Mujeres que inspiran

Las lecturas de Manuela Lopera, una cocinera clandestina

Manuela Lopera
Las lecturas de Manuela Lopera, una cocinera clandestina

Escribir es como cocinar: pensar en el plato, elegir los ingredientes, entrar a la cocina y mezclarlos con paciencia, utilizando las cantidades correctas, prestando atención al tiempo de cocción, oliendo, probando... sirviendo. 

Manuela Lopera es periodista, mamá, hermana, hija, mujer. Desde hace varios años junto a su esposo encontró la forma de combinar sus pasiones, y trabaja como periodista de día y cocinera de noche, sirviendo a otros en Ele Cocina desde su casa con el proyecto de cenas clandestinas que tiene desde hace más de cinco años, en donde un grupo de personas que no se conocen entre sí se reúnen para disfrutar del menú elegido por Manuela y por su esposo. Confiando en el criterio de ambos, y donde el vino nunca falta, en Ele Cocina, más que la comida, predomina el corazón. 

La escritura y la cocina son dos oficios que me definen y me alimentan”, cuenta Manuela, periodista de profesión, lectora ávida desde siempre, y también escritora, de quien hemos podido leer columnas, perfiles y entrevistas en diferentes medios de comunicación. Como en la cocina, Manuela sabe mezclar con gracia y elegancia distintos géneros periodísiticos, experimentando con ellos y juntándolos en justas cantidades y medidas. Así han nacido sus columnas híbridas, como ella las llama, dando como resultado un plato exquisito que incluye ensayo, narrativa y opinión. “Mis dos quehaceres me ayudan a abrirme un camino; la escritura es en mi caso una parte esencial en la manera de expresarme; es un oficio que hago sin descanso y que es paralelo a mis demás actividades. Nunca se sale del proceso de escribir mientras se está viviendo”. 

 "La escritura es en mi caso una parte esencial en la manera de expresarme; es un oficio que hago sin descanso y que es paralelo a mis demás actividades. Nunca se sale del proceso de escribir mientras se está viviendo”

Para Manuela, quien nunca dejó de escribir, la cocina fue su tabla de salvación durante la cuarentena. Hoy continúa con Marcial Ferrelli, su esposo, atendiendo cenas privadas, mientras escribe para otros y se alimenta de las letras de diferentes autoras cuyas lecturas busca, devora y disfruta.  

Al preguntarle a qué autora invitaría a cenar, dice sin dudarlo que a Virginia Woolf, por la conversación y por su gran sensibilidad por la comida. “Aunque con Lucía Berlín no podría tomar vino, la invitaría también a ella; le serviría un atún del pacífico con cítricos y aceite de chile, con un arroz a la criolla con arvejas y variedad de tomaticos. Y de postre unos bananitos con caramelo de panela, merengue y helado”, dice. 

La literatura para Manuela “es un filtro para estar en el mundo, para interpretarlo... es esencial”, concluye, afirmando que entre la lectura, la escritura y la cocina se le va deliciosamente la vida. 

Estas son sus lecturas recomendadas: