Nací en Medellín, en el Hospital San Vicente de Paúl en el año de 1976, desde entonces he tenido la gran fortuna de vivir en zona rural del municipio de Bello, en su único corregimiento: San Félix, ubicado al norte del Valle de Aburrá. Durante el desarrollo de mi infancia, adolescencia y hasta hoy veo mi crecimiento como persona y, a su vez, evidencio el decrecimiento de la biodiversidad y la pérdida del recurso hídrico en el territorio.
En el colegio, mis materias preferidas eran ciencias y sociales. Entre 1995 y 1996, en cumplimiento del deber militar, me empiezo a dar cuenta de los conflictos socioambientales en otros territorios. Siendo parapentista, logré adquirir una perspectiva más amplia de estos conflictos en San Félix, pude, entre otras cosas, apreciar aún más la pérdida del hábitat natural. A partir de ese momento nace la idea de un voluntariado, ya que mi perspectiva es HACER como persona natural, en pro de la recuperación de estos ecosistemas tan frágiles que rodean nuestro entorno.

1982 a 1994. Colegio y servicio militar
En mis años de estudio en la Institución Educativa San Félix, por allá en los grados de tercero y cuarto de primaria, empiezo a descubrir ese interés por la naturaleza mediante la materia de ciencias, a través de la explicación de cómo se conforma una simple célula y a partir de ahí todo el proceso posterior de una vida. Era agradable poner a germinar los fríjoles y los maíces en los vasitos de agua y ver su proceso de crecimiento, tanto de la planta como de la raíz. En sociales, me gustaba la riqueza de las fuentes hídricas, de la que nos hablaban y mostraban en los mapas de la biodiversidad natural del país.
En el desarrollo del cumplimiento militar, por allá en el Suroeste, empiezo a comprender, entre otras cosas, por qué se generan los conflictos ambientales, por ejemplo en los cultivos de café, ya que dentro de estos se efectuaban otros tipos de sembrados, como lo son el plátano, árboles de aguacate, entre otros, pero por la existencia de una economía que se establece en un territorio (en este caso el café) los lugareños empiezan a deshacerse de estas otras especies, "para que no den sombra al café", y de esta manera no solo se pierde el ecosistema natural nativo establecido anterior al café, sino que da paso a un solo producto, así se pierde la comida, y además se proliferan enfermedades por el establecimiento de monocultivos.

1998 a 2010. Parapentismo. Guía de turismo
Al regresar del ejército observé desde los aires el corregimiento mientras volaba en parapente (en San Félix yo solo había visto otro tipo de planeador, que era el del ala delta), aprendí a "pilotear" gracias a que hice el curso de parapentismo; volé por 12 años. En ese periodo de tiempo comprendí aún más que mi pasión era tratar de HACER todo lo que estuviese a mi alcance para cuidar nuestros ecosistemas de alta montaña, sin saber que era un proceso tan difícil, teniendo en cuenta situaciones para mí complejas, como el tratar de entender que en una región que posee un páramo haya racionamiento de agua en verano, por la degradación de la naturaleza.
Durante este periodo de tiempo, pensando en un tipo de turismo más de educación, también desarrollé caminatas de reforestación o de recolección de semillas, una actividad que impacta positivamente el entorno y genera conciencia ambiental, no como el turismo tradicional.

2011 al 2022. Viverista y Guardabosques
A partir de 2010 se me presenta la oportunidad de una capacitación como viverista, y como yo era conocedor del territorio, ya era cuestión de aprender sobre los métodos de manipulación de semillas. Mi fuerte resultó ser la germinación, la protección de estas especies y de las fuentes hídricas; empecé a ejercer la labor como Guardabosques Voluntario.
Me va muy bien con el tema de semillas nativas, ya que he tenido muy buenos resultados, y además el conocer el territorio me permite llegar hasta esos lugares donde se encuentran estas especies para propagar, unas en vía de extinción y otras para la recuperación de ecosistemas estratégicos como nacimientos de agua. Me apasiona investigar sobre especies vegetales que yo veo como “más delicadas” en el territorio. Gracias a mi empirismo y a la manipulación de estas semillas pude germinar gran cantidad de individuos y posteriormente pude retornarlos a su entorno natural, todo en miras de protegerlas y hacer algo por ellas, por ejemplo especies como palmitas de cera, robles, cedro negro, yolombo, entre otras, así mismo, hacer algo por el agua que, como mencioné, en verano la situación es muy preocupante.

