Reseña de autor

Enmarcar la narración: Las tiras de Tove Jansson

Un perfil de la autora finlandesa Tove Jansson y su creación más conocida, Los Munin.

Cabecera Las tiras de Tove Jansson
Enmarcar la narración: Las tiras de Tove Jansson

Este año los Mumins de Tove Jansson (Helsinki, 1914-2001) cumplen 80 años. El origen del mundo creado por la artista finlandesa tuvo un breve inicio en 1940 cuando introdujo a su primer personaje Mumin en la revista Garm, y luego de una forma más amplia cuando ilustró a los demás miembros de la familia en Los pequeños trolls y La gran inundación en 1945, libro que marcó las primeras páginas del mundo Mumin con el recordado inicio:

Ya debía de ser mediodía, de un día de finales de agosto, cuando el Mumintroll y su madre alcanzaron la parte más profunda del gran bosque…

Acompañado de las ilustraciones que Jansson hizo de los troles redondeados caminado en medio de las sombras de bosques, praderas y otros paisajes. Desde entonces, el mundo Mumin, su casa mágica y desvencijada donde vive la amistosa familia y amigos, y donde llegan extravagantes invitados se fue ensanchado en otros libros que componen el mundo: en tiras, pinturas, series animadas y todo tipo de lugares donde se han reproducido sus particulares formas.

Dejando de lado parte del gran espacio narrativo que ocupan Los Mumin me concentro en una de las colecciones de tiras que están publicadas en español, tiras continuas y no auto conclusivas que se van abriendo en espiral a paso de una y la otra, las cuales fueron publicadas, primero en el periódico sueco-finlandes Ny-Tid, y luego desde 1953, durante cinco años, en el periódico London Evening News.

Ahora bien, como pasa en toda colección de tiras publicadas de forma integral, el conjunto nos hace olvidar que, en su versión inicial, en este caso el periódico, hay un espacio y tiempo de publicación entre una tira y otra, un espacio de tiempo que parece oculto en la edición integral, ya que por la selección y la acumulación podemos leer de largo una serie que fue dibujada entrega a entrega.

En este caso, como en muchos otros, al ver el cuadro completo podemos leer y ver en la serie una compilación de narraciones que se ensanchan en el montaje y los paisajes dibujados, de lo que es un mundo que es aún más amplio del que podemos leer en unas tiras que parecen brotar no de la página en blanco sino, como es natural en este caso, del Valle de los Mumin, un espacio narrativo donde todo es posible, un aspecto que es parte de la magia de una de las obras más originales e influyentes del siglo XX.

Mientras avanzamos de una tira a la otra y seguimos el ritmo de la serialidad, hay una aplicación estética, sumada a la continuidad narrativa, que hace menos visible la noción de entrega y el espacio que existió en la publicación de una tira y la siguiente. Cada una de las tiras, además de las ingeniosas composiciones y efectos expresivos en los personajes, está marcada por un diseño flexible que nos crea una ilusión gráfica que rompe el marco de cada viñeta.

Esa aplicación, marca de estilo gráfico de la artista, se refleja en la forma cómo dibujó algunas viñetas, saliéndose, en muchos casos, de la rigidez geométrica de los cuadros para integrar, en sustitución de las líneas que demarcan las viñetas, elementos que hacen parte de la narración. Para esto, Jansson no sólo se sirvió de líneas para delimitar las viñetas, dibujó y usó, con un propósito múltiple formas que sustituyen las líneas sin perder la delimitación entre cuadro y cuadro.

Para explicarlo aún más, las líneas en muchas ocasiones desparecen y le dan lugar al borde de un árbol, el hilo de una caña de pescar, a un bastón, a un pincel, a una puerta, una cadena, los ejemplos son muchos; todos estos, elementos que están en el diseño de la tira a la vez que están integrados en la narración. Así, lo que a simple vista parece un recurso decorativo, en las tiras de Jansson son una forma de enmarcar la narración.

Veamos un ejemplo de esto: Luego de que la casa del Mumintroll ha sido invadida por todo tipo de visitantes, el ingenioso Snif, le da una gran idea para sacar a los indeseables visitantes de la casa. Lo que propone es sencillo: inundar la casa a través de la chimenea con una manguera. Mientras, leemos que el Mumintroll sostiene el tubo de la manguera que le da forma a la primera viñeta; luego, mientras el Mumintroll introduce la manguera por la chimenea; en otra parte, el dibujo en vertical sirve de división en la segunda y tercera viñeta.

De este modo, el espacio que parece horizontal cobra otro sentido visual, tanto en el ascenso que hacen Mumintroll por la escalera como en la extensión de la manguera que parece moverse libremente por toda la tira. Al final, el plan de Snif y el Mumintroll parecer cumplir su cometido, pero en la siguiente tira leemos que es un divertido fracaso.

Tal vez la clave de esto, en tanto la forma de composición que hizo Jansson, la encontremos en las ilustraciones de los libros que hace parte del mundo Mumin. Como el origen de sus personajes y todo lo que compone el Valle de los Mumin está más allá de lo que podemos leer en las tiras, la artista en su juego libre, antes que demarcar un nuevo espacio narrativo, situó a las tiras como una prolongación de toda su obra.

Esta escueta teoría sin prueba alguna, más que una simple especulación, podría estar soportada en la capacidad lúdica con la que Tove escribió y dibujó, en cómo vivió, con libertad y sin ataduras, sin asomo de corrección, así como sus personajes que son ricos en emociones, llenos de las más particulares frivolidades e incorrecciones. Llenos de humanidad.

Por: Mario Cárdenas