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Futuro de Colombia:

¿Cómo salir de la situación actual del país?

Futuro de Colombia: ¿cómo salir de la situación actual del país?
¿Cómo salir de la situación actual del país?

Desde el pasado 28 de mayo de 2021 diversas movilizaciones masivas han tenido lugar en el país. Es entonces oportuno preguntarnos sobre nuestras lecturas individuales respecto al paro: ¿cómo entendemos la situación actual de Colombia en cuanto a las manifestaciones?, ¿cómo lo vemos sobre las razones que hay detrás de este estallido social? 

El paro nacional: las manifestaciones recientes en Colombia

Sin desconocer las problemáticas sociales, ni las razones por las que se derivaron las manifestaciones como el desempleo, la pobreza extrema, el descontento y, además, la pandemia que agudizó las problemáticas, la profesora de la universidad EAFIT, María del Rocío Arango, quisiera visibilizar lo bueno que se ha derivado del contexto actual.  

"A mí me gustaría voltear la mirada y ver qué es lo que el paro ha generado positivo para la sociedad. El paro no estaba buscando que nosotros abriéramos estos espacios de conversación, pero se abrieron, o que hubiese mayor conciencia de la necesidad de hablar de política”, afirma. 

La necesidad de hablar de política

Comentó, además, que los de su generación fueron criados con el mantra de “es mala educación hablar de religión y de política”. En las casas no se hablaba, ni en las clases, ni en las universidades, ni en las fiestas, “entonces nos desacostumbramos a hablar de política y ahora que lo hacemos somos muy torpes", puntualiza. 

Sin embargo, agrega que esa torpeza deja muchas enseñanzas; ella lo vive sobre todo en Eafit, que es su lugar de trabajo, pero también se refiere en general a las universidades. 

Esta es la primera vez que las universidades están tan presentes en el paro como instituciones, están aportando soluciones, pero también están mirando hacia adentro, entonces estamos viendo qué estamos haciendo para formar la democracia, para que se ejerza activamente, qué mecanismos tenemos, con quiénes se puede conversar”.

Además, María resalta el esfuerzo del Gobierno Nacional por promover diálogos, pues “hay un interés nuevo por conocer a los jóvenes porque nos habíamos olvidado de ellos”. 

Más allá de la forma: reconociendo las causas de la situación del país

Conversatorio

¿Cómo hacemos como sociedad para leer las movilizaciones cuando el foco del cubrimiento parece estar centrado en la forma y no en el fondo del estallido social? Plantea Juan David Ortiz, teniendo en cuenta que la movilización está perdiendo espacio en las agendas a causa de los recientes partidos de fútbol o la anunciada Copa América. 

"Mientras no se eliminen las causas del estallido social, si bien puede que tome otros matices, que de pronto se repliegue más la gente de la calle hacia los espacios asamblearios, va a seguir habiendo movilización de algún tipo", opina Laura Arango, estudiante de literatura de la UPB. Además, añade que mientras los problemas sociales que llevaron a las personas a manifestarse en las calles continúen, la movilización va a persistir.  

El diálogo

En cuanto a las conversaciones que se están llevando a cabo desde el Gobierno Nacional y el antecedente de las conversaciones en el marco del paro de 2019 en las que no se obtuvieron los resultados esperados, ¿cómo enfrentarnos a esta nueva oportunidad de diálogo? La profesora María del Rocío ha conocido de cerca el proceso y resalta lo difícil que es intentar poner todos los puntos que reclaman los manifestantes sobre la mesa por su diversidad. 

"En la mesa de El Bagre, por ejemplo, las peticiones que hacían tenían que ver con educación y trabajo en minería y con que les arreglaran una cancha de fútbol que estaba vuelta miseria. Con eso los jóvenes sentían que se les había tenido en cuenta, pero en Medellín estaban pidiendo gratuidad en la educación, más empleo”. Los problemas de cada región son muy complejos y diversos, por eso es necesario diversificar las soluciones a nivel nacional, departamental y municipal. 

Hay muchas ganas por emprender acciones, los jóvenes tienen propuestas muy interesantes y ahí es donde la academia puede jugar un papel muy importante ayudando a estructurar esos proyectos, a valorarlos, a hacerles veeduría y ver qué más actores se suman, porque no es solo del gobierno quien tiene soluciones, también las empresas, el sector cultural, entre otros. “Es un proceso que toma tiempo, aunque uno quisiera que fuera rápido”, resalta María del Rocío. 

