Carlos Ospina comenzó a trabajar desde que tenía 18 años. Durante toda su vida se dedicó al trabajo con maquinaria: primero como soldador, luego en una empresa de telas y los últimos doce años trabajó en una organización en la que operaba máquinas que cortan cartón.
Casi 40 décadas de trabajo imparable y ejemplar. Era tanta la confianza que generaba en sus jefes, que Carlos era uno de los encargados de las llaves para abrir y cerrar el negocio.
Sin embargo, el sobre esfuerzo y la manipulación de material pesado tuvieron consecuencias inminentes en su salud física. Debido a sus labores diarias, hace más de un año tuvo que dejar de trabajar por complicaciones en su hombro izquierdo y ahora está a la espera de una pensión por invalidez. Vive en Itagüí con su esposa y su hija Ángela, quien ha sido su mano derecha en todas las diligencias de la pensión. Carlos es sordo por lo que ella ha tenido que apoyarlo muchas veces para comunicarse con las personas de la entidad que hoy le está gestionando este derecho.
Una oportunidad para conectarse con sus propósitos
Iniciando este año, Ángela descubrió una oportunidad para su papá: Mentoría de talento. Una compañera de su trabajo se la recomendó y junto con su padre buscaron información, revisaron los requisitos y se inscribieron.
Encontraron que era una alternativa para que las personas se reconocieran, se proyectaran e identificaran herramientas que les permitieran establecer propósitos, activar hábitos y estructurar la manera para dar rumbo a las metas en la búsqueda de empleo, generación de nuevos ingresos y fortalecimiento de emprendimiento.
Recibieron una videollamada de la psicóloga, la cual fue por lengua de señas y en esta Carlos expresó sus intenciones con el programa. Sabe que por su condición de salud no puede volver a trabajar como antes; sin embargo, tiene una intención clara: ampliar sus conocimientos a través de la mentoría para que, una vez le llegue su pensión, pueda montar su propio negocio.
Sabe que esto puede darle solvencia económica. En la actualidad, Ángela es quien sostiene el hogar y con más ingresos pueden encontrar un equilibrio en su tranquilidad. Toda esta situación lo ha estresado, el tener que estar en su casa casi que la mayoría del tiempo, es asmático por lo que procura no salir mucho a la calle y aunque su hobbie es la bicicleta, debido a los toques de queda, no ha podido volver a practicarla. Apenas inició su proceso con Mentoría de talento, pero desde ya se siente confiado para potenciar todas sus capacidades. Alguna vez pensó en tener su propia papelería y quisiera que este fuera el momento para revivir y cumplir ese sueño.