2010 y tenía la duda entre Comunicación Social y Ciencias Políticas. Optó por la primera opción. La Universidad Pontificia Bolivariana fue la universidad elegida y en el 2011 comenzó a cursar su pregrado. Pagaba la matrícula por medio de un beneficio en la empresa donde laboraba su madre, sin embargo, a los dos años lo dejó de recibir.
Buscando opciones, Maria Camila Gallego llegó al Fondo Sapiencia EPM y Universidades. La opción de condonar cierto porcentaje según su desempeño académico más un servicio social fue lo que llamó su atención y nunca pensó que el total de la deuda iba a ser tan bajo.
A la par de su carrera ingresó al semillero de Comunicación Digital en la universidad y en este encontró una oportunidad para ejecutar sus horas de servicio social. Más allá de un requisito para condonar, lo veía como una alternativa para servir a la comunidad y retribuir ese apoyo que estaba recibiendo.
Una educación transformadora
Culminó su pregrado, comenzó a trabajar en una PYME, luego en una universidad y ahora ejerce como directora de Cultura y Comunicaciones en una empresa del sector retail. Estudió una especialización en Desarrollo Humano y luego una maestría en la misma área.
Para ella educarse “da criterio y ayuda a entender muchas cosas del entorno y de los demás. En lo personal, educarme me ha ayudado a ser mejor persona, mejor profesional y a mejorar en mi ser”.
De su oficio en la gestión humana y las comunicaciones recalca que lo que más le gusta es ver cómo las personas se sienten bien en su trabajo. “Es mentira que uno pueda separar la vida laboral de la personal, entonces es muy importante sentirse en paz en el trabajo”. Y ella se siente así: tranquila y feliz. Ama lo que hace y sus pasiones están alineadas con su propósito de servir a los demás, de aportar felicidad y de hacer sentir bien a los otros.
