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Fernando Pessoa y un abrazo que abarca el firmamento

Palabra Céu da boca
Fernando Pessoa y un abrazo que abarca el firmamento

¿Cómo se puede abrazar del tamaño del planeta? ¿Cómo, si el límite ni siquiera es el cuerpo, sino la pantalla? La respuesta puede estar en las palabras. En las palabras que te gustan, que te incomodan, que recibes, que regalas. 

Existen abrazos en las palabras nuevas, extranjeras, que hablan de poetas que ya no están, pero que continúan recreando mundos. 

Hoy, Jorge Uribe, traductor del portugués al español y estudioso del poeta Fernando Pessoa, nos regala la metáfora céu da boca, “cielo de la boca”. Una palabra que le habla de la capacidad de inventar universos, de sacarlos de la mente a través de la lengua, de ponerlos a echar raíces en el propio cuerpo. 

Un abrazo donde cabe el universo 

Cielo de la boca. Es difícil escuchar a alguien nombrar con esa metáfora una parte del cuerpo. En Portugal, al paladar lo llaman así: céu da boca. 

Esa es la palabra que nos regala Jorge Uribe, traductor de Fernando Pessoa, investigador y profesor de Literatura en la universidad Eafit, para estos días que celebramos, a distancia, el poder abrazador de la lectura. 

Es una palabra cotidiana. La usa cualquiera, en el contexto necesario. Es de esas que se aprende conversando en portugués, cuando lo estás aprendiendo a dominar. Así la conoció Jorge Uribe durante los seis años que vivió en Lisboa. 

Pero céu da boca tiene un poder especial. Cuando la pronuncia, a Jorge le llega a la cabeza la imagen de un globo terráqueo que entra por los labios. De un firmamento que techa lo que comemos, besamos y decimos. 

El paladar, el cielo de la boca, toca la lengua y articula sílabas. Es el suelo de las fosas nasales, la bóveda que separa el flujo del aire de la ingestión. Es testigo y agente de cada cosa que nos conecta con el exterior. 

Por eso, darle el nombre del cielo, como los portugueses, nos hace pensar que en la boca cabe el mundo. Una acción que se materializa en la obra de Fernando Pessoa, la que impulsó a Jorge a convertirse en investigador y traductor de literatura portuguesa. 

Pessoa y el firmamento dentro de la boca 

La obra del poeta, que componen casi 30 mil hojas manuscritas, no ha sido publicada ni traducida en su totalidad al español. Aun así, 85 años después de la muerte del autor, ya se habla de su legado como una galaxia. 

Pessoa es “plural como el universo”. Así tituló la editorial Tragaluz una compilación de textos en los cuales el escritor explica su capacidad de encarnar la heteronimia. De ser uno y varios autores a la vez: Álvaro de Campos, Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Bernardo Soares y cientos más. 

Se trata de autores de prosa y de versos con historias autónomas y estilos diversos de escritura, pero a la vez interconectados, como las constelaciones que aparecen en el cielo nocturno. 

Pessoa hace con sus heterónimos un juego de relaciones, de contrastes, de pequeñas rencillas entre ellos, que son autores, y genera un sistema literario completo dentro de una misma obra”, explica Jorge, que dedicó sus tesis de pregrado y de doctorado al legado del escritor lisboeta. 

Para hablar de Pessoa, dice Jorge, “es bonita la palabra firmamento, porque nos hace pensar en la palabra firma, y estas criaturas –sus heterónimos – no son más que firmas o nombres en el papel”. 

A través de la pluralidad es que la palabra boca, el nombre de la cavidad que conecta el afuera con el adentro, se relaciona con el poeta. El afuera, donde se lee un universo de firmas, con el adentro, que es germen y casa de los otros autores que son Pessoa. 

Sea como fuere, el origen mental de mis heterónimos está en mi tendencia orgánica y constante a la despersonalización y la simulación. Estos fenómenos –felizmente para mí y para los demás– se mentalizaron en mí; quiero decir, no se manifiestan en mi vida práctica, exterior y de contacto con otros; hacen explosión hacia dentro y los vivo yo a solas conmigo. 

Fernando Pessoa, Primera carta a Adolfo Casáis Montero, 1935. 

Con la heteronimia, Pessoa consolidó su impronta en la historia de la poesía y la literatura. Mostró su poder para crear a través de la lengua; para introducir el mundo, el firmamento, dentro de la boca. 

Jorge también nos regaló unos versos. Mar portugués hace parte del único libro de poesía que Pessoa publicó en vida: Mensaje, y que tomamos de la edición de Tragaluz de 2018, editada y traducida por Nicolás Barbosa López: 

¡Oh, mar salado, cuánta de tu sal  son lágrimas de Portugal!  ¡Cuántas madres, por cruzarte, lloraron,  cuántos hijos en vano oraron!  ¡Cuántas novias quedaron por casar  para que fueses nuestro, oh, mar!    ¿Valió la pena? Llegará a valerla  si el alma no es pequeña.  Para cruzar el cabo Bojador  hay que cruzar cada dolor.  Dios peligros y abismos al mar dio,  pero fue en él que el cielo reflejó. 

Por: Sara Ruiz Montoya

  • Periodista