Logo Comfama
Ayuda

Huertas, saberes y alimentos: reconectarse con la tierra desde casa

Cultivar en el hogar, un hábito sostenible que sirve de alimento, medicina y decoración.

Huertas, saberes y alimentos: reconectarse con la tierra desde casa
Huertas, saberes y alimentos: reconectarse con la tierra desde casa

El alimento es la energía vital que nos nutre en un proceso casi alquímico que, aunque solemos creer que sucede entre nuestras papilas gustativas y nuestro aparato digestivo, su origen se remonta a las raíces, las semillas, el agua, el sol y la tierra. 

En el campo esta relación es más visible: basta con activar los cinco sentidos y percibir cómo los ciclos de vida se mantienen en profunda conexión. Sin embargo, desde las ciudades, cuyos entornos cada vez más expandidos nos protegen e impulsan desde la artificialidad, es posible alejarnos de esta noción esencial.  

La permacultura urbana es una apuesta por regresar a ella. A sus distintas posibilidades de brotar alimento, germinar frutos y enseñarnos sobre armonía, paciencia, humildad y respeto.  Esta filosofía, que nació alrededor de los años setenta en Australia, parte de percibir y convivir con la capacidad regenerativa de la tierra en nuestros entornos cotidianos desde tres principios éticos: 

  1. El cuidado de la tierra. 

  1. El cuidado de los seres. 

  1. La repartición equitativa de los excedentes. 

Los ciclos vitales se mantienen en profunda conexión y la permacultura urbana nos brinda la posibilidad de reconocernos parte de ellos desde el respeto y la sostenibilidad. 

Los caminos en la búsqueda de una existencia más sostenible y en armonía son muchos, y van desde la educación, el uso de las tecnologías, la economía circular o la agricultura. Esta última, imprescindible desde el instante en el que el ser humano logró entender y domesticar las plantas a su alrededor, recoge un poder inmenso a la hora de pensar tanto en cambios globales como en transformaciones significativas de nuestros hábitos.  

De hecho, algo tan simple como cultivar el alimento propio puede ser la crisálida de una metamorfosis individual y colectiva, no solo porque disminuye la huella de carbono que rodea los procesos de los cultivos masivos, como el uso de químicos, empaques plásticos y largas rutas de transporte, sino porque regala un contacto primario que reconecta, da sentido, es la vía primaria de aprendizaje y regala consciencia: el de las manos con la tierra. ¡No es gratuito que de niños lo buscáramos todo el tiempo! 

Reproducir alimentos que todo el tiempo consumimos es muy sencillo si convertimos algunos espacios urbanos como balcones, terrazas, patios o ventanas en escenarios de vida. 

Si deseas explorar con más profundidad la filosofía de la permacultura urbana, revive la conversación que tuvimos con Diana Rúa en nuestros Sábados Perpetuos:

Si, por otro lado, vives en el campo y cuentas con un terreno en el que puedes probar distintos métodos de compostaje y agricultura biodinámica, te recomendamos nuestra más reciente edición de Huellas y Saberes, en la que aprendimos sobre esto de la mano de José Israel Osorio y Ana Quintero, agricultores de El Carmen del Viboral:  

¡Descubre nuestra escuela de naturaleza y sostenibilidad

Aprende a iniciarte en la jardinería, cómo crear tu propio huerto, preparar abonos orgánicos, decorar tu hogar con plantas ornamentales y mucho más en nuestra escuela de naturaleza y sostenibilidad. 

Cultivar el alimento propio nos reconecta con la tierra. Haz de tu balcón, terraza, patio o ventana un espacio para la vida:  

  • Aprovecha el material orgánico con el que cuentas en casa: identifica vegetales y hierbas de hojas, raíces o semillas para darles una oportunidad de rebrote. 

  • Esta también puede ser una excusa para aprender sobre sostenibilidad: usa como recipientes para tu huerta elementos reciclados como cajas de leche, envases de huevos o botellas de plástico. Asegúrate de dejar un sistema de drenaje. 

  • Entra en armonía con los demás elementos: la tierra, la luz, el agua y el aire son los principales nutrientes de nuestros alimentos. 

  • ¡Disfruta del proceso! 

 Para rebrotar vegetales como lechugas, remolachas, ajos, cebollas y apios: 

  • Toma los que consumes cotidianamente y verifica que el lugar del que salen sus raíces esté íntegro. 

  • Quítales la capa externa de hojas. 

  • Ubica el tallo en un recipiente con agua para estimular el crecimiento de las raíces. 

  • Cuando estas comiencen a brotar, están listos para el tránsito a la tierra. 

  • Trasplántalos a una maceta o recipiente reciclado con buen drenaje en un lugar donde puedan recibir sol. 

  • Riégalos periódicamente y disfrútalos cuando salgan los rebrotes. 

 Para rebrotar pimentones, tomates o alimentos desde sus semillas: 

  • Abre la fruta o el vegetal y extrae las semillas de su interior. 

  • Lávalas en un colador para limpiar el exceso de membrana gelatinosa que las envuelve.  

  • Prepara un semillero con sustrato rico en materia orgánica. ¡Para este proceso funcionan muy bien las canastas de huevos! 

  • Ubica las semillas dejando espacio entre ellas y recúbrelas con una suave capa de tierra.  

  • Hidrátalas constantemente controlando con atención la humedad. 

  • Cuando germinen las semillas, trasplántalas a una maceta o recipiente reciclado de mayor tamaño.  

Volver a tener contacto con la tierra a través de la permacultura urbana: 

  • Fomenta el consumo responsable. 

  • Nos reconecta con los ciclos y las dinámicas naturales. 

  • Brinda alimentos sanos, nutritivos, ecológicos y libres de químicos.  

  • Puede convertirse en nuevo pasatiempo o forma de meditación personal o familiar.  

  • Rescata y celebra los saberes tradicionales del ser humano.

Escuela de naturaleza

¡Conoce nuestros cursos virtuales!

En nuestra escuela de naturaleza y sostenibilidad te damos todas las herramientas para darle vida a tu hogar a través de la jardinería.