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Museo de Antioquia: una sede natural, una plaza inédita… 20 años de revolución

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Museo de Antioquia: una sede natural, una plaza inédita… 20 años de revolución

Carrera 52 # 52 – 43, Medellín, Colombia. A un lado, las gordas, esas figuras con nombre propio que transformaron el centro de esta ciudad; sí, las de Fernando Botero. Al otro, el edificio, Monumento Nacional, que desde el 12 de octubre de 1937 y hasta 1988 albergó a la Alcaldía y el Concejo. Y desde el 2000 es casa, hogar, terruño de la memoria viva de nuestro departamento: el Museo de Antioquia.

La Plaza Botero y el Museo de Antioquia son referentes para Medellín, Colombia y el mundo que emocionan y que hoy son motivo de celebración: por su existencia, sus procesos sociales, su diálogo con la ciudad, su cuidado de la memoria y de los que somos; sus preguntas al mundo, sus luchas y victorias.

Más años de vida larga, ancha y llana para el Museo corazón de Antioquia.  

El Museo de Antioquia fue fundado el 29 de noviembre de 1881 por el gobierno del Estado Soberano de Antioquia, con el nombre de Museo y Biblioteca de Zea, en honor al botánico Francisco Antonio Zea.

Museo de Antioquia: los de afuera

¿Qué hay para hacer en Medellín?, suele ser la primera pregunta de quien llega con la curiosidad del viajero a la ciudad mítica; a la de la literatura, el cine, la ciencia ficción y los recortes de periódico.  

Tripadvisor, como es común, recomienda en su plataforma varios lugares para dar respuesta a esa pregunta. Para Medellín, claro está, el Museo de Antioquia aparece como opción para saciar la curiosidad de quien quiere adentrarse en la cultura de ese otro a quien se decide conocer.

Diciembre 2019: “Este museo fue uno de los mejores puntos que visitamos en nuestra visita a Colombia. Especialmente por la exposición de obras del Maestro Botero, mi preferido, y de la serie de esculturas que se encuentran en sus jardines. ¡Excepcional!”.

Desde Mexicali, México, @Claudia196, usuaria de esta plataforma que da cuenta de cómo el Museo ha acompañado la transformación social de la ciudad traspasando las fronteras.

La suma de esfuerzos del sector público y privado permitió el traslado del Museo al antiguo Palacio Municipal, lo que propició un cambio urbanístico en el sector de La Veracruz, centro de Medellín.

Museo de Antioquia: los propios

Para Valentina Gómez, el Museo fue su primera experiencia en uno. Fue en una salida del colegio que, si bien no recuerda bien, sí sabe que fue como descubrir el mundo en todos los sentidos. Dice todos los sentidos por que vio cosas que nunca había visto, y el olor cambió porque al entrar a un museo huele diferente. Y hasta sintió escalofríos; pudo haber sido el aire acondicionado, pero prefiere recordarlo como una experiencia que le llegó hasta la piel.

Experiencia entre miles que surgen del trabajo con púbicos y comunidades que busca generar pensamiento reflexivo, inclusión, capacidad cocreadora y sensibilidad por lo que nos atañe, lo que pasa por nuestros sentidos; lo que se ve, pero, a veces, no se observa.

Museo de Antioquia: desde adentro

Estar conectado con el presente y con la realidad del espacio más emblemático de la cuidad: el centro. Allí donde habitan las luces y las sombras de nuestra sociedad. Así percibe Juan Guillermo Bedoya, director de Comunicaciones, cómo es trabajar en el Museo.

“Al mismo tiempo es conectarse con la historia a través de la colección, el patrimonio, y lo que los artistas han plasmado en estos 139 años. Y esas dos cosas combinadas: el pasado y el presente continuo que vivimos nos da la posibilidad de asumir posturas críticas frente a lo que la sociedad requiere”, dice.

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“Queridos amigos, Por motivos de mi precaria salud desgraciadamente no puedo estar con ustedes para la celebración de los 20 años del Museo de Antioquia. Es una gran frustración, pero me siento muy afortunado de haber sido parte del grupo que realizó este proyecto que parecía imposible. Fue gracias al entusiasmo de Juan Gómez Martínez, Alcalde de Medellin en ese momento, de los miembros de la junta directiva, de Tulio Gómez, Ramiro Valencia y muchos otros como se logró crear esta obra que es un orgullo para la ciudad. Después hemos tenido la suerte de tener una serie de excelentes directoras que han mantenido el dinamismo de las exposiciones y la preservación perfecta de las obras y de las galerías. Por mi parte les confieso que la donación que hice de mis obras al Museo y de las esculturas a la Plaza, es la mejor idea que he tenido en mi vida y la que más placer me ha dado. Mil gracias." Fernando Botero

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La Plaza Botero: una oportunidad

Una plaza inédita que para muchos se convirtió en el “parque principal” de Medellín. 20 años de existencia que se celebran en medio de una pandemia. Pero ahora, esas 23 esculturas se abren de nuevo al mundo para conmemorar los diversos matices de la existencia.