*Ilustraciones realizadas por Paula Urrego con tintes naturales. Acuarelas botánicas con: Perejil, apio, orégano, cúrcuma, café, flor de un día, flor del árbol de Majagua.
Las obras de arte de la madre naturaleza, que se tejen en los ecosistemas de alta montaña con plantas, especies y climas que protegen y favorecen la creación del fluido que propicia la vida son pocas, y, por lo tanto, exclusivas. Es allí donde se crea la obra maestra que da como resultado el agua dulce para nuestra existencia.
Estamos hablando de los páramos. Colombia es el país que alberga el 50% de estos ecosistemas en todo el mundo y en nuestro departamento, Antioquia, tenemos seis. Es decir, sobre toda la faz de la tierra existen menos de ochenta páramos y treinta y siete de ellos están ubicados en territorio colombiano. Dato que nos hace responsables y cuidadores de estos ecosistemas diversos cada uno entre sí.
Los seis páramos del departamento son: Paramillo-Peque, Páramo de Santa Inés en Belmira, el Páramo del Sol en Urrao, Los Farallones del Citará en Ciudad Bolívar, el Páramo de Sonsón en Sonsón y el Páramo de Las Baldías en San Félix, Bello, que ocupan un total de 54.018 hectáreas y albergan en su corazón especies de fauna y flora únicas en el mundo.
El Paramillo
Si emprendemos un viaje de norte a sur por el departamento de Antioquia vamos a encontrarnos con El Paramillo ubicado en la Cordillera Occidental de los Andes de Colombia, que funciona como límite natural entre los departamentos de Antioquia y Córdoba. Está situado específicamente en los municipios de Ituango y Peque en Antioquia y Montelíbano, Puerto Libertador y Tierralta en Córdoba.
¿Sabías que durante la época de la conquista, los pueblos indígenas Zenúes y Katíos compartieron estos territorios? Tiempo después los Zenúes desparecieron y los Katíos pasaron a ser considerados como los actuales pueblos Emberá a pesar de la distancia cultural con sus raíces de origen.
Este páramo tiene una altitud de 3730 m.s.n.m. lo que permite ser el hábitat de mamíferos llamativos de la región como dos especies de dantas, la primera de distribución chocoana y centroamericana y la segunda de distribución andina; el oso Congo, el venado y varias especies de primates: como el mico cariblanco, el mono colorado, la marteja o mico de noche y el tití blanco.
El grupo de las aves no se queda atrás. Se encuentran, entre otras, paujiles o pavones, guacharacas, perdices, águilas blancas, cotingas, pipiridos, tiránidos, mirlas negras, mieleros, azulejos montañeros y la chisga. Entre las aves endémicas se encuentran: la cotorra, la torcaza, el tominejo, el carbonero, los trepatroncos y el formicarido. Se encuentran peces como el bocachico. También se encuentran reptiles tales como la tortuga bache, la icotea, el morrocoy o morroco, la babilla y el caimán coré. Y en especies de flora, por mencionar solo algunas, se encuentran, la cuipa o volador y la ceiba bonga. También se encuentran el abarco o piloncillo, el ají, los caimos, el cedro carmín, el bongo vaquero o papayote. En los sitios más altos, es posible encontrar frailejones.

Páramo Santa Inés
Bajando un poco más por el departamento, nos encontramos con el Páramo Santa Inés de Belmira ubicado entre los municipios de Belmira y San José de la Montaña, Entrerríos, San Pedro de los Milagros y San Andrés de Cuerquia. Así como pequeñas áreas en las partes altas de los municipios de Sabanalarga, Liborina, Olaya, San Jerónimo y Sopetrán.
En este páramo se encuentra un total de 50 especies de la pronophilina, una subtribu neotropical de mariposas satíridas, lo que representa cerca de la cuarta parte de la riqueza de especies del grupo conocidas para Colombia y del 10% de la riqueza global de la misma, incluyendo especies únicas y de distribución restringida lo que hace de este páramo un componente clave para la conservación de la diversidad de las mariposas altoandinas a nivel regional.
Además, en el páramo de Belmira, ubicado entre los 2400 y 3350 m.s.n.m., se encuentra un camino ancestral que es conocido como “Reventón – Sabanas” que va desde Sopetrán hasta Santa Rosa de Osos y cuenta con más de 700 años de existencia.
