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El camino de Elvira hasta la casa de sus sueños en Curazaos

Elvira Bello
El camino de Elvira hasta la casa de sus sueños en Curazaos
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Elvira Bello Correa tiene 32 años, es oriunda de San Juan de Urabá y lleva 12 años viviendo en Apartadó. Desde hace 6 años tenía el propósito de adquirir vivienda propia y gracias al programa Camino a mi casa de Comfama logró encontrar la casa de sus sueños en el proyecto Curazaos.

El domingo 18 de julio de 2021 fue uno de los días más felices de su vida. Llegó a habitar su nuevo hogar en compañía de su esposo, su hijo y su mamá. “Esa noche la satisfacción fue inmensa; por fin estábamos en nuestra casa y no me cabía la felicidad de saber que la habíamos arreglado a nuestro gusto. Tuve la fortuna de poder poner el piso, las puertas, los closets, la cocina y todo lo necesario para que el apartamento quedara como nos lo habíamos imaginado”, cuenta emocionada Elvira.

Nacimiento de su hijo y de un proyecto

Desde que nació su hijo Jover Andrés, hace 6 años, Elvira comenzó a planear su proyecto de vida enfocado a la compra de vivienda para ella y para su familia, motivada principalmente por darle una mayor estabilidad a su hijo.

Cuatro atrás se ganó el subsidio de vivienda, pero veía aún lejana la posibilidad de tener su casa, ya que no contaba con ahorros suficientes para la cuota inicial. En ese momento, una amiga le habló sobre el acompañamiento de Comfama en la adquisición de vivienda y Elvira ingresó al programa Camino a mi Casa, que se convirtió en la clave para alcanzar el propósito que tenía.

Familia Elvira Bello

“Al principio vi este plan como algo muy difícil, pero sabía que tenía que hacer muchos esfuerzos para lograr este sueño. Empecé a vender ropa por catálogo y a vender manualidades buscando tener recursos adicionales. Personalmente el acompañamiento de Comfama me sirvió muchísimo. Antes no ahorraba dinero, pero hoy en día pienso distinto. Ya cumplí la meta de tener vivienda, pero el hábito del ahorro es algo que sigo practicando a diario porque es muy importante. El acompañamiento de Comfama le ayuda a uno a organizar el proyecto de vida para ponerse unas metas e irlas cumpliendo poco a poco”.

Para nadie es un secreto que cuando uno está en casa ajena, está expuesto a que en cualquier momento le digan a uno que tiene que desocupar y nunca hay una tranquilidad completa. Por eso, tener una casa propia da una paz muy grande

 Un trabajo para servir a la comunidad

El siguiente plan de Elvira, luego de adquirir su vivienda, es seguir capacitándose y estudiando. En la actualidad trabaja para la Fundación Greeenland en un centro de integración comunitaria como promotora de educación con niños, jóvenes y adultos. Allí acompaña diferentes servicios para la población: biblioteca, club de lectura, cineclub, refuerzos escolares, entre otros.

“Este es un espacio en el que los niños aprovechan al máximo el tiempo y es un trabajo que me apasiona; de hecho, en estos momentos estoy estudiando una Licenciatura en Educación Infantil en la Universidad Uniminuto. Estoy muy encarretada con este pregrado y me gustaría seguir especializándome. Mi sueño es seguir ayudando a la comunidad en los temas educativos que son tan importantes para el futuro de los niños y niñas de la región”.

Elvira asegura que hay que tener fe y confianza en que se pueden lograr las cosas con disciplina y con la unión familiar. “El apoyo entre todos es fundamental. En el caso de la compra de vivienda, las empresas juegan un papel muy importante, así como el Gobierno y las Cajas de Compensación Familiar, pues gracias a los subsidios que brindan es posible tener una vivienda propia en un entorno de calidad”.

Elvira y su familia

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