Solarpunk: arte para salvar al mundo

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Solarpunk: arte para salvar al mundo

Nuestra sociedad tiene la facilidad para pensar en catástrofes y en distopías. Nos imaginamos futuros con los peores escenarios, pero no con los más convenientes. Todo esto se ha visto reflejado en el arte con movimientos como Cyberpnk o el Steampunk, que proyectan sociedades pesimistas y distópicas. El problema es que más que llamarnos a la acción o a una movilización tienen un efecto sedante, de letargo, como de estar resignados a lo que viene.

En repuesta a esto es que nace el Solarpunk a principios de la década de 2010. También como subgénero de la ciencia ficción, pero con el propósito de plantear sociedades más optimistas que tengan resueltos los problemas de sostenibilidad de nuestro tiempo y convivan de manera simbiótica con la naturaleza. 

Tenemos la sensación de que el fin del mundo ya lo hemos visto. Pero ese pesimismo ya aburre. Esto nos lleva a pensar en nuevas narrativas que combatan estas crisis. Relatos en los que la felicidad sea una opción, la esperanza venza al miedo o donde los sueños les ganen a las pesadillas. El Solarpunk comenzó siendo un movimiento literario, pero ha ido tomando fuerza hasta consolidarse no solo como un movimiento artístico sino también como un movimiento sociocultural. Su premisa es simple:

¿Cómo se vería el futuro si la humanidad lograra resolver sus problemas de sostenibilidad actuales como el cambio climático y la desigualdad social?

El Solarpunk imagina y diseña futuros con sociedades donde la tecnología deje de estar únicamente al servicio de la humanidad, y se ponga al servicio del medio ambiente y su cuidado; porque reconoce que nuestro futuro depende de esto. En su estética prima el verde y la sencillez, lo práctico con lo bello y lo bien diseñado con lo exuberante. Se plantean tanto estructuras como procesos sostenibles y ecológicos, que tomen como inspiración la naturaleza sin dañarla: arquitectura sustentable, procesamiento de residuos con biotecnología, nanotecnología para crear materiales más ecológicos, sistemas integrados de cultivo, aeroponía, hidroponía. Su producción toma de fuente la energía solar, de ahí su nombre, pero también de energías afines como la eólica, hidráulica y la biomasa.

Las primeras ideas que concibieron el Solarpunk surgieron en 2008 en un artículo titulado “Del Steampunk al Solarpunk” del blog “Republicif the Bees”. Este se convirtió en el primer antecedente del movimiento, sin embargo, ya habíamos tenido algunos libros donde se presentaban visiones ecológicas del futuro: Ecotopia: Las notas y reportes de William Weston (1975), Starhawk: La quinta cosa sagrada de Barbara Ardinger (1993), Walkingto Mercury Miriam de Simons (1993) y City of Refuge de Tom Piazza (2015). Pero solo fue hasta 2012 que se publicó el primer libro considerado dentro del género. Una antología brasilera de cuentos cortos que compartían una visión optimista sobre el futuro: Solarpunk: Historias ecológicas e fantásticas em um mundo sustentáve. En 2018 fue traducida al inglés con el título: Solarpunk: Ecological and FantasticalStories in a SustainableWorld.

Más allá de pensar en utopías, el Solarpunk piensa en ecotopías como la idea de los futuros que quiere alcanzar. El problema con la utopía es que el concepto se ha resignificado tanto que ya no tenemos una idea clara de cómo luce y, por lo tanto, no sabemos cómo llegar a ella. Y es que desde su significado ya encontramos una imposibilidad, que traducida del griego significa “no hay tal lugar”. La noción de ecotopía nace de la novela homónima de Ernest Callebach, Ecotopía (1975), que cuenta cómo después de una guerra civil en Estados Unidos tres estados: California, Oregón y Washington se separan del resto del país para formar uno nuevo. Una nueva nación: Ecotopía. Con una filosofía rupturista basada en el decrecimiento y la armonía con la naturaleza. También la describe como una sociedad demócrata, igualitaria y pacífica, que se ve responsable del futuro del planeta.

Pensar en ecotopías es pensar en futuros posibles, y es el escenario ideal al que aspira llegar el Solarpunk, sociedades diversas que conviven en armonía con la naturaleza y la tecnología en una relación simbiótica y sostenible. El Solarpunk, a diferencia de otros géneros afines, se centra en ofrecer soluciones, no solo deseando un mejor futuro. También debe sembrar una serie de valores y enfoques que nos permitan seguir avanzando con nuestro progreso, sin sacrificar nuestra propia humanidad y conexión con el mundo natural en esa búsqueda. Si pensamos bien, no estamos tan lejos de esos futuros proyectados por este movimiento, porque combinan procesos y tecnologías que ya conocemos, pero faltan desarrollarse. Incluso, el actual presidente de Francia, Emmauel Macron, en 2019 contrató a un equipo de escritores de ciencia ficción para asesorar y acompañar al ejército en anticipar los problemas de seguridad social posibles. Es que la imaginación puede servir como arma para enfrentar las problemáticas ambientales que tenemos, como dijo una vez Albert Einstein:

“En momentos de crisis solo la imaginación es más importante que el conocimiento”

Por: David Ossaba Salazar