El camino hacia un modelo circular
El objetivo de esta alianza fue acompañar a las empresas de confección seleccionadas en su transición hacia un modelo de negocio circular, impactando de manera positiva la industria local. El proyecto se dividió en tres etapas:
1. Formación y caracterización
En una primera etapa, liderada por Comfama, se formó a las empresas en los principios de la economía circular. Además, se recolectó y analizó información sobre la cantidad y tipo de residuos generados, lo que permitió caracterizar el problema de forma precisa.
“La mayoría de estos residuos textiles provienen de materiales con un alto valor energético. Esto abre la posibilidad de aprovecharlos como combustibles derivados de residuos (CDR)”, agrega Andrea. 2. Pruebas en laboratorio
Gracias a la articulación con Foremsa, se seleccionaron cinco empresas maquiladoras para participar en la primera fase del piloto. Se analizaron sus residuos en el laboratorio de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) y se confirmó su potencial energético.
3. Piloto para generación de CDR
Con esta información, Circulatam y la empresa Proyectplas (dedicada a la fabricación de madera plástica) diseñaron una máquina capaz de procesar estos residuos textiles para que pueda ser transformado en CDR y que las cementeras lo usen para la generación de energía.
El poder de las alianzas
Este proyecto demuestra cómo las alianzas entre instituciones, empresas y organizaciones de diferentes sectores pueden generar soluciones sostenibles, innovadoras y de alto impacto.
“Si caminamos solos podemos llegar más rápido, pero si caminamos acompañados llegamos más lejos”, afirma Jorge Zuluaga. Las alianzas permiten integrar perspectivas diversas, asegurar la sostenibilidad de las soluciones y ampliar su alcance. ¿Y tú, cómo puedes aportar?
Mientras las empresas trabajan por reducir el impacto ambiental de la industria textil, tú también puedes hacer parte del cambio:
Compra prendas de segunda mano en buen estado.
Dona o repara la ropa que ya no usas.
Opta por fibras naturales en lugar de materiales sintéticos.
Participa en programas de recolección de textiles: muchas marcas y puntos en la ciudad cuentan con contenedores para recibir ropa en mal estado que no puede ser donada ni reutilizada.
La economía circular no es solo tarea de las empresas. Con pequeñas decisiones cotidianas también podemos transformar nuestro consumo.