Tal vez no lo sabías: las mujeres en Colombia suelen destinar en promedio 17 horas semanales más que los hombres al cuidado doméstico, según el Dane. El trabajo remunerado del hogar, al que se dedican alrededor de 700 mil personas en el país, es informal para la mayoría de ellas, que son mujeres. No obstante, todas estas labores que se realizan en casa tienen un valor económico de casi el 20 % de nuestro Producto Interno Bruto, mayor al del comercio, la administración pública y la industria manufacturera.
Por todo esto, y porque la población mundial está envejeciendo y necesita servicios de cuidado de calidad, en los últimos años ha cobrado fuerza en el mundo el concepto de economía del cuidado.
¿Qué es la economía del cuidado?
Son las actividades, remuneradas y no remuneradas, que sostienen de las necesidades vitales de los seres humanos para que la sociedad funcione como la conocemos. Andrea Londoño, activista de los derechos de las mujeres y directora de Hablemos de trabajo doméstico, la define esta como “el complemento a la Economía tradicional que muestra que el trabajo no solo es lo que se hace de puertas para afuera de la casa, sino que las tareas del hogar también son parte de las dinámicas económicas del país”.
Desde Comfama le proponemos a Antioquia y al país una conversación abierta sobre cómo las empresas, el Estado, las familias y las comunidades reconocemoslas labores de cuidado para que más personas, en especial las mujeres, tengan la posibilidad de progresar, cuidarse a ellas mismas y descansar.
Conoce nuestra campaña por la formalización del trabajo doméstico.
¿Por qué hablar de cuidado del hogar?
Veamos un par de ejemplos.
Cuando la rutina diaria de una mujer es levantarse a las 5 de la mañana para hacer el desayuno, a dejar listo el almuerzo, llevar los hijos al colegio, salir a trabajar y, al final del día, limpiar la casa, preparar la ropa del día siguiente y hacer la comida, no le queda tiempo para cuidar su salud mental y física, prepararse para buscar un ascenso en su trabajoo dormir reparadoramente.
O, ¿qué pasa si una madre cabeza de hogar consigue un empleo tiempo completo yno tiene quién cuide de sus hijos más pequeños o a su papá enfermo? Esa responsabilidad puede quedar en manos de su hija mayor, quien debe sacrificar tiempo de estudio para estar pendiente del abuelo o los hermanos, o de una vecina o familiar que también tiene que trabajar para subsistir, por lo cual no puede dedicarse 100 % a esa tarea.
Lo que propone la economía de cuidado para combatir este tipo de problemas sociales es concebir las actividades del hogar como un trabajo porque se planea, se ejecutan tareas, genera riqueza y requiere tiempo y esfuerzo; también como una responsabilidad que va más allá de las mujeres o del ámbito doméstico y en el que deben involucrarse:
El Estado, a través de políticas públicas y la implementación de sistemas de cuidado para las familias. Los programas como Buen Comienzo son un ejemplo.
Las empresas,creando y garantizando entornos para que las personas puedan cuidar y a la vez permanecer en el mercado laboral, como las salas de lactancia, los horarios flexibles o el trabajo remoto.
Las comunidades, tejiendo redes que apoyen a sus integrantes en las tareas de cuidado, como los comedores y las madres y padres comunitarios.
Y las familias, concibiendo el trabajo doméstico como corresponsabilidad y replanteando la forma en que se viven estas actividades dentro del hogar para garantizar el cuidado de todos sus integrantes.
Para aterrizar la participación de todos estos actores, la economía del cuidado propone 5 acciones:
Las 5 erres del cuidado
Reconocer que las labores de cuidado, sean remuneradas o no, son trabajo porque requieren tiempo y energía; y no son una obligación, sino una decisión que debe partir de la libertad de quien lo ejerce.
Redistribuir estas responsabilidades entre el Estado, el mercado, la comunidad y las familias, para que no se queden en el ámbito doméstico y, mucho menos, en manos de las mujeres, quienes también necesitan tiempo para trabajar, descansar ycuidarse a ellas mismas.
