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Margarita García Robayo, escribir con honestidad brutal

Margarita García Robayo
Margarita García Robayo, escribir con honestidad brutal
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La autora contemporánea escribe a Latinoamérica sin miedo. Hablando desde la inconformidad invita a sus lectores a pensarse en una sociedad donde se dejan de esconder los dilemas de la intimidad familiar, el género y la identidad.

Margarita García Robayo es un nombre que ha recorrido el mundo en la portada de novelas y libros de cuentos traducidos a más de nueve idiomas, sin embargo, la persona a la que le pertenece es especialmente reconocida en Colombia, su lugar de nacimiento; y Buenos Aires, Argentina, donde reside actualmente. Ella utiliza ambos lugares como escenarios para desarrollar sus historias, pero el público latinoamericano tiene más razones que la geografía para sentirse cautivado por sus obras.  

La escritora cartagenera pone a sus personajes en situaciones cotidianas con la intención de romper estándares culturales a los que nuestras sociedades latinas nos han acostumbrado. Se pregunta por la necesidad de un orgullo nacional, cuestiona la intocable unidad familiar, habla sobre el lado que calla la maternidad, intenta desmentir todas esas historias maquilladas por el miedo al qué dirán. Su escritura es para una Latinoamérica de apariencias, un lugar donde no se puede resignar a la conformidad o el silencio.  

En su obra, Margarita García Robayo ha explorado diversos géneros, desde el ensayo en su libro de textos breves Orquídeas; el cuento, en las compilaciones Hay ciertas cosas que una no puede hacer descalza, Las personas normales son muy raras, Primera persona y el ganador del Premio Literario Casa de las Américas 2014, Cosas peores; y la novela, en títulos no menos galardonados como Lo que no aprendí, finalista del Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana 2015, Hasta que pase un huracán y Tiempo muerto. En el ámbito internacional también ha recibido importantes reconocimientos. La traducción de algunas de sus novelas y cuentos, Fish Soup, de la editorial Charco Press apareció en el listado “Books of the year” 2018 del famoso diario The Times y la traducción de Cosas peores, Holiday Heart, recibió el premio English PEN award en 2020. 

Portada de los libros premiados de Margarita García Robayo, Holiday Heart, Fish Soup y Cosas peores.

Contra las explicaciones a medias  

Sus libros son tan reveladores en el manejo de los vínculos interpersonales y la inconformidad de sus protagonistas como lo son narrativamente. Para García Robayo la experimentación y la escritura van de la mano. En su novela Lo que no aprendí, se relata una historia familiar desde el punto de vista de una niña, que al convertirse en mujer borra los recuerdos vividos en su infancia. Esta obra reflexiona sobre los secretos familiares, la manera como una historia se vuelve otra cuando se tiene en cuenta la perspectiva de todos los que estuvieron allí. La autora logra traducir esto en la estructura narrativa del texto, interrumpiendo las escenas para ser retomadas unas páginas después, y en ocasiones, se interrumpen para quedar en el aire, fragmentadas, similar a lo que sucede en un recuerdo colectivo.

En esta novela, cuando los demás personajes se acostumbran al silencio y la incertidumbre, entra la voz de la niña que lucha contra las explicaciones a medias. 

En su proceso de escritura Margarita García Robayo se devuelve a lecturas para orientar su trabajo creativo, habla de La metamorfosis de Kafka como punto de guía y de autores como Mariana Enríquez, la cual revolucionó el género del terror suscribiéndolo a la cotidianidad, y Lucia Berlin por la originalidad del lenguaje en su obra Manual para mujeres de la limpieza. Se puede decir entonces que la subversión ha sido la fuente de inspiración de esta autora. 

El comienzo de su carrera en el mundo literario, Margarita García Robayo trabajó en la Fundación Gabriel García Márquez donde terminó de afianzar la estrecha relación que tenía con los libros del autor. Sin embargo, su obra, la que empezó a publicar aún trabajando en la fundación, ha tomado un rumbo muy distinto, alejada de la influencia del Nobel colombiano. Su carrera literaria continuó en Buenos Aires donde fue directora de la Fundación Tomás Eloy Martínez y con la colaboración en los periódicos El Universal y Clarín. 

Una atmósfera del realismo mágico

Al ser una joven del caribe colombiano, son innegables los guiños a García Márquez que aparecen en sus propias páginas, ella misma lo menciona en una entrevista publicada en Infobae.com: “Cuando me dicen realismo mágico no puedo sentirme más que aludida, es algo que lo tengo completamente incorporado en el ADN, crecí con esas lecturas, con esa atmósfera del realismo mágico. Es probable que algo de todo eso se cuele en lo que escribo”. 

La autora, que se reconoce como una feminista que no se guarda de hacerle preguntas importantes al movimiento, tiene una larga lista de escritoras para recomendar, Cuentos completos de Marvel Moreno, Sofoco de Laura Ortiz, Conjunto vacío de Verónica Gerber Bicecci, La perra de Pilar Quintana, Somos luces abismales de Carolina Sanín y El fin del amor de Tamara Tenenbaum, son algunas de las obras a las que les ha dedicado un espacio en su perfil de Instagram y en entrevistas.

Si bien la figura de la mujer es clave para el ejercicio de escritura y lectura de Margarita García Robayo, ella no calificaría su escritura como feminista: “Yo diría que es literatura hecha por mujeres”. Sus narradoras, que hasta ahora han sido siempre mujeres, son como un vehículo por el que pueden plasmar los temas que le resultan difíciles, es en el papel donde las injusticias, restricciones, expectativas y la incomodidad tienen un sentido claro y por el que luego se los muestra a sus lectores.