¿Cómo se entiende y se vive el contexto actual desde las universidades? 

Conversatorio

Bajo esa misma línea sobre el papel que cumplen las universidades en el marco del paro nacional y sobre el aporte real que pueden hacer para ayudar a encontrar soluciones, Laura Arango cuenta que en su universidad sí se ha discutido mucho, se dejaron de dar clases incluso para hablar de los problemas del país. 

"Es algo bueno y que la universidad debería hacer, enfocarse en esos problemas, en componer la realidad social de las personas porque no tiene sentido producir y producir conocimiento que no se traducen en mejoras para las vidas de la mayoría", y que además les permita comprender su realidad para poder escapar de ella. 

Por su parte, Andrea Robledo, estudiante de trabajo social en la UPB, ha tenido una experiencia distinta. "Yo siento que en mi facultad sí fue totalmente diferente y, de hecho, con algunas compañeras decíamos que somos estudiantes de trabajo social y no podemos ser ajenos a la realidad social y en muchas clases sí nos dijeron no, mejor no conversemos y sigamos en clase". 

Para ella era necesario que la universidad brindara espacios de diálogo porque además de la coyuntura, de forma individual había unas crisis emocionales.  

Los jóvenes y el futuro

Otro cuestionamiento importante que surgió en este encuentro de #ConversacionesPosibles fue sobre la incertidumbre de los jóvenes respecto a su futuro. “Como que no nos proyectamos a futuro porque parece que no existe una posibilidad real tener una vida digna, un trabajo estable y pensar en pensionarse es algo muy lejano”, reflexiona Laura Arango. 

¿Cómo mantener la esperanza entonces bajo ese panorama? Pregunta Juan David. A pesar del contexto actual, Laura tiene una actitud optimista: "hemos visto que cuando nos unimos podemos lograr cosas. 

Podemos hacer que nuestra voluntad se haga sentir y que les dé forma a las políticas de gobierno (…) yo creo que la esperanza se encendió y eso, una vez que empieza, ya no se puede parar". 

La profesora María del Rocío también ve transformaciones importantes. “Por ejemplo, a mí esta mañana me conmovió mucho ver al presidente de Tecnoglass en Barranquilla que acababa de contratar 800 jóvenes sin experiencia y hoy empezaban su primer día de trabajo. Yo decía, sí se puede, o sea realmente se puede (...) si él es capaz y si lo hace sirve de ejemplo para que otros lo hagan". 

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La violencia, un aliciente para mantener vivas las movilizaciones 

Finalmente, se trajo a la mesa el tema de cómo en el marco de este paro nacional, parece haber una razón más allá de las reformas o la corrupción que hace que los jóvenes continúen en las calles: es la violencia ejercida contra la manifestación social. ¿Cómo salimos de ese escenario tan complejo?  

¿Reforma a la policía?

Andrea Robledo comenta que está de acuerdo y le parece necesaria una reforma a la policía. Desde su papel como estudiante de trabajo social y como joven perteneciente a la organización Mi Sangre y Cafecito político, comentó que además de escuchar las posiciones de los manifestantes también habló con un patrullero que le manifestó que nadie sabía lo que se vivía dentro de la institución.  

Asegura que se están quedando sin personal y que además no existe un acompañamiento para ellos. “Él me decía, por ejemplo: ‘yo tengo un trauma porque a mí me atacaron. La guerrilla fue y me buscó, me iban a asesinar, iban a asesinar a mi familia y nunca me prestaron la ayuda necesaria’". Además, agrega que no se pide una reforma porque los jóvenes sean unos rebeldes, sino que es necesaria para la seguridad de ambas partes.  

 "Yo creo que la posibilidad de desescalar esta violencia está enteramente en el Estado, que es quien la inicia cuando castiga la movilización social pacífica. Creo que, si el Estado no demuestra, no da ejemplo, es muy difícil que la gente no vaya a querer defenderse de las agresiones que sufren a manos de la policía; el papel del Estado es garantizar la seguridad”, concluye Laura Arango. 

Revive este nuevo encuentro de Conversaciones posibles.