Bibliotecas humanas

Juliana Peña Quiroga

Juliana Peña Quiroga bibliotecas humanas
  • Biografía
  • Capítulo uno
  • Capítulo dos
  • Capítulo tres
  • Anecdotario

¡Y no sabía que llegaría a entender de ciencia! De niña sentía poco interés en jugar con muñecos y demás niños, en cambio, prefería sentarme a mirar a mi alrededor y preguntarme por qué las cosas pasaban de la manera en que pasaban. Fui creciendo y me interesé en el deporte, entrené muchos años y me convencí de querer ser deportista, sin embargo, las ganas de conocer las respuestas a mis interrogantes volvieron; fue ahí cuando decidí cambiar mis planes, estudiar una ciencia pura y convertirme en Química.  Mi nombre es Juliana Peña Quiroga, tengo 25 años, soy Química de la Universidad Industrial de Santander y esta es una parte de mi historia… 

Capítulo uno

Desde pequeña mi interés fue el deporte, entrenaba y competía en patinaje, me gustaba jugar futbol y participé en competencias de atletismo. En cuanto a la parte académica, destacaba positivamente en el colegio obteniendo buenas calificaciones, sin embargo, este no tenía un enfoque científico por lo que realmente no consideré entrar en el mundo de la ciencia. Siempre me había preguntado por qué suceden ciertas cosas de la cotidianidad, como por qué el hielo flota en el agua, o por qué a veces veía residuos de azúcar en mi jugo y a veces no, pero no me había detenido a buscar una respuesta, ya que me encontraba muy enfocada en el deporte y en mi inocencia, creía que los científicos eran personas de bata, gafas y aburridos, y en contraste con mis ganas de convertirme en deportista, consideraba que no podría ser las dos cosas. 

En el grado décimo gracias a mi profesor de Química y su forma dedicada de enseñar y hacer llegar las ideas mediante ejemplos tangibles, me hizo despertar nuevamente la curiosidad que desde mi infancia tuve. Así las cosas, entendí que este podía ser el camino de comprender ese “por qué” que me había cuestionado desde siempre y decidí que estudiaría Química, por lo que me preparé para lograr obtener mi cupo en la Universidad. 

Capítulo dos

Inicié mi universidad cuando no tenía idea de lo que vendría; nunca había entrado a un laboratorio, no sabía la diferencia entre cada material, ni implementos, ni equipos y ni siquiera había usado una bata, sin embargo, al entrar al laboratorio e ir aprendiendo y descubriendo cada reacción que ocurría, por ejemplo, ver cuando de repente algo calentaba, enfriaba, desprendía humo o cambiaba de color, me fui enamorando más de mi carrera, fui encontrando respuestas y motivándome por seguir aprendiendo cada día más de esta área.  

Por supuesto el deporte no quedó de lado; continuar entrenando en la misma intensidad no fue posible, pero tuve la oportunidad de volverme entrenadora de patinaje, también hice parte de equipos de futbol sala y participé en torneos entre equipos de estudiantes, por lo tanto, no tuve que dejar de lado ninguna de las cosas que tanto me gustaban y de esta manera logré mezclar el deporte y la ciencia. 

Capítulo tres

Finalizando mi carrera tuve que desarrollar un proyecto de investigación, elegí que estudiaría el maíz, si, el maíz, alimento con el que probablemente desayunemos cada día. Varias personas me lo cuestionaron, pues la creencia común es que un Químico estudia cosas nada cercanas al entorno. Sin embargo, para mí no es así, para mí la ciencia forma parte de nuestra vida cotidiana y por ello decidí que este sería el tema de mi proyecto, pues quería que mi último paso por la Universidad se enfocara en un tema que pudiera explicarlo a cualquier persona y no solo a aquellos que hacen parte de este mundo y así, de alguna manera, enseñar que la química es vida, es naturaleza, está en lo que consumimos y en nosotros mismos, mejor dicho, la ciencia nos rodea. 

Anecdotario

Fui una persona muy tímida y se me dificultaba hablar con los demás. A mis 15 años hice un curso sobre técnicas para hablar en público, el cual me ayudó tanto para mis relaciones interpersonales como para poder sacar mis estudios adelante
  • Robo de mis apuntes de tesis: La parada del bus me quedaba a una cuadra de mi casa, eran aproximadamente las 9pm y yo iba llegando después de estar todo el día en la Universidad. De repente una moto se detiene a mi espalda, me empujan, sacan un cuchillo y me quitan el morral, donde literalmente no tenía nada de valor físico, solamente mi cuaderno, en el cual tenía los apuntes de mi tesis, con cálculos, fórmulas y datos que había recopilado a lo largo de dos años realizando este proyecto. Afortunadamente tenía respaldo de una parte de la información y pude recuperar los datos algunos meses después. 

  • Terminé mi tesis en pandemia: Me faltaban por terminar algunos experimentos de mi proyecto, pero llegó la pandemia y prohibieron la entrada a los laboratorios por parte de los estudiantes. Así las cosas, nos dieron la opción de presentar el proyecto como estaba en ese momento (incompleto) o terminarlo, sin embargo, esta última implicaba ciertos procesos, por ejemplo, el envío de reactivos y materiales necesarios para realizar los montajes de los experimentos faltantes en casa. Finalmente decidimos continuar con el desarrollo de nuestro proyecto, ya que llevábamos estudiando por mucho tiempo y ya habíamos logrado un avance, el cual era muy interesante y no queríamos dejar ese estudio incompleto. 

Video del evento: