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#LaConversación Podcast

Vivir por fuera de los binarismos

kala
Vivir por fuera de los binarismos

Te recomendamos leer esta nota escuchando esta canción: 

Blanco / negro. Bueno / malo. Arriba / abajo. Cero / uno. Todo / nada. Cielo / infierno. Mujer / Hombre. Día / Noche. Izquierda / Derecha. Yin / Yang. ¡Sí! Claro que existen códigos binarios que nos permiten organizar y entender el mundo, pero es cierto que son etiquetas limitadas para empaquetar en ellas la diversidad de la vida. ¿Acaso la existencia tiene solo dos caminos para ser? 

Según Kala, las posibilidades son muchas más. De hecho, son tantas que ni los colores ni los pronombres son suficientes para contenerlas. A veces son tan libres que se le escapan al vocabulario y prefieren, más que reetiquetarse en las categorías, salirse por completo de ellas y, desde allá afuera, fluir.  

Kala es un ser no binario. Su identidad va más de si es Karla o Karlitos, tener el pelo corto o largo, o vestir lo que es leído como femenino o masculino. Ella está rodeada de música, resistencia, amistades, arte y conversaciones. Todo lo que le permita amar y crear “desde las entrañas” es sinónimo de la vida que florece multicolor cuando los binarismos se olvidan. 

“La revolución del ser” es su bandera y es resultado de procesos interiores y exteriores en los que se ha cuestionado qué construye lo que es. Aunque esta exploración comenzó desde su corporalidad, dice que, finalmente, “todos, todas y todes tenemos por dentro el masculino y el femenino, pero el porcentaje depende de cada ser y de su libertad para expresarlo”.  

“Las cosas son cosas, la ropa es ropa, el pelo es pelo, los objetos son objetos. Es la sociedad la que le ha puesto reglas a algo que solo está ahí para que lo utilices, lo disfrutes y desarrolles a través de eso tu personalidad y tu expresión, más allá de lo que se supone que deben ser”. —Kala 

En esta búsqueda, el arte ha sido su narrativa y su punto de fuga. Kala se ha desempeñado como baterista, bajista, compositor, arreglista, guitarrista, front y vocalista. De hecho, hace 10 años, cuando su padre le pidió irse de casa, compuso una de sus primeras canciones, Tempestad, que este año salió a la luz en equipo con La badBand, la agrupación de Queer rock de la que hace parte.  

“Todas, todos y todes tenemos nuestras tempestades y no podemos olvidar que somos miles de historias sin contar, esas vivencias que nos hacen quienes somos hoy, esos ciclos biorrítmicos que nos habitan”, expresa. Y es que, así como tempestades, también somos mares, lunas, primaveras y nubes en calma. Para Kala, la diversidad habita en nosotros y nosotras, en unidad y danza. 

“Somos seres diversos. A ti no te define tu profesión, de quién eres hije o tu gusto musical. Eres un cúmulo de muchas cosas. Me gusta cuestionar la palabra ‘normal’ porque desde que tenga la sílaba ‘mal’ la podemos ir interrogando. Hay violencias normalizadas, hay injusticias que normalizamos. Empezar a deconstruir lo que nos hace normales o anormales nos da la oportunidad de respetarnos y reconocer nuevas posibilidades”. —Kala 

Para Kala, el arte, además de la exteriorización de sus reflexiones, es una forma de “transformar a pequeña, mediana y gran escala. Para mí y La badBand es importante resaltar las problemáticas y hacer visibles las injusticias que se cometen hacia la población LGBTIQ+ para que otros y otras se cuestionen y cuestionen lo que les rodea, y así todos podamos tener los mismos derechos y oportunidades primarias para ser y desarrollar nuestra vida”. 

Y ese llamado, manifiesta, empieza también desde las conversaciones cercanas que activa con su no-binarismo en el territorio que es su cuerpo andante, caminante, visitante. “Finalmente no llenar expectativas o listas a chequear de los parámetros que debo cumplir para ser parte de algún género genera preguntas en los demás”.  

Por eso, tiene una idea que no sale de su cabeza: quiere pegarse una cámara oculta durante dos días y registrarlo todo. “Cuando tengo ropa concebida como masculina y estoy en el baño de chicas y me dicen ‘¿no leyó? Este es el de las mujeres’. Cuando salgo más femenina, me bajan los vidrios, me dicen princesa. ¿El trato depende de tu pelo y de tu ropa? Eso es lo que quiero cuestionar”, concluye. 

¿Deseas conocer más sobre su historia? Escucha nuestra última entrega de #LaConversación podcast: