Mapeos del futuro

Regresar a lo extinto: El futuro de la música, el cine y los videojuegos

El futuro de la música, el cine y los videojuegos.

Mapeos del futuro   Jornada Medellín en 100 palabras   Mayo 2024
Regresar a lo extinto: El futuro de la música, el cine y los videojuegos
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¿Cómo será el futuro de la música, el cine y los videojuegos?

Nos reunimos en la Biblioteca Comfama de Aranjuez, antiguo manicomio departamental, y nos pusimos en la tarea de viajar en el tiempo 20, 50 y 100 años de aquí en adelante para descifrar en el futuro cómo se escuchará y se realizará la música; cómo se crearán y se jugarán los videojuegos; cómo será el oficio de hacer y ver películas.

Llevamos todo lo necesario para viajar en el tiempo: lápices, colores, crayolas, plastilina y recortes de revistas. Ya equipados correctamente para la misión, planeamos nuestra estrategia: dimos saltos en el tiempo cada 30 minutos, de tal manera que la conversación nos permitiiera imaginar distintos escenario posibles de los temas que nos convocaron esta vez.

Mientras hablamos e imaginamos, utilizamos nuestro equipamiento para rayar, escribir, ilustrar y plasmar lo que iba surgiendo en el viaje a través de las palabras y el tiempo. Nuestro cometido era crear un mapa del futuro: una cartografía de tres temas que nos movilizan. Tres expertos oficiaron de guías para propiciar la conversación y detonar nuestra imaginación según su área de conocimiento.

En cada salto temporal a los años 2044, 2074 y 2124, los guías dejaron pistas de su visión del mundo del año que exploraremos con pequeñas notas al margen en sus bitácoras de viaje. Además, desbloquearon habilidades que nos permitieron cumplir satisfactoriamente la misión.

Viaje al 2044

Nuestra primera parada es un avance tímido mientras nos adentramos en el futuro. Estos primeros años se pasaron volando y, aunque parece un salto en el tiempo considerable, muchas cosas a nuestro alrededor no han cambiado drásticamente. Sin embargo, los nuevos avances que nos deslumbraron con su formas incipientes por allá en el 2024 han logrado una nueva etapa de desarrollo y, la emoción de ver a dónde nos llevarán, han desatado una creación acelerada de nuevas formas de hacer las cosas, algunas parecen prometedoras y otras comienzan a dar indicios de que algo podría salir muy mal si no se detienen o cambian su rumbo a tiempo.

El cine

Para este tiempo se verá enfrentado a un mundo donde nadie va a las salas de cine. Los actores, directores, guionistas y todo el circuito del cine ha sido reemplazado por generadores de contenido que hacen sus propias películas que las personas ven a través de clips cortos en las plataformas sociales.

Habilidad desbloqueada: Equivocarse. En un mundo liderado por la inteligencia artificial el error humano se convierte en un mecanismo útil, necesario, enriquecedor del resultado final de la producción artística.

Nota al margen del cineasta: En estos 20 años continúa la tendencia de un consumo individual de lo audiovisual: desde las casas y desde los dispositivos de cada uno. Sin embargo, el cine y lo audiovisual siempre van a seguir siendo colectivos, porque, aunque se vean en solitario, todo el mundo quiere hablar de qué serie se está viendo, qué sensaciones le produjo la última película que vio. Hay algo que es muy humano y que lo une a su comunidad y es el contar y tejer historias.

Los videojuegos

Nos enfrentamos a una realidad mixta donde se debe prestar atención a los indicios de si estamos en la realidad física o la realidad virtual, donde podemos interactuar con elementos del espacio como si en realidad estuvieran materializados, todo gracias a implantes cibernéticos sensoriales. Para este tiempo quedaron atrás los controles y las herramientas obsoletas que interfieren en la jugabilidad; para explorar este mundo contamos con unas gafas pequeñas que nos sumergen en ese mundo virtual. Por suerte la biotecnología aún no logra leer los pensamientos.

Habilidad desbloqueada: Conocimientos de hacker. Estos conocimientos nos ayudan a luchar contra el control excesivo de las nuevas tecnologías y crear códigos para garantizar la poca privacidad que queda en un mundo hiperconectado.

Nota al margen del desarrollador de videojuegos: Eso que llamamos videojuegos ya no solo son vistos como entretenimiento, sino, que a través de avatares y el metaverso también son usados, por ejemplo, como herramientas educativas, de salud, nuevos modelos de turismo, de comunicación… ¡Están en todas partes! Esta sociedad ha hecho del video juego una parte indispensable de la vida. En este punto tengo la dificultad para diferenciar lo que es real y lo que es videojuego. Esta es la simulación más completa que he visto nunca.

