Un jardín infantil que cultiva las emociones en Segovia

«Se me mueve el corazón cuando voy al jardín» dice Ana Sofía Naranjo, de tres años. Ella reconoce que la habitan las emociones más puras, las mismas que nacen y se expanden por su cuerpo en un alegre cosquilleo. Es la alegría de volver a encontrarse con amigos, de saludar con canciones a las maestras y esperar con ansias el momento de siembra y cosecha en la huerta donde registra cada nuevo brote o floración.

Una noticia emocionante: inauguramos el Jardín infantil Manzanillo Comfama - Gran Colombia Gold

Perejil, zanahoria, yuca, tomate, plátano, pepino y plantas aromáticas, son algunos de los tesoros que los niños han sembrado, regado, cuidado y cosechado en la tierra. ¿Cómo cuidar las plantas de las plagas y otras amenazas? Se preguntan los niños del jardín.

«La huerta ha sido un éxito. En el proyecto se han involucrado las familias, se ha posibilitado una conexión con el ecosistema del territorio, teniendo en cuenta los desafíos ambientales y nos ha permitido interiorizar el concepto del cuidado», destaca Ana María Velásquez, responsable del Jardín.

Salomé Espinosa, de 4 años, reserva sus emociones más intensas para el momento del almuerzo: «lo que más me gusta son las ensaladas, son muy ricas, mis lugares favoritos son la huerta y el comedor».

El Jardín Infantil Manzanillo, que operamos en alianza con Gran Colombia Gold, concibe la educación como un puente entre el hogar y el mundo. Su modelo pedagógico reconoce el pensar, el sentir y el hacer. Además, a través del ritmo, el juego y los rituales, se construye una atmósfera para la felicidad y la libertad, propiciando así un sano desarrollo que le permite a cada niño y niña conectarse con su entorno y aportar a su transformación.

Esperanza es gozar de una educación integral que fortalezca el ser y sus emociones.