Boletín de recomendados

Historias que aprenden a respirar

Boletín de recomendados, marzo 2025.

Cabezote Lecturas Recomedadas Marzo   Cine de animación
Historias que aprenden a respirar

Cuando Calabacín perdió a su madre, su mundo se redujo a una palabra mal pronunciada y a una maleta con pocas cosas. No tenía nada y, sin embargo, en el orfanato encontró un universo: niños que coleccionaban cicatrices como estampillas, risas quebradas pero enteras, afectos que crecían como ramas torcidas. Aprendió que la tristeza puede ser un refugio, que las sombras no siempre devoran, que la risa —cuando es sincera— sabe a hogar. La vida de Calabacín no es una historia animada, es una historia que aprendió a respirar gracias a la animación. Su trazo sencillo, su color suave, sus personajes de plastilina con miradas enormes están tan vivos como cualquier atardecer. No hay exageración ni artificio, solo la honestidad de gestos pequeños.

La animación es eso: el arte del gesto mínimo. Una casa de papel donde caben todas las emociones, un lápiz que puede darle materia a lo intangible, la mirada infantil que permanece por más que crezcamos. La animación remite también a los orígenes del cine. El séptimo arte nació como un truco de magia. Un sombrero sin fondo de donde salían trenes a toda velocidad, lunas con rostro y planetas por conquistar. Un día, Georges Méliès descubrió que el truco no estaba en la imagen, sino en lo que podía hacer con ella: moverla, estirarla, reinventarla. Así nació la animación, ese arte de insuflar vida a lo inerte, de transformar un dibujo en latido, un trazo en destino.

Lo que luego se conocería como la primera película de la historia no la dirigió un hombre, sino una mujer. Cinematográfico, libro de Gema Sirvent y Ana Pez, recurre a la figura de esa mujer, Alice Guy-Blaché, pionera del séptimo arte, para mostrar cómo las imágenes cobraron movimiento. Desde los Lumière hasta el cine digital, este libro desenrolla la historia del cine como un carrete infinito: los ángulos, los planos, la edición, los trucos que hacen que una historia deje de ser solo una historia. Una carta de amor a la imaginación en movimiento.

Hoy, cuando el Festival de Animación Comfama vuelve a encender las pantallas en El Retiro Antioquia, recordamos que imaginar es también una forma de actuar. Volvemos a Estudios Ghibli y Pixar, a los objetos imposibles de Alice Guy-Blanché, al cine que transforma y al cine que sueña.