Estamos vivos porque el bosque está vivo. Sus árboles son emisores de aire limpio, regulan el ciclo del agua posibilitando que tengamos acceso a ella durante todo el año; su suelo nutre miles de especies y sus plantas tratan enfermedades y dolencias. Los bosques ofrecen materiales para el desarrollo de nuestras sociedades y nos protegen de peligros naturales como inundaciones, deslizamientos de tierra y sequías.
En el Día Internacional de los Bosques queremos reflexionar sobre la vida que ganamos cada vez que reciclamos y reutilizamos, compramos alimentos orgánicos o sembramos una planta en casa. Cada acción consciente, por pequeña que sea, es un compromiso con la naturaleza y con las redes de vida de las que hacemos parte.
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¿Por qué son importantes los bosques?
Un bosque es mucho más que árboles. Es el conjunto de interacciones entre miles de formas de vida: microbiota o funga, animales, cobertura vegetal y suelo. Lo que hace que un bosque sea bosque es la vida que interactúa entre ella misma.
Los bosques son verdaderas despensas de la naturaleza, ofreciendo mucho más que solo frutas o agua.
Capturan dióxido de carbono y liberan oxígeno limpio, mientras regulan la humedad.
Nos proveen más que frutos y semillas: posibilitan condiciones diversas entre suelo, agua y biodiversidad para que las plantas que cultivamos para el consumo diario tengan calidad suficiente para nutrirnos adecuadamente.
Son fuente de recursos que impulsan nuestras sociedades y enriquecen nuestras culturas: desde fibras para la confección de ropa hasta madera para la construcción y una amplia gama de minerales y metales que yacen en su subsuelo.
Pero su valor va más allá de los recursos materiales; los bosques son el hábitat de una inmensa variedad de especies de flora, fauna y hongos que no solo contribuyen a su equilibrio, sino que también sustentan nuestra propia existencia.
¿Has oído hablar de los baños de bosque y de los beneficios del contacto con los árboles? Pasar tiempo en el bosque puede reducir el estrés, el ritmo cardíaco y los niveles de azúcar en la sangre, favorecer el metabolismo, mejorar la calidad del sueño e, incluso, fortalecer el sistema inmune, respaldando nuestro cuidado de otro tipo de enfermedades no transmisibles.
Además, mientras más bosques conservemos y recuperemos, más mitigaremos el cambio climático y sus efectos. Los árboles protegen, nutren y regeneran el suelo, pues almacenan grandes cantidades de carbono y regulan la temperatura; también previenen la erosión, los deslizamientos y las inundaciones.
¡Sobran razones para proteger y habitar los bosques!
