En un barrio, una conversación entre vecinos puede ser la puntada inicial que extiende todo un tejido de saberes y experiencias que se fortalecen a través del compañerismo y la complicidad. En este tejido, se revelan quehaceres comunes, se activan diálogos cercanos, se juntan intereses apasionantes. Este es el caso de la Biblioteca y Centro Cultural Aranjuez, que desde junio de 2019 ha venido mirando a su alrededor y ha descubierto compañeros asombrosos.
Todos ellos decidieron acercarse y juntarse bajo un objetivo poderoso: promover el arte y la cultura en la zona Nororiental de Medellín, y para ello crearon el colectivo El libro de la esquina. El nombre es un arreglo creativo, es una invitación, es un manifiesto de que las esquinas son ahora libros abiertos, de que en ellas se pueden leer las páginas de la ciudad y del mundo y encontrar formas alternativas para andar la calle, para estar en ella.

Este colectivo convocó a los grupos culturales y ciudadanos de toda la zona Nororiental de Medellín y generó espacios de encuentro para pensar y actuar en favor de la cultura. En total, está conformado por quince vecinos que reflejan la diversidad y que se reúnen semanalmente para sintonizar sus esfuerzos, para sentir el vigor de la compañía y para soñar un territorio cargado de música, libros, colores e historias. Sus perfiles abarcan desde los medios de comunicación alternativos como La Cuarta Estación, las bibliotecas como el Parque Biblioteca Santo Domingo o la Biblioteca Pública de Santa Cruz, los grupos audiovisuales como Cinestrato, hasta los recorridos patrimoniales con intervenciones artísticas que recrean la vida del pasado como El Bermejo Mundo de la Calle Abierta.
“Nos reúne la cultura como capacidad de transformación, nos reúnen los intereses para cambiar algunas realidades y construir un mejor escenario para la convivencia, nos reúnen las artes como escenario para mostrarle a otros que hay muchas alternativas”, dice Sebastián Salazar para quien este proyecto se ha convertido en una forma tangible del poder de la cultura.
Ante la violencia, cultura
El libro de la esquina ha ido de rincón en rincón y se ha topado con escenarios poblados de talento, con paredes que narran pasados increíbles, con estanterías que contienen palabras infinitas, con plazoletas donde sucede la magia de las miradas que se topan, pero lo más importante es que ha conocido a la gente pujante, a la gente que desea sumarse para construir otros caminos.
“La zona Nororiental de Medellín es un ejemplo para toda la ciudad. Hace algunos años, cuando teníamos crisis de violencia y había unas fronteras invisibles que no podríamos cruzar, surgieron unas organizaciones de teatro, de danza, de música que rompieron con esas barreras y cruzaron de un barrio a otro bailando, pitando, brincando, diciéndoles a los violentos que eran imparables”, relata Sebastián con el convencimiento de que la ciudad entera debe aprender de estas historias de valentía y resignificación.

La agenda de este colectivo está dispuesta para todos los públicos y para todas las edades. Organizan bazares, festivales, conciertos, recorridos guiados, talleres y conversatorios en los que cada integrante aporta su esencia y su experiencia. “Uno de los eventos más memorables fue cuando hicimos un precioso encuentro en la cancha de la Polvorera. Cada uno puso un poquito de su quehacer para alegrar a esta población, que se ha visto muy afectada por la pobreza y la violencia, con artes escénicas, música, cuentería, lecturas”, confiesa Sebastián.
El encuentro en lo digital
Debido a que durante la pandemia los ojos se privaron del contacto con otros, se inventaron una nueva forma de estar cerca entre ellos y con la comunidad. Empezaron a emitir cada semana El libro de la esquina radio. En este espacio resuenan las voces del arte, del activismo, de la ciudadanía, de los inconformes, pero también de los conformes. El propósito de este espacio, según Sebastián, es “conversar sobre temas de ciudad, sobre temas puntuales, y divulgar las experiencias propias y de terceros para aprender de ellas”.
Estos encuentros en honor a la palabra han permeado otros canales como las redes sociales y las plataformas digitales bajo el nombre de conversaciones DeMentes. El nombre hace alusión a esas otras vocaciones que hace muchos años habitaron el espacio de la actual Biblioteca y Centro Cultural Aranjuez: resulta que en 1892 se inauguró allí un manicomio departamental. Estos espacios se transmiten a través del Facebook Live y el canal de Youtube de Comfama y por ellos han pasado muchos actores sociales de la Nororiental.
El libro de la esquina está convencido de que imaginar, crear y materializar las ideas son labores que en conjunto salen mejor, por lo que “celebra la juntanza para sumar las voces, para ayudar al otro, para trabajar fuerte y articuladamente por el territorio, para recorrer y conocer los barrios, para sembrar la esperanza y avivar los ánimos”, concluye Sebastián.