La música

Los tapones para oídos se han convertido en nuestros mejores aliados. Allá afuera la música suena como un feedback infinito. Se ha producido tanta música que todo suena homogeneizado. La inteligencia artificial se ha encargado de sobreproducir piezas musicales que son réplica de la réplica. Las plataformas de streaming han desaparecido porque los algoritmos ya no funcionan porque se empiezan a extinguir los diferentes géneros musicales. Cada vez se produce más música, pero las personas tienen más problemas para elegir qué quieren escuchar o qué les parece interesante.

Habilidad desbloqueada: Crear nuestra propia música. La única forma de resistirse a la sobreproducción de música de la inteligencia artificial es con pequeños grupos revolucionarios que actúen como un virus: que se repliquen y crezcan para combatir la producción masiva de música artificial.

Nota al margen del músico: Mirar al pasado es lo que nos puede dar una predicción del futuro. En los últimos 20 años no ha pasado mayor cosa en la música, ya se habla de un estancamiento cultural porque no hay ninguna gran innovación o movimiento cultural nuevo. Lo único nuevo actualmente es la inteligencia artificial y, para este momento, 30 de mayo de 2044, 7:00 p. m., la IA se ha “alimentado” tanto de lo mismo que parece que se ha saturado, se ha hastiado y ya no produce nada nuevo porque no tiene música nueva y diferente para alimentarse.

Viaje al 2074

Momento, ¿seguimos viajando hacia al futuro o en algún momento presionamos el botón equivocado y dimos marcha atrás hacia el pasado? Luego de echar un vistazo, en efecto avanzamos 30 años más desde nuestro primer descenso. Como buena crisis de los treintañeros, este viaje se desarrollará en una dualidad entre la expectativa del futuro y la añoranza del pasado. Ese primer embiste de emoción por querer innovar hasta la práctica más mundana se convirtió en hastío, o tal vez miedo al ver los alcances que podría tener, y se decidió hacer un interludio para dar paso a la nostalgia, a los buenos recuerdos y a ser fiel al dicho “todo pasado fue mejor”. A la par, los nuevos avances siguen con su camino porque el capricho de volver a los años 80 del siglo XX como forma de resistencia a la innovación desenfrenada no es fuerza suficiente para frenar lo que ya hemos desatado.

El cine

La industria del cine ha desaparecido casi por completo. Pequeños grupos de personas siguen luchando para que sobreviva a partir de la curiosidad de querer saber sobre la memoria de eso que se hacía antes y hoy se está perdiendo. Desesperadamente buscan recuperar archivos que desaparecen de forma acelerada. Más que producir cine se dedican a cazar archivos, a recordar cómo se revelaban las fotografías y se filmaba en rollo, buscan rescatar prácticas cada vez más olvidadas antes de que los archivos caduquen por completo.

Habilidad desbloqueada: Lograr ver un video de más de cinco minutos. La capacidad de concentración para apreciar piezas audiovisuales es cada vez más corta, un clip que dure más de 30 segundos comienza a producir tedio en la audiencia. Resistirse es comenzar a ver productos audiovisuales cada vez más largos.

Nota al margen del cineasta: Con las tendencias de ver todo en clips, las generaciones ya no conocen qué son los largometrajes. Al estar desde pequeños expuestos a estímulos sonoros y visuales con las tablets, se encuentran sobreestimulados y su forma de consumo es hacer un scroll infinito buscando novedad. Por suerte, varios nichos han optado por resistirse a esta tendencia volviendo la vista a los largometrajes, a la necesidad de crear piezas artísticas más que cine de entretenimiento.

Los videojuegos

Ante los cambios abruptos de lo que se refiere al desarrollo de la realidad virtual y la tecnología, los videojuegos comienzan a tener unos nichos que se resisten a las dinámicas innovadoras actuales. Para ellos lo pasado vuelve a ser novedoso. La realidad virtual envolvente con gráficos hiperrealistas comienza a ser reemplazada por consolas y controles en el mismo formato que nacieron los videojuegos en los años 70 del siglo XX e imágenes 2D al mejor estilo vintage.

Habilidad desbloqueada: Presionar al tiempo todos los botones del control y sacar los mejores poderes del juego. Lo que nos permite romper con las lógicas de la hiperrealidad y regresar a la visión de los videojuegos como entretenimiento y la apreciación por formas de desarrollo más “manuales”.

Nota al margen del desarrollador de videojuegos: En la historia siempre existirá un eterno retorno: la novedad de lo antiguo. Los desarrolladores de esta época van en contravía a las herramientas tecnológicas que están de moda, procuran hacer todo lo más analógico posible. Parece una locura, pero se alejan de los implantes tipo cyborg y están haciendo juegos tipo Mario Bros.

