Soy una sombra perpleja, inmensurable. Sobre mí nadie podría decir mucho. Me busco desesperadamente en los adjetivos que el maravilloso León de Greiff disparó en ráfaga sonora en su poema: ¿nimio esteta?, ¿romántico, decadente?, ¿hierático anacoreta?, ¿explotador de agrias vetas? Las cifras fueron mi pasión. Cuál de todas más fluctuante, menos cierta. ¿Escribir? Al menos esos textos no serían esperados por nadie con urgencia, al menos en ellos no tendría que hacer proyecciones avaras ni cuentas alegres… ¿Macabrista?, ¿figura lívida y quieta?, ¿ingenuo, inconsolable, optimista?, ¿bárbaro sanchista? Mi única ganancia la dio el 13…
