El liderazgo va más allá de dirigir; se trata de tejer conexiones genuinas, impulsar la diversidad y crear espacios donde el bienestar colectivo sea tan prioritario como el éxito individual. Pero ¿cómo es o debe ser el liderazgo de las mujeres? Esta fue la pregunta central del tercer encuentro de “Conversaciones para el Liderazgo" del programa Mujeres Líderes. Lo que el 26 de septiembre comenzó como un lugar de reflexión para 60 mujeres en el Patio Teatro Claustro Comfama, se convirtió en una poderosa experiencia de aprendizaje y crecimiento.
Bajo la guía de María Jimena Escandón y Juan David Aristizábal, docentes del CESA con amplia experiencia en liderazgo en entornos públicos y privados, este conversatorio fue una oportunidad para reflexionar y profundizar en los distintos estilos de liderazgo que existen.
La conversación, enriquecida por las experiencias de ambos ponentes, dejó aprendizajes profundos que invitan a repensar el rol de la mujer en posiciones de liderazgo. Aquí te contamos cuáles fueron las lecciones más potentes del conversatorio:
Liderar con propósito - “Un líder es aquella persona que sabe sortear dificultades”, dijo Escandón. Y es que un liderazgo efectivo no puede existir sin una dirección clara y significativa. Tener un propósito bien definido no solo guía las decisiones del líder, sino que también motiva a aquellos que lidera. Esta claridad impulsa la resiliencia, una cualidad fundamental para enfrentar los desafíos que, inevitablemente, surgirán en el camino. En palabras de la ponente, "caerse es necesario en el camino del liderazgo", y es en estos momentos de frustración y fracaso donde el propósito toma fuerza y se convierte en una brújula que motiva, inspira y orienta las acciones.
Liderazgo auténtico, liderazgo positivo - Un liderazgo auténtico se construye desde la confianza, el trabajo en equipo y la humildad para aprender constantemente. Escandón y Aristizábal destacaron que el verdadero poder del liderazgo femenino radica en su capacidad para formar equipos sólidos, rodearse de personas más inteligentes y no temer levantar la mano cuando no se sabe algo. Delegar, confiar y escuchar activamente a voces disonantes permite a las líderes no solo mejorar sus propios enfoques, sino también fomentar un entorno de crecimiento mutuo. Además, este estilo de liderazgo pone el bienestar personal y familiar en el centro, recordando que el descanso, la recreación y el equilibrio son esenciales para mantener un liderazgo positivo y sostenible.
Liderar es hacer - Para Aristizábal, liderar es sinónimo de acción. Sin embargo, este “hacer” requiere desarrollar capacidades como autonomía, autoconocimiento, autoeficiencia, autorregulación y agencia. Siendo esta última una de las más importantes: las líderes efectivas son aquellas que no solo son conscientes de sus fortalezas y áreas de mejora, sino que también tienen la agencia necesaria para transformar su entorno con acciones concretas. Delegar, confiar en el equipo y aprender a escuchar son pilares para construir un liderazgo auténtico, uno que se base en la confianza mutua y el trabajo en equipo.