La música

Para este momento la música no tiene quién detenga su producción y reproducción. Suena en todas partes de forma estridente. Escuchar el sonido del bosque o el de las aves en medio del bullicio es una posibilidad remota. Hastiadas de ese sonsonete interminable, las personas han comenzado a refugiarse en la música no humana, en aquellos sonidos provenientes de la naturaleza, sintetizando los sonidos de los hongos, el agua, las rocas y buscando exhaustivamente los archivos sonoros de aves que se han extinto.

Habilidad desbloqueada: Sordera selectiva. Para poder sobrevivir en un mundo donde impera el ruido y no caer en la locura, logramos desarrollar sordera selectiva con la que omitimos el ruido permanente y podemos concentrar nuestra atención en los sonidos “insignificantes” y encontrar valor en preciados archivos sonoros como el canto del paujil de pico azul, ave ya extinta en estos tiempos.

Nota al margen del músico: Cada vez tenemos menos capacidad de atención sobre una obra, por eso la música cada vez es más corta. Ya los artistas no sacan álbumes. Llegamos a un punto donde existen las llamadas micro piezas musicales, pero, en oposición a esto, se ha comenzado a dar la vuelta y se están haciendo producciones larguísimas. De igual forma, estamos tan sometidos al ruido que un gran grupo de personas ha comenzado a buscar el silencio, la estética del silencio. Se unen en espacios de escucha, sin ruido, de sosiego.

Viaje al 2124

¿Nos copian? ¿Nos copian? Transmitiremos este mensaje antes de que vuelva a fallar la señal. Pensamos que no podríamos cumplir con este último viaje, perdimos todo contacto con la torre de control en la Biblioteca, cualquier intento de comunicación es nulo, parece ser que en este año el internet y las comunicaciones como las conocíamos no existen, y no porque se haya desarrollado una tecnología de punta, sino que en el fondo del mar los tiburones y otras especies no identificadas se comieron todo el cableado submarino de la fibra óptica del internet. Debimos armar un radio al estilo Mcgyver para poder hacer este comunicado. Esperamos que logren descifrar nuestras voces en medio del bullicio ¿Es música? ¿Maquinaria? ¿Medios de transporte? Todo suena indistintamente al tiempo en todas partes. ¿Nos copian? ¿Nos copian?

El cine

La falta de archivos de cine latinoamericano no solo borró la memoria de la industria del séptimo arte que se hacía en estas tierras, sino que ha borrado de la memoria colectiva que alguna vez existió Latinoamérica. Las grandes bases de datos, archivos y buscadores han fabricado una historia a medias por falta de información. Los mecanismos más avanzados de búsqueda de información, más que ayudar a la creación, han destruido la historia real por los vacíos en la memoria y los archivos. Quienes guardan álbumes físicos, VHS, rollos de películas, los atesoran como última prueba de que alguna vez existimos y creamos.

Habilidad desbloqueada: Saberse de memoria los diálogos de La vendedora de rosas. Como si se tratara de Fahrenheit 451, fue necesario aprenderse de memoria diálogos y escenas de películas latinoamericanas para que no se perdieran en el olvido de las bases de datos automatizadas. La única forma de que el cine latinoamericano no desaparezca es divulgarlo oralmente de generación en generación.

Nota al margen del cineasta: Las personas de este tiempo no saben que existió una ciudad llamada Medellín porque no hay registro de ella en los grandes buscadores anglosajones. Estos buscadores optimizados por Inteligencia artificial se han encargado de sesgar la memoria de la humanidad porque solo tienen referentes visuales extranjeros. Por la poca o nula información que tienen de archivos de arte y cine latinoamericanos el mundo ha olvidado que alguna vez existieron, por ejemplo, las calles de Medellín en los años 80 del siglo XX.

Los videojuegos

Se lograron desarrollar sistemas interconectados con la corteza cerebral que proyecta los sueños y pensamientos como imágenes reales, utilizando estos recursos como elementos narrativos y visuales en los videojuegos, haciendo cada vez más inmersiva la experiencia de cada partida. Es tal el nivel de realismo que se puede oler, por ejemplo, los campos de batalla en la Segunda Guerra Mundial. Los videojuegos comienzan a retratar las propias emocionalidades de la vida poniendo en evidencia las actitudes asertivas o violentas de cada persona para resolver cada misión.

Habilidad desbloqueada: La empatía. Esta capacidad permite tener actitudes asertivas en las situaciones a las que diariamente los videojuegos ponen a prueba a la humanidad. Permite tener respuestas éticas y morales positivas frente a lo que se juega día a día y que difícilmente se puede diferenciar de la realidad.