Reducir la carga de actividades de cuidado en las personas que más horas invierten en ellas, para que se encuentren con más oportunidades de bienestar y progreso.
Retribuir o remunerar la labor de quienes se han dedicado toda la vida a cuidar. Esto se logra a través de la formalización de los trabajos de cuidado y de políticas públicas que garanticen que las personas dedicadas a estas labores, así no reciban sueldo por ello, vivan de forma digna.
Representar es propiciar espacios para conversar sobre los derechos y necesidades de quienes cuidan, para generar oportunidadesque mejoren sus condiciones de vida.
Para entender cuál es el valor del trabajo doméstico en nuestra sociedad y qué se está haciendo en Colombia y Antioquia para reconocerlo, redistribuirlo, reducirlo, representarlo y retribuirlo,conversamos con Valentina Montoya, doctora en Derecho y profesora de la Universidad de Los Andes, Cristina Amariles, coordinadora del Plan de Economía del Cuidado de Antioquia, Luz Dary Velásquez; lideresa del sindicato de trabajadoras remuneradas del hogar Sintraimagra, Laura Moisa, profesora de la Universidad Nacional y Luisa García, responsable de Género y Juventud en Comfama.
Lo que proponemos en Comfama para reconocer el cuidado como trabajo
Guía interactiva y asesoría sin costo para la afiliación a la seguridad social
Con la intención de que más empleadores de trabajadoras remuneradas del hogar se unan a los más de 25 mil en Antioquia que actualmente cumplen con su deber legal y ético, creamos una herramienta digital que acompaña en el proceso de afiliación a la seguridad social. Conoce el paso a paso interactivo
También contamos con servicio de asesoría sin costo para la afiliación a la seguridad social para cualquier habitante de Antioquia.
Escuela de cuidado del hogar
Desde mediados de septiembre de 2022, 35 trabajadoras remuneradas del hogar afiliadas a Comfama emprenden un camino de aprendizaje hacia el futuro que sueñan. Ellas son parte de la Escuela de cuidado del hogar, un programa de Comfama en alianza con el Cesde para potenciar y certificar sus destrezas.
Durante 18 horas de aprendizaje teórico - práctico, en las instalaciones del Cesde y comoparte del programapiloto, las participantesafianzan sus saberes sobrecocina y mercado saludable, crianza positiva, cuidados paliativos, primeros auxilios básicos, defensa personal, seguridad en el trabajo y cuidado y limpieza. También, aprendieron sobre economía y sector de cuidado, derechos laborales, comunicación efectiva, manejo seguro de dispositivos móviles y finanzas personales.
¡Abrimos convocatoria para el 2023!, esta vez con una duración de 45 horas académicas en total. Puedes inscribirte aquí.
Nueva edición de Revista Comfama sobre el cuidado
El cuidado es trabajo ¡debe ser digno y reconocido! Te traemos una nueva colección de historias reales que honran los trabajos de cuidado y proponen reflexiones sobre cómo lo dignificamos en nuestros entornos.
Ya está al aire. ¡Léela!
Evento #LasTesasDelHogar
Más de 130 personas nos reunimos en bodega / Comfama y nos regalamos un tiempo para nosotros mismos, para mirar hacia adentro y preguntarnos qué es el cuidado, cómo lo distribuimos en nuestros hogares y de qué formas reconocemos la labor de las personas que se dedican a él, sea de forma remunerada o no remunerada. Como sabemos que el cuidado es un trabajo del que no deben ocuparse solo las mujeres, sino todos los actores de la sociedad, incluidas las empresas, contamos con una zona permanente de recreación para niños y niñas. Así, las actividades de cuidado en casa no fueron una barrera para participar en un día dedicado al reconocimiento del trabajo doméstico remunerado y no remunerado.
Campaña El cuidado del hogar #EsTrabajo, no un favor
Durante el 2022hemos propuesto reflexiones a través de publicacionesen redes sociales, videos y una temporada del podcast #LaConversación, sobre la importancia de la formalización del trabajoremunerado del hogar. También hemos contado historias de mujeres dedicadas al cuidado que hanprogresado y alcanzado sus propósitos a través de él