Mujeres historietistas

Dibujar historietas desde Medellín

Cabacera Dibujar historietas desde Medellín
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La historieta en Medellín y Antioquia ha tenido en los últimos años un progreso vibrante que ha permitido que nuevas dibujantes se abran camino. Desde el año 2012 cuando se publicó Raquel y el fin del mundo, de Mariana Gil Ríos con la editorial Robot, las posibilidades que se han abierto para sumar nuevos trabajos y espacios colaborativos con las mujeres como protagonistas se han ampliado. Esta última década varias dibujantes de la ciudad y el departamento han encontrado los espacios, conversaciones y herramientas necesarias para darle forma a sus proyectos de narración gráfica.

Que hoy más mujeres puedan trabajar y publicar historietas en la ciudad, se debe, en gran parte, a su trabajo en autogestión y de promoción, y a las semillas y alternativas que dejaron festivales como Entreviñetas, el Salón del cómic y la ilustración de la Fiesta del Libro o los encuentros en ferias como el Faire, Cocodrilos, La Salida y laboratorios de creación como La Chimenea, eventos autogestionados y colaborativos que con sus programaciones de charlas, talleres, y residencias, estimulan y abren espacios para la conversación y brindan referencias de trabajo para las dibujantes. Pero no solo estos espacios han sido claves para las dibujantes, los estímulos y becas regionales y nacionales, son otras de las herramientas esenciales que han ayudado a impulsar nuevos proyectos a través de apoyos editoriales y de circulación que se conectan con nuevas posibilidades de formación en otras ciudades y países.

Entre las diversas publicaciones se destacan varios libros de historietas que, a pesar de su reciente publicación, ya son referencia en el panorama local y nacional. Historietas como Pánico (Rey Naranjo, 2019) de Ana López en la que la dibujante hace una representación autobiográfica de lo que significó vivir por muchos años con trastorno de ansiedad, es una de las publicaciones que ha tenido un impacto positivo entre nuevas lectoras.

Además del libro de López, el abanico de nuevas publicaciones es amplio. En ese grupo está el destacado trabajo de Yanneth Pineda (Yapi), Pareces una salvaje, una corta historieta impresa en risografía que hace de la transformación y la libertad de la mujer una estructura narrativa con varios símbolos entre páginas; Tres horizontes y Emilia de los cuales es coautora e investigadora Lina Flórez, dos historietas con las mujeres como protagonistas en las que Flórez, cofundadora de Altais Cómics, amplía sus investigaciones periodísticas y de género; Oculto una de las historietas de la dibujante y editora de Mapache cómics, Ángela Pérez (Gelatina) que en clave de terror y resonancias al manga representa la desaparición forzada en la ciudad; Geraldine de Catalina Vásquez (Kathiuska) y Alejandra Pérez, una historieta corta producto de la convocatoria internacional “Movements and Moments” del Instituto Goethe, en la que se narra la historia del destierro de una mujer trans emberá y la lucha por su identidad; Tres Picas de la dibujante e investigadora Estefanía Henao, quien enlaza a varios niveles una propuesta que articula el lenguaje de la historieta en un diálogo con formatos y diseño; y Candelaria y la fuerza primordial de Alejandra Higuita, un espacio gráfico y de paisajes donde ensaya y recrea con geometrías algunas partes de la ciudad. A este grupo de publicaciones, se sumará, a futuro, otra como: Miscelánea, el proyecto de la artista Alejandra Tilano, con el cual ganó el Estímulo a la creación de Novela gráfica o cómic de la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín del año anterior.

Estos libros han sido posibles gracias a estímulos y becas de Medellín y Antioquia, y persiguen preocupaciones estéticas y narrativas particulares: la recreación de la ciudad como escenario y paisaje en convivencia; las relaciones con influencias y tradiciones; las posibilidades del autográfico o la no ficción, lo periodístico y documental.

A pesar de los buenos resultados de estos apoyos, la dibujante y editora Ángela Pérez (Gelatina), quien ganó dos estímulos que le permitieron publicar libros no es tan entusiasta al respecto: “He ganado becas, pero a la larga eso no se ve reflejado en nada, es como un logro de un momento, pero uno sigue sin poder hacer viable económicamente la producción”. Sin embargo, Pérez no deja de pensar en alternativas y nuevos proyectos: “Como editora quiero publicar más cómics raros o de terror y a la vez creo que no estamos haciendo suficiente cómic infantil y me gustaría hacer algo por ese lado”. En esas nuevas apuestas la editora publicó una edición para Colombia de la historieta de amor y horror corporal Un día más de la dibujante mexicana Mónica Quant.