Nota al margen del desarrollador de videojuegos: Vivimos en una Matrix donde no solo podemos tener viajes digitales por China, sino que también se ha comenzado a utilizar para falsear la realidad y la historia. Como cada persona puede vivir en primera persona hechos históricos como la Segunda Guerra Mundial o la batalla de Boyacá, proliferan versiones de lo que fue real. Todo es tan real a nivel sonoro, visual y sensitivo que no se distingue lo que sí sucedió. Se está falseando el patrimonio digital y humano, y aquellos con intereses personales juegan con las verdades y los límites.

La música

Con el gran “apagón” del internet ocasionado por los tiburones, la producción y difusión artificial de la música comienza a ser cada vez menor. Los seres humanos han vuelto a un lugar primitivo donde le dan a la música creada por su propia mano un carácter divino que les permite conectarse con su lado espiritual. Los instrumentos son rudimentarios y la gente está descubriendo nuevamente los sonidos que producen los instrumentos de viento, los de cuerda y de percusión. Esta música se utiliza en ritos y ocasiones especiales, el divertimento no existe, el deber ser de los humanos es sobrevivir en un entorno donde la supervivencia se hace difícil.

Habilidad desbloqueada: Recordar cómo hacer sonar una flauta. Como la producción musical fue por muchos años responsabilidad de la inteligencia artificial los humanos olvidaron cómo producir sonidos con los vestigios de los instrumentos musicales físicos que quedaron. Descubrir cómo tocar los instrumentos es un privilegio de unos pocos.

Nota al margen del músico: En este 2124 hay un ambiente tan hostil que no nos preocupamos más por el entretenimiento, sino por sobrevivir. Eso hizo que volvamos al primitivismo musical, a conectarnos con lo espiritual que fue una de las razones por las que se comenzó a hacer música: los sacerdotes para hablar con un dios utilizaban la música. Ya no contamos con medios electrónicos para crear música, hemos regresado a la conexión física con los instrumentos y a los medios de difusión primitivos.

Nota al margen de la bitácora de viaje

Para este punto de la conversación del taller experimental de Mapeos del futuro aceptaría sin vacilar si alguien nos dice que, en efecto, no somos nosotros aquí reunidos, sino que somos los enajenados, díscolos y alienados, como eran llamados los ingresados al antiguo manicomio departamental, inmersos en una simulación del metaverso que nos hace creer que las habitaciones del manicomio se transformaron de pronto en biblioteca y que tenemos la misión de elaborar un archivo histórico valiosísimo, única evidencia de que existimos en una pequeña ciudad latinoamericana perdida entre los yottabytes de archivos almacenados en servidores extranjeros, optimizados por inteligencias artificiales, que se encargaron de borrar todo registro de que alguna vez existió una ciudad llamada Medellín.

Entre los saltos en el tiempo con miradas placenteras y otras de futuros distópicos, cualquier situación parece posible. El archivo histórico valiosísimo va tomando forma, pero para otro que lo mire desprevenidamente puede ser un retazo de dibujos, collages y palabras sueltas sobre el papel de embalaje que hace las veces de tablero o pergamino, y que cumple con su cometido de proteger, envolver y sellar los rastros de lo que escribimos, dibujamos, rayamos y que terminará siendo las memorias del futuro que nos imaginamos.

El archivo histórico valiosísimo, acá Mapeos del futuro, presenta una dualidad: es bitácora y oráculo a la vez, por eso se pensaría que hay una incongruencia al referirse a él como un archivo de algo futuro, pero su naturaleza responde a ambas lógicas. Su labor como bitácora es registrar las posibilidades futuras de lo que vamos hablando, capturar palabras o imágenes que para nosotros resultan importantes atrapar del encuentro, pero también líneas y tachones sin sentido aparente que al observarse desde una distancia prudente se entiende por qué el inconsciente las puso allí: líneas puntiagudas como sobresaltos, puntos inconexos que divagan, tachones que reconsideran una idea.

Recuerdo, memoria, archivo, eterno retorno, nostalgia son palabras sueltas que salpican toda la cartografía, escritas por varias manos, en distintos momentos de la conversación que nos convoca, porque coincidimos en que escudriñar el pasado es la herramienta más cercana y natural que tenemos para avizorar el futuro. Es entonces cuando el mapeo, al convertirse en archivo y en nuestras memorias, adquiere la calidad de oráculo que nos responde a las preguntas que le consultamos al comienzo de nuestra misión: ¿Cómo se escuchará y se realizará la música en el futuro? ¿Cómo se crearán y se jugarán los videojuegos en el futuro? ¿Cómo será el oficio de hacer y ver películas en el futuro?