Esperanza es escuchar al otro

En pleno descontento social del 2021, el Jardín Botánico de Medellín participó en espacios de diálogo liderados por Comfama y desde allí aportó a las soluciones.

Claudia Lucía García, directora del Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe de Medellín, junto a otros trabajadores, llegaron el 29 de mayo de 2021 a las siete de la mañana y encontraron a un hombre, que trabaja desde hace 12 años como vigilante, sentado y llorando en la calle. Cuando él la vio dijo: «no pude hacer nada más».

Juntos entraron y encontraron el restaurante, la tienda, la sala de lectura y otros sitios del Jardín destrozados y a varios de sus trabajadores lesionados. Las lágrimas se apoderaron de todos. Las protestas que solían ser cotidianidad en la Calle Barranquilla, por primera vez atravesaron el Jardín Botánico de Medellín.

Después de reconocer la tristeza y la rabia, comprendieron que debían actuar; por eso participaron en los diálogos sociales convocados por Comfama. Una serie de encuentros en los que participan distintos representantes de la sociedad civil y que se convirtieron en la oportunidad de entender y responsabilizarse de los problemas sociales que permean y afectan a diferentes sectores de la ciudad.

En los diálogos aprendieron que si bien no podían controlar las emociones que brotaban en un contexto violento, sí podían decidir qué hacer después de vivirlas. En ellos se reconocieron a sí mismos y a los otros, y al escuchar las diferentes historias e identificar aspectos que tal vez habían pasado por alto, construyeron soluciones más incluyentes.

Estos espacios fueron la gran oportunidad de expresarle a la ciudad que el Jardín Botánico es tan diverso como la naturaleza, un espacio en el que coexisten todas las corrientes políticas, las orientaciones sexuales, los estratos socioeconómicos, los niveles de conocimiento, porque todos tienen el mismo derecho a disfrutarlo, y eso hace que en sí mismo sea entendido como un lugar de paz.

Y esa fue la mayor ganancia, después de valorar qué significaba el Jardín para la ciudad, cientos de personas y empresas aportaron desde lo que podían para su restauración. Llegaron desde mensajes inspiradores hasta donaciones y así la ciudadanía, a través del Jardín, recordó algo esencial: la inclusión verdadera es esa en la que se decide vivir con el otro, discutir las ideas, reconocer las diferencias y darse cuenta de que no hay otra opción que la de trabajar juntos.

Esperanza es priorizar la construcción de la paz a través del diálogo.

• 800 personas de 80 organizaciones de la ciudad, se unieron a nuestros diálogos sociales en 2021.