Aunque los libros publicados son los más visibles, a la lista se suman fanzines y producciones digitales que le dan mayor amplitud a todo lo que las mujeres están dibujando. En una constelación más amplia se pueden encontrar publicaciones digitales e impresas, individuales y colectivas de dibujantes como Eliana correal, Maritza Bacca, Laura Cañas, Isabel Echeverri, Ana Guarín, María del Mar (La parcera), Lennis Orozco, Luisa Fernanda Martínez (FadeLasu), María Isabel Giraldo, entre muchas otras que no sólo enfocan su trabajo y esfuerzo en las historietas sino en otros campos y oficios como la ilustración, la gestión de proyectos y el muralismo.

Medellín ha sido una ciudad en la que dibujantes de otras ciudades de Colombia han encontrado un espacio para dibujar o para ser representado en sus dibujos. Esto es algo que puede leerse en algunas de las historietas de Paola Gaviria (Powerpaola). En Las ciudades que somos narra y recuerda su regreso a Medellín, y en su último libro Todas las bicicletas que tuve, le dan espacio a ciudad en la que vivió y fue un punto clave en su formación. Otro caso es el de la dibujante española Andrea Ganuza, en su último libro Atraviésame, presentó una narración de imágenes y formas vibrantes que se desplazan al ritmo de una poética que circula en la ciudad como paisaje. Ganuza pasó unos años en Medellín participando en diferentes residencias las cuales le permitieron adelantar proyectos en medio de nuevas conversaciones y preguntas por referencias de artistas locales que en este trabajo pueden leerse a modo de diario público e íntimo.

Otro caso en el que la mirada viene de afuera, son los trabajos de la dibujante venezolana Laura Guarisco (Guarisquin) los cuales le permitieron hacer de la ciudad un espacio de formación para su trabajo gráfico, como lo afirma Guarisco: “Medellín le ha dado un impulso a mi deseo de ser historietista. Creo que se debe a haber encontrado a personas con las que he conectado muy bien y de las que he aprendido muchísimo sobre el proceso”. Guarisco ha dibujado y publicado varios de sus proyectos desde que vive en la ciudad, como Cambur y Papaya, dos pequeñas historietas, impresas en risografía, en las que establece preguntas sobre el lenguaje, la identidad y las relaciones entre países, además de otras publicaciones digitales y proyectos colaborativos; Guarisco publicó su último libro, Nido, un giro en el registro gráfico y con otras proporciones en formato y extensión en el cual representa la difícil travesía de un migrante venezolano hacia Colombia.

También es destacado lo hecho en la ciudad por la dibujante de Cartago, Valle, Tatiana Ríos (Soy pirata) quien desde hace algunos años vive y dibuja en Medellín; Ríos dibujó el proyecto: Parques de Medellín, viñetas sobre el Conflicto y Olvido, un proyecto digital sobre historias y relatos oscuros sucedidos en espacios públicos de la ciudad.

Además las dibujantes antioqueñas han tenido la posibilidad de realizar procesos de formación en otros países, es el caso de Catalina Vásquez (Kathiuska) quien ganó en 2018 la residencia en novela gráfica en la Mansión de los Autores del Festival de cómic de Angulema, Francia, una convocatoria del Ministerio de Cultura de Colombia y La Cité Internationale de la Bande Dessinée et de l’image, y Janneth Pineda quien ganó esta residencia en 2020. Para las dos artistas, la experiencia de una residencia en uno de los centros de la historieta europea significó un importante impulso en su trabajo y la posibilidad de reconocer nuevas formas de narrar con dibujos, vincular su trabajo a exposiciones internacionales y muestras con dibujantes de otras nacionalidades.

Otro de los espacios en los que se viene destacando las mujeres es en el campo de las investigaciones sobre historietas, es el caso de Lina Flórez y Estefanía Henao, integrantes de Altais Cómics. Henao y Flórez, sumados a los mencionados trabajos creativos están desarrollando, desde hace unos años el proyecto: “Incógnitas: Mujeres en el cómic colombiano de ayer y hoy”, una investigación en la que están reconstruyendo la participación de las mujeres en la narrativa gráfica colombiana. A esta investigación de largo aliento se suma el trabajo de la investigadora y divulgadora independiente Diana Gil, la cual, además de escribir reseñas y artículos sobre historietas para diferentes medios ha publicado varios artículos con el investigador Juan Alberto Conde.

Es claro que el panorama es alentador para el trabajo de las dibujantes de historietas en Medellín y Antioquia, si bien son necesarios más espacios y apoyos que les permitan sostenibilidad, lo construido hasta ahora hace de la región un punto importante para la historieta dibujada por mujeres en Colombia. Como lo afirma Diana Gil: “Estamos en el momento de la mujer dibujante de historietas. Esta década va a ser la década de la mujer en la historieta”.