Edición limitada

Pez en el hielo: Un marco, una frontera

«Pez en el hielo nace como una editorial artesanal orientada a la publicación de narrativa y poesía emergentes en español. La editorial se afirma en 2019 con la incorporación de la diseñadora Bárbara Nilson consolidando una identidad visual con fuerte presencia de la fotografía y propiciando un diálogo entre autores y autoras que irrumpen en la escena literaria por vías heterogéneas e híbridas». (Tomado de https://pezenelhielo.wordpress.com/).

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Pez en el hielo: Un marco, una frontera
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Mientras hacían parte del equipo organizador de una feria, los escritores Gonzalo Baz y Daniela Olivares se vieron frente a la oportunidad ideal de crear un libro para liberarlo de inmediato en ese, su ambiente natural. Asumieron la tarea con las herramientas que tenían a la mano, lo que sabían de corrección y de diseño, para salir con unos ejemplares artesanales, de tapas impresas en serigrafía, que son el origen de su editorial, Pez en el hielo.

Era el año 2016, y pese al tamaño increíblemente pequeño del mercado editorial uruguayo —un país de escasos tres millones y medio de habitantes— valía la pena repensar el papel de las editoriales nacionales. En el panorama sobresalían dos escenarios: la cercanía con Brasil, que propone el desafío de establecer puentes con una lengua que no suele interesarse por lo que ocurre en el resto de la región; y la vecindad con Argentina, y de su mano, la posibilidad de aprovechar la magnitud del sector librero bonaerense.

Pez en el hielo se empezó a perfilar como una editorial que contribuía a afianzar la presencia de libros no solo hechos en el país sino pensada para publicar autores propios. Lo último, impulsado por un deseo de renovación de la oferta, sino del canon. Una ambición razonable para editores jóvenes, que también son escritores y conocen lo que ocurre en el campo creativo, con el ánimo de contestar o simplemente alejarse de una tradición protagonizada por grandes nombres —uruguayos son Juan Carlos Onetti, Marosa di Giorgio, Horacio Quiroga, Idea Vilariño —y proponer unos nuevos.

Lo que impulsa a Pez en el hielo es dar con escrituras pensadas alrededor del riesgo y la experimentación, más que lo maduro o bien acabado. Quizá en contravía de su olfato ecléctico y desafiante, su fondo se organiza alrededor de tres géneros: poesía, ensayo y narrativa, aunque como era de esperarse hay libros difíciles de clasificar que pujan por desbordar las formas.

A un ritmo de siete, ocho libros al año, han publicado las novelas Papeles suizos de José Arenas, Las tentativas de Isabel Retamoso, Las invasiones de Francisco Álvez Francese; los poemarios Todas esas cosas siguen vivas de Leonor Courtoisiey, Desviaciones de Diego Presa, Gastronomía de olvido de Regina Ramos; los ensayos Ejercicios de dactilografía de Ramiro Sanchiz y La Sangre de Claudio Burguez y Diego Vidart (mezcla de este género con narrativa y fotografía); y los libros de cuentos Las cosas que quiero no se quieren entre sí de Claudio Burguez, Mal aliento de Jorge Fierro y Animales que vuelven de Gonzalo Baz (editor y fundador).

A los libros los une un fuerte lazo estético, aporte de la diseñadora Bárbara Nilson que se incorporó al equipo en 2019. Los primeros acercamientos gráficos, en la colección de libros artesanales, habían sido a una apariencia rústica y tipográfica. Con la llegada de Nilson se da un vuelco, en el que se trabajan portadas protagonizadas por la fotografía. Las imágenes elegidas guardan una relación más bien poética con el tema: algunas son figurativas, pero su contenido es más sugestivo que literal. La colección de narrativa se distingue por un marco de color que contiene la portada y secuencia en términos visuales cada uno de los títulos. El nombre del autor y del libro, contrario al uso convencional, está diagramado en sentido vertical, un gesto simple que hace virar la mirada. En general, el formato de los libros es angosto y compacto, y comunica una visión contemporánea sobre el objeto y la vocación de la editorial por apoyar la carrera de autores jóvenes, que necesitaban ser descubiertos y publican por primera vez.

El logo de Pez en el hielo aparece en el margen izquierdo: la silueta de un pez atrapado en un cubo. Además de tener como fronteras a los territorios gigantescos de Brasil y Argentina, Uruguay está de frente al mar Atlántico. Más al sur, cerca al polo, hay peces de hielo que sobreviven a bajísimas temperaturas sin congelarse. Este podría ser uno de los orígenes del nombre —que no está claro—, una alusión al poder de ciertas criaturas como las larvas, las tortugas, las ranas —y la literatura— de morir en apariencia para revivir después estimulados por un mensaje benéfico del hábitat. Casi siempre la luz del sol o el surgimiento de una nueva editorial.

Revive la conversación con Gonzalo Baz, editor de Pez en el hielo