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Día Internacional de las Niñas en las TIC

"Quiero hacer parte de un mundo en el que las niñas puedan elegir su pasión"

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"Quiero hacer parte de un mundo en el que las niñas puedan elegir su pasión"

Muchas veces escuchó que "los robots, la ciencia y las matemáticas son para los hombres", pero eso no la detuvo de representar al país en el reconocido torneo de robótica IYRC en Corea del Sur, construir junto a otros niños y niñas del mundo un cohete en la NASA y desarrollar un prototipo de dispositivo que purifica el aire contaminado.  

María Camila Mesa Botero es audaz, curiosa y estratégica. A los tres años aprendió a navegar un velero y a los siete eligió asistir al semillero de robótica de su colegio, el Montessori. “Ahí me di cuenta de que la tecnología era algo que siempre había estado conmigo, en mi ADN”, dice, sintiéndose orgullosa por haberle permitido a aquella niña de primero de primaria ser gobernada por el deseo de explorar y no por el miedo al qué dirán.  

“Lo que más me gusta de mí es que no me dejo opacar. Claro que me han dicho que no voy a ser capaz. Es que, aunque estemos en un siglo súper avanzado, la sociedad nos sigue repitiendo a las niñas que no somos tan buenas o no deberíamos ser tan buenas en matemáticas, física o química, pero decir que una niña no es buena en las ciencias es como decir que los hombres no son buenos cocinando. Eso no tiene fundamento. Todos son buenos si hacen lo que les gusta”. 

Aunque más de 100 años la separen de Marie Curie, su referente, María Camila cuenta que tienen muchas cosas en común: “las dos hemos estado en proyectos en los que hay muy pocas mujeres o incluso ninguna diferente a nosotras, pero no hemos dejado que eso nos detenga de seguir el corazón”.  

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Sin embargo, es consciente de que el poder elegir su propio camino no es una cuestión que dependa únicamente de su determinación. “Yo sé que no todas las niñas son tan privilegiadas de tener acceso a estudiar y trabajar en lo que les gusta. Quiero hacer parte de la construcción de un mundo en el que cada niña cuente con la posibilidad de decidir y seguir su pasión”, manifiesta. 

Por eso su sueño, además de ser cirujana cardiovascular para salvar vidas con las TIC como aliadas, es inspirar a otras niñas y, así, abrirles espacio en los escenarios de aprendizaje, desarrollo, participación y disfrute de la tecnología, donde aún hoy existen profundas brechas de género. ¿Sabías, por ejemplo, que menos del 30 % de los investigadores del mundo son mujeres, así como menos del 15 % de los líderes en el sector de las TIC? 

Según María Camila:

“La desigualdad es un constructo social que se puede cambiar dejando de lado los estereotipos y la indiferencia. Si decimos más ‘no estoy de acuerdo’, si conversamos y empezamos a dejar de repetir esas frases de prejuicios, el cambio va a llegar hasta las personas que toman las decisiones importantes”. 

Más que robots y torneos 

Junto a su equipo ha fabricado sus más valiosos aprendizajes, que trascienden de la programación de un dispositivo o el triunfo en una competencia a enseñar sobre la vida misma. Su mamá Liliana cuenta que “lo mejor de ver a María Camila cumplir sus objetivos con tanto amor y entusiasmo es ser testigo de todo lo que vive en el proceso”. 

Cuando a ella y a sus compañeros les notificaron que habían sido los seleccionados para representar a Colombia en Corea del Sur, su primera pregunta fue: “¿cómo nos vamos a organizar para que todos podamos ir?”. Lideró, entonces, una campaña de ventas, rifas y donaciones para recaudar el dinero necesario para que cada miembro del equipo pudiera viajar hasta el otro lado del mundo.  

Y lo logró. De ese trabajo de recolección de fondos, de hecho, nació su emprendimiento Decamibakery, en el que vende brownies y tortas, resultado de otra de sus pasiones: la cocina. “Sí, la adrenalina de ganar en una competencia es lo máximo, pero al final del día no se compara con todo lo aprendido en el hecho de participar, trabajar en equipo, pensar en nuevas ideas”, expresa. 

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Además, procura siempre compartir aquellas lecciones con otros jóvenes como ella. Luego de haber reunido experiencias innumerables en un campamento de verano en la NASA, donde diseñó un cohete y experimentó en un ambiente simulado, llegó a su colegio a proponer la apertura de un nuevo semillero aeroespacial para continuar explorando estos temas junto a sus compañeros. 

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"Sí se puede” 

Para María Camila, la palabra imposible no existe: “solo hay cosas un poquito más difíciles que las otras”. Y eso, en gran parte, es gracias al acompañamiento y la motivación de sus padres. “El ‘sí se puede’ es el lema de esta casa. Con propósito, paso a paso, amorosamente, haciendo el bien a nosotros mismos y a la humanidad, todo se puede”, dice Liliana. 

“Como papás, siempre estamos muy atentos a todos los caminos que María Camila se plantea. Nos encantaría que esto sirviera de inspiración para que otros padres apoyen a sus hijos con sus sueños; ellos necesitan a esos papás presentes, que creen en ellos y que los escuchan”. 

Así que, ya sea construyendo un robot, practicando taekwondo, participando como voluntaria en la Fundación Evolución del Pensamiento, horneando unos brownies o simplemente compartiendo con sus amigas, María Camila tiene la certeza de que sus búsquedas parten de la posibilidad. 

“Y así debería ser para todas. A las niñas les digo: sigan haciendo las cosas que les gusta, que nadie las opaque y que su corazón siempre les diga hacia dónde ir”, concluye la joven de 14 años que está programando una realidad diferente.

Escucha su historia completa en nuestro podcast #LaConversación: 

Cada cuarto jueves de abril se celebra el Día Internacional de las Niñas en las TIC con el objetivo de derrumbar las profundas brechas de género que aún existen en el estudio y el disfrute de la ciencia y la tecnología. Gracias a otras #MujeresLíderes que han roto paradigmas, las niñas del presente, como María Camila, son las autoras del futuro.