En el corazón de Medellín reposa gran parte del patrimonio arquitectónico y cultural del Valle de Aburrá. Allí, antiguos edificios coloniales y construcciones modernas se entremezclan para convertirse en el hogar de importantes museos, teatros y, por supuesto, salas de cine: un refugio para los soñadores donde las ilusiones se hacen tangibles.
Los inicios
Con la crisis de los años 30 y la transición del cine mudo al sonoro, el negocio cinematográfico cambió por completo. Para esa época Medellín continuaba siendo un valle aislado, lejos de la centralidad del país; es por eso que el cine llegó a la ciudad a finales del siglo XIX, con la proyección de algunas películas en salas improvisadas o al aire libre.
Las primeras salas en surgir fueron el Teatro Junín, el Teatro Prado y el Teatro Bolívar; lugares que convirtieron al centro en un referente cultural y un punto de encuentro para los cinéfilos.
En la década de los 40, el séptimo arte despegó en toda Colombia, lo que llevó a la creación de más salas de proyección. Pronto, ir a cine en Medellín se convirtió en sinónimo de ir al centro.
Para 1980, existían 20 salas de cine en este punto de la ciudad, algunas de las más conocidas fueron Aladino, Radio City, Lido, Cine Centro, Ópera, Cid y Libia. Además, en 1989, se dio la apertura formal de la primera sala de cine del Centro Colombo Americano –cinema que ha resistido al pasar de los años y que ahora hace parte esencial de este legado cultural-.
El ocaso
Comenzando la década de los 90 la ciudad se enfrentó a un declive económico acrecentado por la violencia del narcotráfico. Esto afectó la actividad cultural, provocando que muchas salas cerraran sus puertas debido a problemas de seguridad y falta de público.
Para el año 2000 poco quedaba de aquellos sitios emblemáticos. Algunos desaparecieron en el trayecto –el Teatro Junín, por ejemplo, fue demolido en 1967-. Otros, nunca volvieron a ser los mismos.
Sin embargo, un pequeño destello de aquel legado sobrevivió. Así, poco a poco, el centro comenzó a recuperar su tan añorado pasado cinematográfico.
El renacer
En los últimos años, edificios antiguos y teatros han sido restaurados para convertirse en espacios dedicados a la proyección de películas, brindando una plataforma para las producciones locales, independientes y de autor.
A partir de junio de 2021 nos unimos a estos esfuerzos, proyectando cintas de manera regular en el Teatro Comfama como una apuesta por rehabitar el centro, reencontrarnos con nuestra identidad y celebrar nuestra herencia cultural a través de las artes visuales.
Este resurgimiento, no solo de la mano de Comfama sino de otras organizaciones como la Cámara de Comercio de Medellín y el Colombo Americano, ha brindado oportunidades para la formación de una sólida comunidad cinematográfica: una comunidad que ahora bombea al corazón de Medellín con el espíritu de la poesía transformada en fotogramas.