisaje. Juntas construimos un lenguaje para decir sus texturas, su misterio. 

Poros que juegan con la lengua del sol. 

Dedos que encienden la hoguera de una cabellera suelta. 

Manos que cultivan la suavidad de la piel que les ha sido dada. 

Las mejillas, el mentón, la punta de la nariz, como manantiales que celebran su geometría. 

Nuestra resistencia consiste en ser caricia, ser latido. 

Acariciar, palpitar. 

Eso es todo, eso somos todas.