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El Sinvergüenza: una historia de emprendimiento y sabor

Alexander Mosquera es la cabeza del restaurante con el consomé más famoso de Turbo, desde playa Dulce ofrece una experiencia única a sus visitantes.

El Sinvergüenza una historia de emprendimiento y sabor
El Sinvergüenza: una historia de emprendimiento y sabor

En playa Dulce, en Turbo, el restaurante El Sinvergüenza se ha convertido en un referente en el municipio. A diario recibe visitantes no solo de Turbo, sino también de otros municipios aledaños como Apartadó que viajan hasta allí para deleitarse con un consomé de pescado que sus paladares nunca olvidan.

Este restaurante familiar es administrado por Alexander Mosquera, un hombre de 37 años, oriundo de Murindó, cuya sonrisa es reconocida por todos sus clientes. “El nombre de El Sinvergüenza nació porque me gustaba mucho decirles cosas lindas a los visitantes, jugar en modo de coqueteo y la gente me empezó a decir ‘usted es un sinvergüenza’; entonces aproveché ese apodo que ya tenía un reconocimiento y recordación para nombrar al restaurante”, cuenta Alexander.

El Sinvergüenza también ha sido un ejemplo para otros negocios de la zona. Aunque el restaurante inició hace siete años, fue en el 2022 que Alexander tomó la decisión de formalizar su emprendimiento, acompañado de Comfama. Sabía que, si quería tener un mayor crecimiento y oportunidades, debía contar con todos los requisitos de ley.

“Gracias a la oportunidad que me brindó Comfama pude dar ese gran paso de formalizar mi negocio. Ellos me acompañaron en todo el proceso y me ayudaron a entender la importancia de estar legalizado. Ahora me siento más tranquilo porque tengo a siete empleados afiliados a la seguridad social y con todas las prestaciones de ley que les da un mayor bienestar a ellos y a sus familias. Además, me enorgullece aportar al empleo formal en la región”, asegura Alexander.

El servicio es lo primero

Para Alexander el servicio al cliente es lo más importante en su restaurante. Todos los días es uno de los primeros en llegar y a la hora del almuerzo, recibe a los visitantes con una gran sonrisa. Los saluda, les pregunta cómo están y los antoja con el menú. “Me gusta hablar con las personas, preguntar qué les gustó, en qué podemos mejorar. Uno tiene que darle el valor que el cliente se merece, que se sientan tan satisfechos que sé que en algún momento volverán. Por eso, trato de retribuir al máximo el voto de confianza que nos dan”, afirma.

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Uno de sus sueños es ampliar el restaurante y poner hamacas y pensar en otras actividades familiares para que este sea no solamente un espacio para alimentarse, sino también para relajarse. Quiere que vean a El Sinvergüenza como una alternativa en donde niños, jóvenes y adultos se sientan cómodos y tranquilos, que se desconecten y disfruten con la brisa, la arena y el mar, mientras prueban el sabor del pescado con la mejor sazón.

Al lado del restaurante se encuentra el Parque Turbo Mar de Comfama. Allí, los visitantes también pueden disfrutar del mar y las actividades para toda la familia que Comfama ofrece.

Alexander es un apasionado por la cocina, aprendió junto a su madre las recetas que hoy lo enorgullecen, en especial el famoso consomé de róbalo y sábalo. ¿Cuál es el secreto de esta sopa, Sinvergüenza? Le preguntan muchos de sus clientes y él solo responde con una sonrisa pícara: “el amor y la pasión que le ponemos”.

Otros de los platos favoritos de los visitantes son el róbalo frito o a la milanesa, el pargo, la sierra o los camarones al ajillo con calamar y pulpo. Todos acompañados con un delicioso arroz con coco, patacón y ensalada.

“La idea es que los negocios crezcan, proyectarlos a un futuro mejor, a que sean grandes. Y eso es lo que quiero para mi restaurante, por eso invito a la gente a que conozca este paraíso que tenemos en playa Dulce en Turbo y que apoyemos los emprendimientos locales”, puntualiza Alexander.