Cada fresa mojada por el rocío del cielo es un poema y, cada ceiba, una canción que honra el grito de la libertad. Así, una a una las plantas cuentan historias y hacen del bosque, la selva y el valle una biblioteca de relatos que contiene el devenir de la Tierra y las preguntas humanas.
Bajo los guayacanes nacidos en Envigado, los mismos que inspiraron las profundas reflexiones espirituales y filosóficas del maestro Fernando González, hoy el Parque cultural y ambiental Otraparte busca honrar y celebrar a la naturaleza como testigo, detonante y compañía atemporal de las narraciones que nos configuran.
Por eso, partiendo del legado de pensador antioqueño, el Parque comenzó a construir desde abril de 2020 una biblioteca cuyos libros son plantas colombianas, esas que curan los males, alimentan el cuerpo, bendicen las ceremonias y multiplican la vida embelleciéndola. Juan Pablo Franco, historiador de la Universidad Nacional y facilitador de nuestra biblioteca, impulsa diversas iniciativas que vinculan la biodiversidad del país con la literatura.
Antes de la llegada de la pandemia, convocó a diversos visitantes del Parque cada miércoles para hablar de plantas cultivadas, medicinales u ornamentales, así como de fragmentos de libros que las evocaban. Aquellos encuentros pasaron a ser virtuales y, finalmente, se transformaron en una colección digital divulgativa en la que confluyen autores, especies botánicas, datos científicos y pasajes literarios:



“La intención es tener un acervo de historias de la humanidad ligado con las plantas desde la etnobotánica. Al conocer aspectos históricos de la vegetación que habita los bosques de niebla y las montañas del Valle de Aburrá, también conocemos la historia nacional y nos acercamos al valor ecosistémico y cultural de cada árbol, cada fruta, cada flor”, asegura Juan Pablo.
Él encontró en las plantas otra forma de leer la historia del hombre mismo, pues su uso, sus viajes por los continentes y su cultivo también narran la alimentación, la economía, la habitación y el arte humanos. Por eso este proyecto, además de mantenerse vivo cada semana añadiendo un nuevo ejemplar a la biblioteca a través de Instagram, busca activar contenidos enriquecedores desde las ciencias y la literatura.
“La idea es tener más talleres sobre las plantas narradas e iniciar un podcast que reúna estas conversaciones. A la vez, continuar con nuestro trabajo con el semillero de investigación Atisbando mundos y hacer un arboletus literario con los ejemplares que tenemos en el parque”, añade Juan Pablo, para quien el vínculo entre los libros y las plantas es indisoluble.
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