Páramo del Sol
Un poco más abajo, más al suroeste del departamento, se encuentra el páramo que lleva el nombre del rey de los cielos, es decir, El Páramo del Sol. Está ubicado sobre la cordillera occidental entre los municipios de Urrao, Caicedo, Abriaquí y Frontino. Es considerado una de las estrellas hidrográficas más importantes de la cordillera occidental en el abastecimiento de agua de los departamentos de Antioquia y Chocó, puesto que allí nacen algunos de los afluentes de los ríos Atrato, Sucio y Cauca.
Páramo de Las Baldías
Continuando con el recorrido, se encuentra muy cerca de la capital del departamento un corredor biológico vital para la fauna silvestre del Valle de Aburrá y hábitat de frailejones y otras especies exclusivas. Ubicado en el corregimiento de San Félix, en el municipio de Bello, el Páramo de Las Baldías hace parte del sistema montañoso de la serranía de las Baldías y aporta a la regulación climática e hídrica del Valle del Aburrá, también al abastecimiento de agua por consumo de las veredas y poblaciones aledañas y al mejoramiento de la calidad del agua. En el páramo nacen las quebradas El Hato, La García, La Madera y la Iguaná.
Es uno de los ecosistemas más frágiles del Valle del Aburrá y es el páramo más pequeño del mundo. Es otra fábrica natural de agua y un paraíso para la fauna y la flora, hábitat de especies como armadillos, perezosos, cusumbos, perros de monte, zorros, comadrejas, musarañas, pumas y tigrillos. Está ubicado a una altitud entre 2.900 y 3.100 m.s.n.m. y es un punto estratégico entre los municipios de Bello, Medellín, San Pedro y San Jerónimo.
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Farallones del Citará
Los Farallones del Citará es un lugar mágico y único en la geografía colombiana, ubicados en la cordillera occidental, entre los límites de los departamentos de Antioquia y Chocó donde nacen las aguas que surten al caudaloso Río Atrato. Un recorrido que inicia en los 1500 m.s.n.m. en la vereda “el Ardedero” del Municipio de Ciudad Bolivar en el departamento de Antioquia, su punto más alto se encuentra a 4020 m.s.n.m y está en el Cerro San Nicolás.
La multitud de ríos y quebradas que bajan de los farallones sostienen a las comunidades agrícolas que se encuentran alrededor, sobre todo a la cafetera. Este territorio es hogar de una variedad de especies de heliconias, árboles, frailejones, líquenes, musgos y palmas. En cuanto a animales, hay especies como la guagua, el armadillo, el tigrillo y el oso de anteojos. Por otro lado, hay una gran variedad de aves y especies amenazadas como el gallito de roca.
Páramo de Sonsón
Donde nacen ríos y quebradas que nutren las aguas del río Magdalena, se encuentra el Páramo de Sonsón, ubicado en la Cordillera Central bajo jurisdicción del municipio de Sonsón. Posee una cobertura vegetal de páramo cercana a diez hectáreas y su mayor elevación alcanza 3300 m.s.n.m. Su conservación es materia de estudio por parte de las autoridades ambientales, y para este propósito se han implementado diversos programas de índole nacional, como el programa de "familias guardabosques", entre otros.
En este páramo del sureste de Antioquia, se suma una nueva especie de frailejón al inventario de la flora de las zonas límites con la nieve perpetua. Este guardián fue encontrado por investigadores del Instituto de Biología de la Universidad de Antioquia, entre ellos Fernando Alzate Guarín.
Después de seis años de reconocimientos y desarrollos científicos, que incluyeron salidas de campo, trabajo con colecciones y estudios sobre la biota del Páramo de Sonsón, los investigadores y estudiantes de la Universidad de Antioquia encontraron una nueva especie de frailejón que hace parte de ese ecosistema.
Su hallazgo, tan sorprendente como inesperado, se realizó en el cerro Las Palomas y también —en menor cantidad— en “La Vieja”, otra de las alturas que hacen parte del empinado Páramo de Sonsón, a 3.350 metros sobre el nivel del mar. El investigador Fernando menciona: “Donde hay páramos hay frailejones y estos pueden estar relacionados con más de doscientos animales vertebrados sin contar miles de insectos”.
Los páramos son espacios donde se produce la danza natural de las especies de conservación en común unión con la vida que brota de la tierra y fluye entre frailejones, orquídeas, siete cueros, musgos y otras especies que engrandecen este proceso ecosistémico de tan elevada relevancia para nuestra existencia. Estamos llamados a proteger este tejido vital que engrandece el territorio colombiano y continúa aportando a que la vida de quienes habitamos este planeta sea propicia.