Logo Comfama
Ayuda
#LaConversación Podcast

Ser persona trans en Colombia: un acto de valentía y resistencia

ana-lu-laferal-la-conversacion-comfama
Ser persona trans en Colombia: un acto de valentía y resistencia

Luciana, Yulieth Balsameda, Claudia Maddona, Laura Michel, Melibeth Yuliza Marchena, Daniela “Estrellita Riascos”, Néstor Moreno Castillo “La Néstor”, Giovanna Betancourt, Ericka, Sammy, Derlis, Angie, Angie Priscila, Verónica Solano.

Según un recuento de La Red Comunitaria Trans, a junio de 2021 han asesinado 14 mujeres trans. No queremos que sus nombres sigan ocupando estadísticas, las queremos a todas completas.

Desde allí, desde la resistencia habita Ana Lú Laferal, docente del programa de Trabajo Social e investigadora de la Universidad de Antioquia.

A través de las palabras viajamos al inicio de su insatisfacción.

Más para conocer a Ana Lú Laferal

¿Qué emociones o sentimientos te impulsaron a iniciar tu tránsito de género?

Mi decisión de tránsito de género fue una consecuencia de mucha rabia adolescente, empezaba a conocer la teoría anarquista, tenía 14 años más o menos.

Tenía una crítica muy aguda hacia las estructuras sociales, políticas y económicas, empecé a formar una postura y unos pensamientos políticos, que me llevaron a cuestionarme y pensarme el cuerpo, la sexualidad, y las relaciones humanas.

¿Cómo llega el feminismo a tu vida?

El feminismo llegó a mi vida para darme herramientas con las cuales mostrar que el lugar que estaba habitando, posiblemente, estaba generando daño hacia afuera.

Comprender aquellas estructuras de los cuerpos y los privilegios que tienen unos sobre otros. Reconocer que yo también hacía parte de esa estructura y que replicaba modelos de comportamiento con los que no me identificaba.

Decidí fugarme de ese lugar del masculino que domina, que proyecta una fuerza superior, una insensibilidad frente a muchas situaciones.
¿Qué encontraste en lo femenino?

Si bien lo femenino también tiene unos señalamientos de sumisión y demás, también tiene unos lugares muy importantes donde he podido sentirme con más comodidad.

El cuidado, poder abrazar y exponer las emociones, asuntos que en la masculinidad hetero y gay eran casi impensables.

Me sentía incapaz de habitar una masculinidad y en todas las formas que llaman como hombre. Los modelos de masculinidad finalmente son inalcanzables, nadie es súper masculino, es una especie de ficción o un modelo utópico.

¿Cuándo empezaste a sentirte feliz con el mundo o lugar que estabas buscando habitar?

Yo en este momento siento mucha confusión y me gusta reivindicarla, estoy en el pensamiento y en la emoción de sentirme muy orgullose de estar ahí, en la confusión.

Es un lugar posible que no se tiene que habitar con angustia, y digo esto porque siento que finalmente me he permitido en el naufragio de muchas situaciones.

En soledad, me siento bien conmigo de habitar la confusión, no me siento mal cuando me miro al espejo y no me veo como una mujer o como un hombre.

ana-lu-laferal-2

¿Qué aspecto te ha hecho conflictuar en ese proceso?

Definitivamente el aspecto social, reconocer que el género no es un asunto individual o de autopercepción, sino que es también un asunto relacional; el género opera en cómo me veo y en cómo me relaciono con los demás.

Cuando me pongo en ese punto de lo social, empiezo a tener muchas tensiones. A veces es muy violento salir a la calle y que la gente esté ofendida por tu existencia.

Esa tensión que genera en los demás la incertidumbre de cómo me veo, termina exigiendo explicaciones de lo que soy.

¿Usted qué es? ¿Mujer? ¿Hombre? Explicaciones que no se le piden al resto del mundo, y frente a eso he llegado a casa confundida. Porque si bien físicamente logro lugares muy bellos y femeninos, al momento de hablar esa fantasía de mujer se quiebra.

La confusión es definitivamente el lugar que más disfruto habitar, la extrañeza en las miradas de los demás me hace pensar que quizás si estoy haciendo las cosas bien.

Ana Lú, ¿cuál es tu lucha?

De manera muy simple yo quiero un buen vivir, un buen vivir individual y colectivo que no pase por encima de nadie, poder habitar el mundo sin tener que hacerle daño al resto.

Poder habitar el mundo de una manera muy tranquila, un mejor mundo para todas, y no me refiero a que vivan de x o y forma. Que lo hagan desde sus maneras y posibilidades; sin dolor, ni violencias a otras vidas humanas o no humanas.

Esto puede traducirse en muchas estrategias políticas: feminismo, anti –especismo, anticapitalismo; es insistir en evidenciar que los sistemas en los que nos hemos construido y en los que nos han educado han sido finalmente construcciones humanas que están cargadas de indiferencia y dolor del resto.

¿Qué has logrado a través del encuentro?

El encuentro y el contacto con otras personas me ha permitido conocer esos mundos que también se están soñando, no parecidos pero que políticamente coinciden en que existan modelos que no pasen por encima de nadie; ni por su color de piel, ni por sus formas, ni por su cuerpo, ni por el lugar en el que nació, ni por la cantidad de dinero que tengan en sus cuentas.

Cuando me encuentro con esos sueños posibles me lleno de fuerza para seguir resistiendo.