El tiempo nos configura en su irremediable paso. Se hace futuro al imaginarlo y patrimonio cuando, aunque haya pasado, sigue con nosotros. Él nos resguarda y, a la vez, somos sus guardianes. Hoy Comfama y el Museo de Antioquia nos reunimos ante un mismo llamado: preservarlo, ponerlo en común, resignificarlo y construirlo juntos.
Hace más de 60 años, antes de que Fernando Botero fuera Botero, las manos del maestro pintaron un fresco en el hall del edificio del Banco Central Hipotecario. Ese lugar hoy es un centro comercial en el centro de Medellín. Aquel mural, el único del artista en Colombia, ha sido testigo de los cambios en el uso del espacio que lo circunda, pero pronto será él mismo el protagonista de su hogar.
Con el fin de darle a esta obra de arte todas las condiciones necesarias para su conservación y mantenerla viva al integrarla al diálogo necesario entre arte y comunidad, emprendemos una tarea titánica: con el apoyo del Ministerio de Cultura, trasladaremos el mural ‘Escena con jinete’ hacia su casa, el museo.
Allí se reunirá con otras 188 obras de su creador y, como dice María del Rosario Escobar, directora del Museo de Antioquia, “tendrá una larga existencia, ahora que estará puesto en el presente y en la conversación”.
“Este viaje puede significar solo unas cuantas cuadras para la obra, pero para todos nosotros comprometerá nuestra vida hacia el futuro y nos permitirá, a la vez, revisar nuestro pasado, develar y transformar lo que significa el patrimonio y el arte para Medellín y Antioquia”, agrega.
Una conversación entre el pasado, el presente y el futuro
En Medellín resignificamos edificios patrimoniales como nuestras actuales sedes de Aranjuez y el Claustro de San Ignacio, y por años habitamos el Edificio Vásquez porque “reconocer esa sociedad que somos y permitirnos vernos en el tiempo es entender que conversar con el pasado es conversar con el futuro. Es a través de ese acto, desde un presente que está vivo, que se abre la puerta a la transformación”, dice Estefanía González, responsable de Bibliotecas y Centros Culturales de Comfama.
Estefanía cuenta que “lo que está haciendo Comfama es tejer esos hilos entre eso que pasó hace muchas décadas y eso que puede pasar hacia adelante, que podemos ser y crear”. Creemos en la apropiación y la salvaguardia del patrimonio teniendo como faro la construcción de una ciudadanía que dialoga y se encuentra con sus raíces y sus posibilidades, y que desde ellas edifica su sentido propio de lo social.
Este camino, por supuesto, es fruto de un esfuerzo colectivo. En Antioquia, la sinergia entre el sector cultural y los artistas, las empresas, la comunidad y el Estado es la impulsora de la memoria y la creación. “La constitución de la gestión del arte y la cultura en el departamento ha estado sustentada en una mesa con esas cuatro pasas, un modelo de sostenibilidad necesario”, explica María del Rosario.
Trasladar un mural: “una cirugía con pinzas”
¿Cómo mover un muro de 9 metros de ancho de un lugar a otro con cuidado, rigurosidad y estrategia? ¿De qué manera asumir este reto sin precedentes para conectar tiempos y generaciones? Son algunas preguntas que nos han atravesado en los últimos meses.
Sabemos que el traslado de ‘Escena con jinete’ es un hito para el arte, la ciencia, la cultura y el patrimonio no solo de Medellín y Antioquia, sino de América Latina. Por eso, tendremos un proceso de comunicación transparente en cada una de las fases de esta tarea monumental: desde los hallazgos y desafíos que aparecerán en el camino hasta el inmenso saldo pedagógico y artístico que supone.
El tiempo trae consigo transformaciones que marchitan, humedecen y cambian las condiciones de cada elemento. Mover un mural con más de 60 años es, como dice Estefanía, “hacer con pincitas cirugía muy delicada”.
En esta operación conoceremos a un Fernando Botero más colorido, explorador y en búsqueda. Nos acercaremos a otra faceta del maestro y, a la vez, aprenderemos juntos sobre el muralismo, el patrimonio, la relación entre ciencia y arte, y, por supuesto, nuestra historia como sociedad. Cada paso será registrado, compartido, conversado y puesto en común porque esta cirugía es una que nos convoca a todos y todas.
“El movimiento del mural es casi un espectáculo. Muy pocos en el mundo han tenido que someterse a un traslado de ese tipo y vamos a ser nosotros como generación los testigos de un hecho que cambiará la vida de la obra misma y la nuestra”, concluye María del Rosario.