Informes de lectura y Cartas a Montale (La bestia equilátera, 2012) es el libro que los amigos de Roberto Bazlen lograron armar con las pocas evidencias escritas que dejó de su importancia para el mundo editorial en Italia durante el siglo XX. Bazlen era un lector al servicio de editores que confiaban en su concepto para publicar o decidirse a leer un libro o manuscrito que les había sido propuesto.
Los informes que ocupan la primera parte son cartas que envió a las editoriales Einaudi y luego a Adelphi con recomendaciones o advertencias acerca de los títulos que caían en sus manos o le encomendaban. Sus comentarios son memorables porque, además de lúcidos, graciosos y brillantes, predicen desde su lugar de lector experto la suerte que irían a correr algunos libros y autores, especialmente en su país.
Bazlen no solía emocionarse con libros que exhibían una erudición extrema o una técnica de escritura perfecta. Su búsqueda editorial se ha condensado en la expresión “libros únicos”, que aparece cada vez que se menciona su nombre. Iba tras textos que relataban experiencias cercanas a la epifanía; la escritura, entonces, era una consecuencia inevitable de ese entendimiento íntimo y transformador, más que el resultado de una actividad meramente intelectual. Por eso eran libros que ocurrían una vez, a personas que quizá no volverían a escribir nunca. Esa mirada tan particular de Bazlen, por supuesto no infalible y llena de excepciones, no puede sino enseñarnos otra forma de leer.
El papel que cumplía para estas casas editoras lo siguen ocupando lectores anónimos contratados por editores de todo el mundo. Hay lectores cuyas recomendaciones son promesas y se atienden sin duda, o al menos se sigue el camino de la lectura con esperanza. Su concepto tuerce constantemente la suerte de autores que buscan ser publicados y el tino de los editores para encontrar entre tanto eso que podrían considerar lo mejor. Puede que no haya recomendaciones correctas —en teoría, para cada libro podría haber una editorial—, pero sí de minúsculas o grandes repercusiones.
En la segunda parte de este libro, se compilan las cartas que Bazlen le enviaba al escritor y premio Nobel Eugenio Montale, amigo suyo, en los tiempos en los que este aún buscaba un espacio para su obra. Bazlen lo aconsejaba y confabulaba junto a él para que otros escritores gozaran de buena suerte. Su dedicación a promocionar la obra de Italo Svevo lo hace aparecer con una segunda advocación, la de agente literario, tramando movimientos estratégicos para superar los obstáculos del mercado editorial y la crítica, y hacer aparecer la literatura destinada a la vitrina de lo inmortal.
Para los seguidores de Bazlen, unas cuantas cartas y una novela inconclusa (El capitán de altura) no le hacen justicia a la memoria del gran lector que decidió no escribir. Este libro recoge lo poco, y aun así abre mil puertas. La ausencia de otros testimonios concentra el legado de Bazlen en los libros que ayudó a publicar, en los autores que consiguieron un lugar en la historia gracias a sus buenos oficios. En lo que ahora es la editorial Adelphi, que ayudó a fundar. Estas cartas, además, hacen evidente que para Bazlen la literatura era una conversación constante, armada de manera episódica, flexible en sus certezas, un jardín de crecimiento lento con amistades universales.
Detrás de la preparación de este libro está el editor Roberto Calasso, quien seguiría al frente de la ya mencionada Adelphi, muchos de esos años junto a Luciano Foà, hasta su muerte en 2021. Bazlen murió apenas salió de imprenta el primer título. Para Calasso, era el hombre más religioso que había conocido, también el menos mojigato. Los libros que buscaba eran aquellos que suponían una “prueba para el conocimiento”, cuya lectura expandía la compresión de la vida, y su ritual incesante, leer, con la fe puesta en que ese rumiar reforzaba un vínculo con el mundo y todos los aspectos de él que nos resultan indispensables y misteriosos. Su impulso inicial, la estética de su pregunta, logró ramificarse hasta el punto de que seguimos leyendo sus recomendaciones para situarnos en el mapa del pasado y afinar la lanza para cazar al vuelo la gran literatura en curso.





