El Elemento, una introspección para descubrir nuestras capacidades
01 de Julio 2021En el acercamiento a la obra de Ken Robinson El Elemento: descubrir tu pasión lo cambia todo, podemos comprender una perspectiva holística del mundo educativo, una visión disruptora en un mundo solo pensado en la estandarización de un modelo que desincentivaba la creatividad por su homogeneidad, sin considerar las aptitudes diferenciales de los estudiantes tal como argumentó en una de sus conferencias en TED denominada ¿Matan las escuelas la creatividad?
El libro tiene como principio inspirar con la citación de ejemplos ilustrativos de figuras que, en un sistema tradicional, sino hubiesen realizado estas apuestas, sea por convicción o por un mentor, no estarían en el lugar que hoy ocupan. En este sentido, el libro es una invitación a repensar el sistema educativo, a descubrir nuestras capacidades, pues todos somos creativos, pero el sistema nos limita, e incluso a tomar cambios para hacer aquello que hemos soñado. Incluso, en la introducción del libro nos indica que este “es un homenaje a la impresionante variedad de habilidades y pasiones humanas y a nuestro extraordinario potencial de crecimiento y desarrollo”.
¿Qué es el Elemento? Esta sería la pregunta para iniciar esta inmersión en una visión innovadora del talento, descrita por Robinson como “el lugar donde convergen las cosas que nos gustan y las cosas que se nos dan especialmente bien”, pues el Elemento es una manera diferente de delimitar nuestro potencial que se manifiesta de distinta forma en cada persona, cuyos componentes son universales.
La primera limitación está en nuestra comprensión del alcance de nuestras posibilidades. En este sentido, Robinson señala que, desde el principio de nuestras vidas, tenemos una capacidad extraordinaria para la imaginación, la inteligencia, las emociones, la intuición, la espiritualidad, y con conciencia física y sensorial, pero nuestras estructuras instituciones no nos permiten descubrir esas capacidades. La segunda limitación se encuentra en la comprensión de cómo todas esas capacidades se relacionan entre sí de forma integral, pues este no es un proceso lineal, sino orgánico. En esta perspectiva se encuentra la tercera limitación que se refiere a la escasa comprensión del potencial que tenemos para crecer y cambiar, pues consideramos que la vida es lineal, y no reconsideramos la posibilidad de renovar nuestro estado actual.
Estas limitaciones devienen de los sistemas escolares orientados en visiones reduccionistas alrededor de la inteligencia y la capacidad personal, que sobrevaloran determinadas clases de talentos y habilidades, marginando a quienes tienen otras potencialidades y no se sientan incluidas en las tradicionales. Incluso en el capítulo dos se desarrolla el tema de la inteligencia humana mediada por tres rasgos: heterogénea, dinámica, y particular; por tanto, el sistema educativo no tendría que restringirla, sino promover la diversidad de inteligencias.
Las ejemplificaciones del libro parte de la definición del Elemento como el punto de encuentro entre las aptitudes naturales y las inclinaciones personales. El elemento tiene dos características: capacidad y vocación y las condiciones son: actitud y oportunidad como Gillian Lynne, Matt Groening, Paul Samuelson, Mick Fleetwood, Meg Ryan, Don Lipski. De esta manera, el Elemento nos invita es a pensar de manera creativa, definiendo la creatividad como “el proceso de tener ideas originales que tengan valor”.
Finalmente, El Elemento es ese llamado a descubrirse y reconocerse, pues nunca es tarde para realizar ese cambio en la vida, y abrir la posibilidad al cambio nos ayudará a retomar esa pasión por lo que nos gusta, y a comprender el sentido integral de la vida más allá de los lineamientos sociales tradicionales que a veces limitan nuestras capacidades e incluso restringen nuestra creatividad. Esta es nuestra invitación a través de la obra de este fallecido autor que puedes consultar en nuestras bibliotecas Comfama. Aquí.