La calle ha sido mi universidad...la calle me pensionó
Cuando en Medellín aún se cocinaba con petróleo, las casas eran grandes, con solar para cultivar sabe- res y sabores, nace en 1965 en el Barrio La Isla, María Rosario Aragón Correa, una mujer de las pocas que pueden decir que: ha sido muy pinchada en todos sus negocios y que las calles la pensionaron des- de sus 53 años… Esta es la historia de una mujer que ahora puede celebrar, bailar y tomar todo lo que le gusta cualquier día de la semana, pero para llegar a eso como ella dice: “comí mucha mierda”.
Es así cómo trabajando de vende-dora ambulante desde los 15 hasta los 47 años. Logró conocer mucha gente y formarse como una perso-na que acepta a todas por igual, siendo este uno de sus atributos, porque realmente se nota que “La ca-lle” ha sido su universidad, como ella afirma orgullosa, al saber que esas calles la pensionaron y hasta lograron que hiciera la construcción de su propia casa hecha de material en el 2018, pero desde antes esas calles le dieron de comer, conocer y experimentar por su propia cuenta que: el esfuerzo generado sin hacerle mal a nadie se ve recompensado, para ella y su familia, conformada por dos hijos, una hija y sus nietos; cinco hombres y dos mujeres.
Vendiendo hasta un hueco, no quedarse callada ante las dificultades, y creyendo en La Virgen y “Chu- chito; el marido de todas las madres solteras” quienes la han protegido toda la vida, han sido sus estra-tegias para salir adelante mientras vendía: cigarrillos, agua, limonada, yogurt, Tampico, Crem helado, Bon-Ice, peluches de Barni, lapiceros, libros, Pegaloca, rompecabezas, bananos, plátanos, papa, za- nahoria, zapote, mango, mamoncillo, guamas, según la temporada y solo por medio día intentó vender tintos en el centro, pero dijo: “eso no es lo mío, yo sé cuándo un negocio funciona”
Hace 10 años tuvo una cirugía de bypass gástrico necesaria para operarla posteriormente de las rodillas y la columna afectados por la artrosis, y es así como estas limitantes físicas hicieron que obtuviera su pensión con anterioridad, sin embargo, a sus 57 años le gusta mucho bailar, socializar con sus vecinos y celebrar la vida cada vez que puede. Así es como se muestra Maria Rosario Aragón Correa, una vecina de Aranjuez Palermo desde el año 97, mientras nos tomamos unas cervezas en la tienda de Don Edgar Duque, conversamos sobre su vida y la semejanza física y en parte de oficio que tiene con Lady Taba-res, la actriz natural de la película “La Vendedora de Rosas”, después de pasar una vida agitada en la calle y graduarse como madre, abuela, compañera y confidente de sus preciados amigos gays que nos acompañan un lunes a las 4:00 p.m con los que festeja cada vez que puede, la dicha de estar viva!!
