Palabras Rodantes

Decálogo para escribir cartas de amor

Sobre ¡Todo ese papel! ¡Todo ese papel!, Cuarenta y cinco cartas de amor, título 158 de Palabras Rodantes, selección y prólogo de Mario Jursich.

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Decálogo para escribir cartas de amor
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Recibir o mandar cartas es un punto ineludible del ritual amoroso. Ya que expresarle a la persona que amamos todo lo que sentimos por ella es una necesidad imperiosa, la escritura resulta muy valiosa para los amantes, sea análoga o digital. Si bien cada vez se ven menos aquellas cartas escritas de puño y letra de los enamorados, hacerlas sigue siendo una práctica constante para muchas personas y recibirlas es considerado un preciado gesto. Mientras que cada tanto se ve trastocada la dinámica del lenguaje descuidado de la mensajería instantánea digital, por elaboradas confesiones o reclamos amorosos.

Por ocasión de la publicación del título 158 de Palabras Rodantes, ¡Todo ese papel! ¡Todo ese papel!, Cuarenta y cinco cartas de amor seleccionadas por Mario Jursich, decidimos brindarle a los enamorados algunas recomendaciones para escribir cartas de amor, ejemplificadas por fragmentos de las cartas que se encuentran en este nuevo título del programa del Metro de Medellín y Comfama.

1. Haz el ridículo

En uno de sus poemas, Pessoa sentenció que "Todas las cartas de amor son ridículas./ No serían cartas de amor si no fuesen/ ridículas." No obstante, más adelante, en el mismo poema, agrega: "Pero, al fin y al cabo, sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor/ sí que son ridículas." Ya que de cualquier manera no podrás escapar a quedar en ridículo, aprovecha los sentimientos absurdos e hiperbólicos que sientes para forzar los límites de tu forma de expresión habitual, di todo lo que te salga, como te salga.

Incluso si el amor deriva en odio, el ridículo seguirá asechando, así como le pasó a Gilberto Owen después de recibir el reiterado desdén de su enamorada Clementina Otero. La última carta que le escribió iniciaba de esta manera:

La odio y no me importa que a usted no le importe. Mi odio es gratuito y absoluto; y es de cien días por cada segundo de anoche. Y no me importa que me crea usted loco, y que esto sea ridículo y que haga esfuerzos por reírse leyéndolo.

Si la personas que amas también te ama, sabrá recibir tu ridículo con gracia.

2. Convierte la distancia en presencia

Una carta de amor tiene el poder de menguar o maximizar los efectos que produce la distancia física. Ya que tu cuerpo está lejos, usa a tu favor la proximidad de todo aquello cuanto rodea a tu persona amada para que se encuentren allí. Que el cielo y las montañas, los muros y los techos, los árboles y la lluvia sean lugar de encuentro, que todas las cosas les presenten sus ojos y su materialidad para la caricia:

Cada cosa que miro me trae un recuerdo tuyo. Tu maletín marrón que te compré en Aix. La ropa que elegí contigo en Carpentier y Packer. Los cuadros y muebles que compramos juntos. Oh, cariño, ¿sabías cuánto te adoraba? Carta de Dora Carrington a Lytton Strachey.

Incluso la materialidad del papel o la pantalla electrónica pueden prestar sus servicios para ser una extensión tuya: "Sólo el peso de tu carta en el bolsillo me servía de prenda, de prueba. Vivía yo en ese rectángulo de papel. Era el lugar más cierto del mundo." Carta de Pedro Salinas a Katherine Whitmore.

3. Crea un lenguaje propio

El amor renueva el lenguaje, hace que las palabras que usas a menudo de pronto cobren una renovada vitalidad. Para decir tu amor, no basta usar las palabras en el sentido habitual. El amor es un territorio desconocido que exige su propio idioma, una lengua secreta que solo tú y tus seres amados puedan descifrar. Forja metáforas y símbolos que les permitan navegar por la incertidumbre de eso que están sintiendo y los sobrepasa. Que cada palabra sea un juego o un esfuerzo por alcanzar lo innombrable:

Te quiero por millones y millones de cosas, relojes y vampiros y uñas sucias y pinturas garabateadas y pelo precioso y estar mareado y sueños que se caen. Carta de Dylan Thomas a Caitlin McNamara.

Solo Dylan y Caitlin saben qué significaban para ellos los relojes y los vampiros, y tantos otros símbolos que les permitieron profundizar al uno en el otro.

4. Rememora momentos compartidos

Construye el relato amoroso. El tiempo no es un río que corre en una única dirección; es una red de instantes concatenados arbitrariamente por un narrador. Tú, al escribir, puedes tomar control de la dirección del tiempo. Y el amor, es sabido, es una de las fuerzas más poderosas para dislocar el tiempo. En tus cartas de amor, evoca lo que fue, lo que puede ser o lo que nunca será. Revisita recuerdos y relacionalos con otros o con acontecimientos recientes o que esperas que ocurran en el futuro. Haz de la memoria un campo fértil donde vayan quedando sembradas las flores y espinas del camino amoroso.

