Era un día de febrero de 2020 y a la Institución Educativa Jesús Rey, del barrio Robledo Bello Horizonte de Medellín, llegó un equipo de colaboradores de Comfama invitando a los estudiantes a participar en un proyecto que prometía ser disruptivo. ¿De qué se trataba? De Disruptores Lab.
No lo conocían, las expectativas eran altas y la primera actividad consistía en crear el modelo de una empresa innovadora; luego, debían diligenciar una encuesta que les permitiría a los facilitadores reconocer el talento de los jóvenes participantes.
En el público estaba Andrea Calle, estudiante de décimo grado y quien ideó una empresa de tecnología que consistía en una aplicación móvil que brindaba asesoría psicosocial a jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Por eso, Andrea se interesó de inmediato en esta propuesta. Lo que la animó a participar fue ver “la monotonía de la sociedad y la falta de innovación”. Siempre se ha cuestionado por qué las personas deben seguir un esquema en la vida y en muchos casos, hacer cosas que no disfrutan.
En su caso, disfruta de las ciencias exactas y humanas, la literatura, servir a los demás y ser líder, por lo que Disruptores Lab le ofrecía la posibilidad de mezclar todos esos talentos y exponer todo su potencial. Ahora su meta es “crear algo nuevo, innovador y creativo que le aporte y le genere beneficios a la sociedad y a mi entorno más cercano”.
Respondió la encuesta y a los pocos días la contactaron para informarle que había sido seleccionada para participar en este programa. Andrea se convertía así en una joven disruptora, comenzando una etapa de mentorías, formación y talleres que la irían ayudando en sus objetivos personales, académicos y profesionales.
A través del acompañamiento de un mentor, Andrea fortalece esos talentos y cualidades que la identifican: solidaridad, enseñar y compartir su conocimiento.
Una transformación en la sociedad
Andrea pasa sus días estudiando: además de cursar las materias del colegio, está haciendo una media técnica en el SENA en programación de software, lee y escribe y constantemente se reúne de manera virtual con su parche disruptor. A sus familiares, amigos y compañeros del colegio les ha compartido todos sus aprendizajes con el programa y los anima a difundir “esa creatividad y ese deseo de romper el molde, de no tener que seguir un patrón de la sociedad, de mostrar nuevas habilidades, capacidades y creer en ellos mismos”.
En Disruptores Lab ve una plataforma para potenciar todas sus habilidades. Afirma que, aunque sus gustos no están ligados a un mismo campo, pues le gusta la política, los temas sociales, las matemáticas, la tecnología y la programación, cree que se pueden “complementar, unir y potenciar a la vez”. Asegura que “este proyecto me favorecerá mucho para mostrarle a la sociedad nuevas formas de proyectarse y beneficiarla”.
Para Andrea una persona disruptora es...

“Ser disruptora es desear cambiar las reglas que se han establecido en la sociedad y buscar una nueva forma de hacer las cosas”.

“Ser disruptora es mostrar al mundo algo diferente, ser innovadora, romper el molde y dejar una huella que aporte a todos”.

“Hay jóvenes que son muy talentosos y Disruptores Lab es esa plataforma para explotar todo ese potencial, reconocer los talentos y compartir conocimiento”.