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Leer para pensar: la experiencia de un club de lectura para la paz

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Leer para pensar: la experiencia de un club de lectura para la paz

¿Cómo construir la paz en un país que parece destinado a la guerra? Diario de Paz se ha puesto en la tarea y desde 2017, bajo la consigna de hacer un periodismo distinto que mostrara el contrapeso del dolor y la desesperanza, abrió un espacio independiente para leer y escribir la paz. Su fundadora, Koleia Bungard, es una periodista de la Universidad de Antioquia, radicada en Estados Unidos, que cree en el poder de la conversación diversa y plural para lograr abrazarnos algún día en la comprensión, el afecto y el respeto por el otro

Como medio de comunicación alternativo, liderado por un equipo apasionado que dispuso sus propios recursos para el desarrollo del proyecto, Diario de Paz ha visibilizado personas, iniciativas y experiencias admirables e inspiradoras que, sin lugar a dudas, han descubierto a una Colombia que, aunque compleja, aún no se rinde. 

En febrero de este año, antes de la pandemia, Diario de Paz lanzó una estrategia novedosa y contundente: un club de lectura virtual. ¿Qué leer y para qué leer? La idea fue hacer que los colombianos de todo el mundo y de diferentes edades, disciplinas, regiones e intereses conformaran una comunidad para conversar sobre el país que nos une, entendiendo en el diálogo y en la lectura crítica una forma de explorar nuestra historia y nuestra realidad. 

👉Conoce nuestros clubes de lectura.

—Profesor Cristian Silva y sus estudiantes de Huila—

Con un poco de incredulidad, Koleia, organizadora del club, manifiesta que la iniciativa iba a reunir a máximo cien personas, pero, al día de hoy, la cifra asciende a los siete mil setecientos inscritos. Bajo el reto de diez libros en 2020, miles de personas se han propuesto la lectura de las siguientes obras de la literatura colombiana: La vorágine (1924), La casa grande (1962), Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón (1975), A lomo de mula (2016), La perra (2017), La hojarasca (1955), El olvido que seremos (2006), Delirio (2004), Los ejércitos (2007) y Changó, el gran putas (1980). 

Para la selección de estas obras se tuvieron en cuenta criterios como el valor literario, la facilidad de acceso y el trasfondo histórico de cada narración; de aquí que se hayan acomodado las fechas para permitir conversaciones constructivas sobre efemérides, momentos cruciales de la historia de nuestro país o regiones invisibilizadas

El disfrute natural de la lectura

¿Leer es difícil y aburrido? Koleia reconoce que la obligación en la lectura ha hecho desaparecer el disfrute que debe ser natural, emocionante, inspirador, por lo que en este club de lectura hay un principio fundamental: la libertad. Se propone una lectura que parta de la curiosidad, del deseo de leer conjuntamente, de la pasión por la literatura. Esta idea ha permitido, por ejemplo, descubrir lectores primerizos, inspirar en los estudiantes de los colegios rurales y urbanos, que se han unido al reto, no solo la lectura de una novela, sino el anhelo de leer varias novelas y despertar la solidaridad de algunos participantes para hacer llegar los libros del reto a una escuela en la que no tenían posibilidades de acceso a las obras, pero sí un interés entusiasta e inquieto.

Con relación a la metodología del club, se realizan tres encuentros virtuales cada mes. El primero, que sucede siempre el primer día del mes, corresponde al lanzamiento del libro. Esta sesión dura alrededor de una hora y en ella se leen las diez primeras páginas de la obra. Durante estos quince días iniciales se van identificando lectores que quieran participar del próximo encuentro, por lo que en la mitad del mes se reúnen, a través de YouTube, alrededor de cuatro o seis personas para compartir sus percepciones y sus reflexiones sobre la narración con los demás miembros del club. El último encuentro se realiza cuando la obra está leída en su totalidad y se procede con la misma dinámica de los lectores invitados. La interacción entre los participantes se da por medio del chat en vivo, en el cual se reconocen como parte de esta comunidad y se afianzan esos lazos de afecto generados durante el proceso.

-Profesora Carmen Hernández y estudiantes en Guavatá, Santander-.

El reto de escribir con libertad

Sin duda alguna este club tiene algo único y particular, pues como parte de su estrategia no solo está la promoción de la lectura, sino también la promoción de la escritura. Todos los participantes tienen derecho a opinar, a reflexionar y, por supuesto, a escribir. Por cada obra leída se hace la invitación a la construcción de artículos, algunos de los cuales se editan y se publican en el portal. En lo que va corrido del año se han publicado más de doscientos textos, los cuales se han ido agrupando para conformar un especial para cada libro. Adicionalmente, se presenta un escrito que recoge las respuestas textuales de los lectores a la siguiente pregunta: ¿Qué aprendimos sobre Colombia leyendo esta obra? Una oportunidad necesaria para develar los nexos entre la literatura y la sociedad, mirando lo que hemos sido y somos como país.

Luego de toda esta maravillosa e inesperada experiencia, han quedado muchas lecciones aprendidas que pueden servir de ejemplo para los clubes de lectura de Comfama y del país. 

¿Qué debe tener un club de lectura?

Para Koleia es indispensable, en primer lugar, un plan y una metodología clara; este plan debe definir la periodicidad de los encuentros, las obras a leer, el moderador, la forma de socializar las obras y los detalles técnicos y logísticos. También es importante el rol de dicho moderador, pues es quien inspira empatía y familiaridad entre los participantes, el que levanta los ánimos, el que presenta las lecturas y genera conexión con ellas

Por último, enfatiza Koleia, no hay que tomarse el asunto muy en serio, es decir, cuando el estrés, la preocupación o la obligación comienzan a suprimir el goce y el disfrute, se pierde esa conversación libre y voluntaria característica de un club, de una tertulia, por lo que, si bien la misma dinámica irá generando unas reglas, este espacio debe permanecer siempre con la puerta abierta para que los lectores salgan y entren cuando lo deseen

Además, Koleia subraya un hecho muy relevante y esperanzador y es que la gente sí lee; con una buena metodología y un entusiasmo movilizador una persona que nunca había leído, se lee diez obras e, incluso, escribe sobre ellas. También reflexiona que la deserción no significa fracaso, sino que es muestra de la libertad de pensamiento y de la experiencia personal de lectura, por lo que debe entenderse como parte del proceso. Estos apuntes dejan más preguntas que respuestas, más motivos que preocupaciones, más posibilidades creadoras que ánimos decaídos. 

Las bibliotecas están llamadas hoy a cobijar a todos los lectores: a los que aún no saben que lo son, a los que ven en la literatura un pasatiempo, a los que leer les apasiona y a los que miran el mundo literario desde la academia, generando y enriqueciendo con ellos conversaciones que nos permitan pensarnos, incomodarnos, soñarnos y, en últimas, transformarnos. Acciones como las de Diario de Paz abren el horizonte para entender nuestro impacto en el mundo y para reconocer que, a través del encuentro entre diferentes, podremos ir construyendo ese país que anhelamos.

Por: Jineth Escobar