Con el paso del tiempo y gracias a diversas experiencias, logré evidenciar que el HACER que yo promuevo entre los distintos actores, gira entorno a las siguientes líneas:
Seguridad hídrica. La importancia de realizar acciones que garanticen la calidad y la oferta de este preciado líquido en el corto, mediano y largo plazo, haciéndome varios cuestionamientos, por ejemplo, ¿cómo se encuentran estos ecosistemas necesarios para la regulación del ciclo hidrológico en cuanto a vegetación?, ¿qué tipo de vertimientos le caen a esas aguas?, entre otros.
Conectividad biológica. En el corregimiento hay parches de bosques desconectados y poco estudiados, esto dificulta, entre otras cosas, el flujo genético de las especies (flora y fauna) y la oferta de servicios ecosistémicos.
Diversidad genética. La variedad de flora y fauna nativa es indispensable para el equilibrio de los ecosistemas y los sistemas naturales.
Seguridad y soberanía alimentaria. La producción orgánica (libre de químicos) ofrece alimentos sanos, promueve la autonomía y aporta a la identidad territorial (ancestral).
Educación ambiental. Enfocada en la prevención de impactos ambientales, como la contaminación, la deforestación, la proliferación de especies invasoras, entre otros.
Así mismo, se encuentra que las principales presiones sobre los ecosistemas del corregimiento son las siguientes:
Expansión de la frontera agrícola y pecuaria: vertimientos de establos y marraneras y deforestación (pérdida de hábitat natural, movimientos de masas de suelo).
Contaminación por residuos sólidos: domiciliarios (proveniente de las casas), especiales o voluminosos (ej. tubos) y residuos peligrosos (ej. frascos de veneno, vertimientos antenas).
Especies invasoras: de flora, como el ojo de poeta, el retamo espinoso, y de fauna, como el caracol africano.
Especies vegetales en vía de extinción: por ejemplo el roble, la palma de cera, el cedro negro, el encenillo, entre otros.
Falta de sinergia entre actores estratégicos: si bien diversos actores han desarrollado acciones en el territorio, se evidencia desarticulación entre los mismos. De igual forma, muchos procesos terminan siendo discontinuos e insostenibles para quien los desarrolla.
Anecdotario
Liderando ejercicios para la protección de nacimientos de agua que abastecen a la comunidad. Se identifican afectaciones graves a nacimientos de agua y se radican hallazgos ante Secretaría de Medio Ambiente de Bello así mismo ante Corantioquia. Octubre de 2010.
Programa de propagación de palma de cera, casi extinta en el territorio. Diseño, construcción y operación de vivero especializado en esta especie. Año 2013.
Participación en nota producida por el canal Telemedellín y EPM llamada “Reforestación de especies nativas”. Agosto de 2013.
Participación como ponente en conversatorio organizado por la Mesa Ambiental del municipio de Bello, en el marco del proyecto "Reconociendo la ruralidad bellanita para la construcción del imaginario de ciudad". 2014.
Recuperación biológica de ecosistema degradado mediante siembra estratificada, gracias a acuerdo con propietario y educación ambiental, potrero vereda Sabanalarga. Octubre de 2014.
Jornada de recolección de semilla de palma de cera, municipio de San José de la Montaña, en compañía del biólogo Juan Camilo Jaramillo. Julio de 2015.
Ganador en el concurso Iniciativas Ciudadanas de Corantioquia, convenio n° 1609-157, mediante la Iniciativa “Potenciando la figura de guardabosques en el corregimiento. Propagación de especies nativas para la recuperación de ecosistemas en el corregimiento de San Félix, sector el Paraíso parte alta y sector Sabanalarga, Bello”. Se desarrollaron procesos de siembra con especies nativas y en vía de extinción en ecosistemas estratégicos, así mismo espacios de sensibilización en la Institución Educativa San Félix y con la comunidad en general. Diciembre de 2016.
Procesos de regeneración de plántulas de helecho arbóreo ubicadas en sitios con alta probabilidad de desaparecer o ser afectadas, se rescatan y se llevan a un vivero temporal. Marzo de 2018.
Articulación estratégica con Corporación Ambiental Cuenca Verde, en el marco del programa Plan Quebradas, ejercicio financiado por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Jornada de recolección de residuos en punto crítico de nacimiento de la quebrada El Hato. Noviembre de 2019.

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