El Norte es montaña, también es agua. Los ríos que bañan el territorio son fuente de riqueza por la fertilidad que aportan a la tierra y por su aprovechamiento para la generación de energía. El embalse más notorio es el de Hidroituango, proyecto que todavía se encuentra en construcción. Otros embalses como Miraflores y Troneras, en Carolina del Príncipe; y Riogrande II, aledaño a Entrerríos y San Pedro de los Milagros, constituyen un atractivo para los turistas, aunque en ninguno de ellos se ha consolidado una actividad tan representativa como ocurre en Guatapé, en el Oriente antioqueño.
La subregión Norte de Antioquia está conformada por 17 municipios que suman una población de 241.5651 habitantes, siendo Yarumal el municipio más habitado, con 49.109 habitantes, seguido de Santa Rosa de Osos. Es una región montañosa, sus poblaciones están desperdigadas en la cordillera Central. Hay municipios de clima predominantemente cálido, como Valdivia, enraizado a orillas del río Cauca; y otras poblaciones encumbradas en el ambiente frío de la alta montaña, como Santa Rosa de Osos, Belmira y Entrerríos, que comparten límites con el páramo de Belmira, uno de los más importantes del departamento. La agricultura y la ganadería para la industria lechera son una piedra angular alrededor de la cual orbitan otras actividades como la minería, la cría de ganado porcino, la industria cárnica, el comercio y todavía con una influencia modesta, las actividades derivadas del turismo.
En esta expedición al norte, visitamos los municipios más poblados, Yarumal y Santa Rosa de Osos. El más alejado y extenso, Ituango, con 2.350 kilómetros cuadrados y 101 veredas. Uno de los menos poblados: Carolina del Príncipe, con casi 4.000 habitantes distribuidos entre el casco urbano y seis veredas, y uno de tamaño mediano: Entrerríos, con 11.200 habitantes.
En el área cultural los vínculos entre los municipios norteños se han tejido de manera natural, al margen de los programas institucionales y como iniciativa de los artistas y grupos culturales que buscan proyectarse en las poblaciones cercanas a su lugar de residencia e incluso, en otras subregiones del departamento.
Un profesor de música de Carolina puede ser también maestro de los niños de Gómez Plata. El baterista de un grupo de rock en Entrerríos puede dirigir un estudio de grabación en Santa Rosa de Osos. Las semanas culturales que se realizan en los diversos municipios convocan grupos de toda la subregión, artistas de Medellín y colectivos provenientes de otras zonas del departamento y del país. Un festival de danza en Carolina puede incluir en su programación compañías del Pacífico, semilleros de municipios cercanos o impresionantes comitivas internacionales. A la convocatoria de un festival de rock en Entrerríos pueden llegar demos de bandas de todo el país, ansiosas por hacer parte del cartel definitivo. Un promotor de lectura en Yarumal viste la piel de un lobo para embelesar con historias a los niños con los que se encuentra en municipios y veredas. A las proyecciones de un festival internacional de cine realizado entre montañas, acuden niños, jóvenes y adultos sin que la crudeza o comicidad de algún género cinematográfico excluya a ninguno de los públicos.