Hace dos años, en 2018, empezaron los talleres de creación literaria de las bibliotecas Comfama. Once grupos distribuidos en el Valle de Aburrá y algunos municipios cercanos han consolidado un espacio de discusión alrededor de la escritura, el arte, la verdad y la mentira. La participación es abierta y libre. Los grupos acogen niños, jóvenes, adultos y plenarios que comparten lecturas y fortalecen vínculos de camaradería y amistad al abrigo del amor por las historias.
El trabajo constante ha dejado mucha tinta vertida en el papel y bastantes resmas de historias, poemas, inicios de novelas, cuentos, anécdotas entre otras piezas literarias creadas a partir de los ejercicios que se proponen en cada sesión. De hecho, en los últimos meses, Juan David Jaramillo Londoño, escritor que guía los talleres, se dio a la tarea de hacer una selección de textos para una hermosa publicación que Lecturas Comfama presentará durante la Fiesta del Libro y la Cultura.

Le pedimos a Juan David que nos contara con sus propias palabras esta experiencia y esto fue lo que escribió:
Una voz y vos
En el Taller de Creación Literaria decimos que «La Literatura es el acto de mentir bellamente». Y de verdad lo pensamos así. En estos tiempos en los que la mentira está tan desprestigiada —con justa causa— nosotros intentamos reivindicarla como mecanismo de la ficción. Es decir: no proponemos la mentira como instrumento para hacer daño sino para crear posibilidades, alternativas en un mundo en el que todo el tiempo nos dicen que no las tenemos ya. Por eso insistimos en ajustar la verosimilitud en las creaciones que nacen en el taller. Sabemos que un texto escrito con verosimilitud puede dar cobijo, hogar y esperanza a quien no los tiene. Y también una voz que, si nos ponemos en minucias, son muchas voces: las de los narradores y las de los personajes —ambos de papel— moldeados como voz expresiva de un autor, que apaga la propia —de carne y hueso— para que vivan y respiren sus creaciones que, se espera (o esperamos en el taller que así sea) puedan vivir libremente e, incluso, en oposición a su visión de mundo estética, ética, moral, política, espiritual, etc.
Y no entendemos esto como apología de nada, vale aclarar, nuestra búsqueda de historias pretende contemplar todos los matices de lo humano. Alimentar la empatía. Porque escribir es una pregunta por el otro. Decimos que yo es otro. Aramos caracteres, frases, párrafos, capítulos para entretejer un territorio sentimental en el que puedan cosechar otros. Sobre esa trama y urdimbre hermanadas se sostienen nuestros universos imaginados. Y vaya que cuesta ararlos, entretejerlos, sostenerlos. Cada surco, cada era es un esfuerzo. Porque la escritura es una lidia. Una dificultad que enaltece. Una labor que requiere constancia y esfuerzo y que está aupada por la esperanza.
En 2018 el taller de creación literaria de Comfama se nombró luego de una corta reunión en una cafetería y luego en una biblioteca de la ciudad. Pudimos ponerla en boca de unos cuantos al inicio y en muchos luego de dos años de existencia (y esperamos que así continúe). Pero no fue algo espontáneo. Es y ha sido una sucesión de voluntades. El impulso invisible de cientos de manos de mujeres y hombres que han permitido que la literatura nutra sus esperanzas y las de los demás. Al día de hoy, en las bibliotecas de Aranjuez, Bello, Caldas, La Ceja, la cárcel de la Ceja, El Claustro, Itagüí, Otraparte, Pedregal, El Pinal, La Pintada nos hemos reunido junto con niños, jóvenes, adultos y adultos mayores a nombrar, hacer y compartir lo literario, como alternativa, una vez por semana, transformando personas, intereses y espacios. Y, aunque por el contexto de la presente pandemia debimos transformarnos de taller presencial a virtual, nuestro «espacio» sigue siendo de libre ingreso.
Se preguntara usted quién cuenta esta historia. Le puedo adelantar que es la voz de un narrador en primera persona, un narrador protagonista. ¿Es verosímil esta voz, creíble; a quién le está hablando? Estas son las cosas que nos preguntamos en el Taller de Creación Literaria de las bibliotecas de Comfama. ¿Qué tal si lo resolvemos con usted en la próxima sesión? Solo necesita tener despierta la capacidad de asombro. Y que la vida le retumbe tan fuerte que quiera hacer vibrar a los otros.