Recuerda que escribí este libro, en su totalidad, antes de conocerte y, sin embargo, de alguna manera en él yo sentí que estabas por llegar. ¿No es maravilloso?. Carta de Cesare Pavese a Constance Dowling.

Mira como Pavese, armando su relato de su relación con Constance, conectó la premonición -o el deseo- de un amor por llegar con el amor que le llegó tiempo después.

5. Expresa tu vulnerabilidad

El amor es un salto al vacío, una entrega sin garantías. En una carta de amor, muestra tus miedos, tus inseguridades, tus esperanzas. La vulnerabilidad es el punto que nos conecta como humanos. El amor es un territorio donde la vulnerabilidad no solo es bienvenida, sino necesaria. Mostrar tus miedos, anhelos y esperanzas tiende un puente hospitalario con la otra orilla que lo sostiene:

"Tengo miedo de mi propio amor porque todo lo grande da pavor —pero tú tienes valor ante mi amor—. No veo nada —soy un muerto de quien nadie se ocupa, al que nada le importa todo lo que existe, sólo tú— todo el Universo se ha reconcentrado en tu sexo. ¿Por qué me siento tan angustiada cuando estoy lejos de ti, cuando estoy junto a ti, cuando pienso en ti, si yo te amo? ¿Será que he llegado al paroxismo de la pasión, o porque dudo de ti? ¿Cómo dudar de ti? Tú eres la esencia de todo lo creado y esa esencia no puede mentir, no puede ser falsa, no puede ser más que lo que es: amor." Carta de Nahui Olin al Dr. Atl.

6. El amor es humor

El humor agrieta nuestras máscaras, nos hace soltar las piedras de las manos, desarmarnos. El humor deja entrar al otro, produce un respiro frente a la seriedad y solemnidad a la que tiende el amor, pone al descubierto lo absurdo de existir y nos hace leves. Ríete de ti y de tus seres amados, que la risa sea un cuchillo de doble filo, que desgarre la tensión y revele la fragilidad compartida. El humor es una forma de enfrentarse al vacío, de desafiar las sombras de cada quien para que no tomen el control del vínculo:

"Estoy encantado de que te castigaran con una luxación de cadera por entretener a los chulos. Espero que te haya dolido mucho y que no estés del todo bien". Carta de EvelynWaugh a Laura Herbert.

7. Apela a los sentidos

Describe el aroma, la textura, los sonidos que evocan la presencia de la persona amada. La condición de estar lejos hace que se reconozca con mayor intensidad lo que se siente cuando está cerca. Pon en palabras esas sensaciones. Que tu carta se parezca a un susurro al oído o un roce de piel, que traiga consigo los aromas que han coleccionado juntos:

"Pierre, mi amor es ya una locura que me lleva a la muerte./ Desgarra mi pecho, Pierre, enflaquecido, por tu amor y ábreme el corazón para que mires el espíritu de mi pasión./ Toda su sangre se ha solidificado, es un rubí, una piedra roja —roja de dolor, rojo es su color— rojo de sangre que brota de una herida que no cicatrizará jamás./ Mírate en esa sangre y su reflejo también te volverá rojo a ti". Carta de Nahui Olin al Dr. Atl

8. Escribe a mano

En un mundo digitalizado y dominado por las aplicaciones de mensajería instantánea, una carta escrita a mano es un gesto de amor que no pasa desapercibido. El esfuerzo y la dedicación que implica escribir de puño y letra son una muestra de aprecio que añade valor emocional al mensaje. Además, una carta hecha a mano es un objeto único e irrepetible:

"Yo, por mi parte, releo tus cartas y las acaricio sin cesar entre las manos casi como nuevas". Carta de Calpurnia Fabato a Gayo Plinio.

9. Guarda tus cartas como tesoros

Las cartas de amor se enriquecen con el paso de los años. Aunque en algún momento sientas la tentación de romperlas o quemarlas, resiste. Aquellas cartas que resistan al fuego del desamor, algo conservarán de la alegría de la pasión vivida. Algunas chispas conservarán de lo que se siente amar y ser amado:

"Las cartas de amor que habrás guardado serán tu última literatura". Verso del poema No tires las cartas de amor, de Joan Margarit.

10. Inspírate con otras cartas de amor

Las grandes cartas de amor de la historia pueden ser una fuente inagotable de inspiración. Leer cómo otros han expresado sus sentimientos te ayudará a encontrar tus propias palabras y a enriquecer tu mensaje. Puedes empezar por leer ¡Todo ese papel! ¡Todo ese papel! Cuarenta y cinco cartas de amor, de la colección Palabras Rodantes. Aquí te lo dejamos para que lo descargues.

Por: Santiago Velásquez Yepes

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