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Mujeres Líderes: ¿cómo evitar caer por el acantilado de cristal?

Mujeres Líderes: ¿cómo evitar caer por el acantilado de cristal?
Mujeres Líderes: ¿cómo evitar caer por el acantilado de cristal?
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“No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas”. Mary Wollstonecraft. 

Probablemente ya hayas escuchado mencionar el término “techo de cristal”, que hace referencia a aquellos obstáculos que dificultan a las mujeres acceder a puestos de poder dentro de las organizaciones; pero, ¿has escuchado hablar sobre el “acantilado de cristal”? Un fenómeno igual de preocupante para las mujeres que busca abrirse paso en los altos cargos dentro de las compañías y que puede resultar en una trampa sexista. 

Michelle K. Ryan y Alexander Haslam son dos profesores australianos de psicología social que han trabajado en distinguidas instituciones como la Universidad de Exeter y la Universidad de Queensland. Al reconocer las barreras que enfrentan las mujeres en el terreno laboral, a miras de ascender en la escalera corporativa, Michelle y Alexander se cuestionaron sobre qué sucede cuando las mujeres logran romper los techos de cristal y asumir roles de liderazgo. 

A través de su estudio El acantilado de cristal: evidencia de que las mujeres están sobrerrepresentadas en puestos de liderazgo precarios, concluyen que, si bien las mujeres están alcanzando roles de liderazgo dentro de las compañías, es más probable que se encuentren en un acantilado de cristal. Este término hace referencia al fenómeno mediante el cual las mujeres son contratadas para ejercer altos cargos en periodos de crisis o recesión en las empresas, lo cual aumenta las posibilidades de su fracaso. 

“Esta hipótesis se investigó en un estudio de archivo que examinó el desempeño de las empresas del FTSE 100 (índice bursátil de referencia de la Bolsa de Valores de Londres), antes y después del nombramiento de un miembro del consejo de administración masculino y femenino. El estudio reveló que, durante un período de declive general del mercado de valores, las empresas que nombraron a mujeres en sus juntas directivas tenían más probabilidades de haber experimentado un desempeño consistentemente malo en los cinco meses anteriores que las que nombraron a hombres. Estos resultados exponen un obstáculo adicional, en gran parte invisible, que las mujeres deben superar en el lugar de trabajo”. 

  👉 Te invitamos a leer Mujeres Líderes: reconocer y romper las barreras para las mujeres en el mercado laboral.  

Los estereotipos de género como responsables 

¿Por qué las mujeres tienen más probabilidades de ser nombradas para roles de liderazgo en tiempos de crisis en comparación cuando todo va bien? De acuerdo con Michelle y Alexander, "los rasgos típicos asociados a una mujer, como la intuición, empatía o cuidado del grupo, coinciden con las características que se asignarían a un líder en épocas de crisis. Sin embargo, los rasgos que se buscan en un líder en época de éxitos y bonanza (fuerza, ambición, contundencia), se solapan con los estereotipos típicamente masculinos”. 

Los estereotipos de género son entonces los grandes alicientes para este tipo de situaciones. De acuerdo con la profesora de psicología Kristin J. Anderson, las personas que ocupan altos mandos en una organización durante una época de crisis tienen más probabilidades de ser vistos como malos líderes y de ser culpados como parte del problema. A medida que las mujeres ocupan puestos más altos durante tiempos retadores, se refuerzan los estereotipos de género, donde comúnmente se considera que los hombres son más aptos en comparación con las mujeres para desempeñar cargos de poder. 

Según Kristin, “una posible razón para colocar a las mujeres en posiciones con mayor riesgo de fracaso es que las mujeres pueden ser vistas como más prescindibles y mejores chivos expiatorios. Si se cree que los hombres son líderes naturales, si una empresa fracasa bajo el liderazgo de un hombre, se buscarían explicaciones para el fracaso ajenas al género del hombre. Por el contrario, si se cree que las mujeres no pertenecen realmente a puestos de autoridad y si una empresa fracasa bajo el liderazgo de una mujer, se puede señalar el género del líder como explicación”. 

En cuanto a cómo podemos abordar y enfrentar este fenómeno, podemos dar el primer paso visibilizándolo y haciéndolo tangible, con el fin de evitar que las organizaciones nombren a las mujeres en cargos de poder en tiempos de crisis para que, inevitablemente, fracasen.  

No se trata de romper los techos de cristal para que las mujeres caigan en el acantilado, se trata de promover una equidad de género reconociendo las capacidades más allá del género.