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Compartir con la tribu: el trabajo, un lugar para la amistad

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Compartir con la tribu: el trabajo, un lugar para la amistad

Una de las tradiciones ancestrales de la isla japonesa Okinawa es la conexión moai, que nació cientos de años atrás cuando los agricultores de la región comenzaron a compartirse información para mejorar sus cultivos.

Crear estos lazos de apoyo mutuo, confianza y comunicación se convirtió en una tradición de amistades que, según investigaciones, se considera uno de los factores principales de la longevidad actual de los habitantes del pueblo.

Tejer red y reunirse con el propósito común de crecer y también gozar juntos hace de la existencia una travesía inspiradora. En Medellín, lejos de Okinawa, existe un lugar que lo sabe y lo ha convertido, además, en el pilar rector de sus procesos creativos. Se trata de Duende, un laboratorio de contenidos hecho por amigos, entre amigos y para amigos que busca expandir la mirada de las marcas a través de las historias.

“Con un arroz con jengibre delicioso que nos cocinó Sarita Palacio hace tres años en su casa”, recuerda Juan José Ramírez, hoy coordinador de Estrategia y Proyectos Especiales de Duende, “ella nos invitó a darle forma a un proyecto que hiciera realidad dos cosas esenciales: generar empleo y hacer amigos”.

Días después, en un café llamado Creador —las casualidades siempre acompañando la vida—, nació Duende. Su lema es “juntos hacemos magia” y, según explica Juan José, en esas tres palabras se condensa su esencia:

“Antes de conjugar el verbo hacer y mucho antes de que el resultado sea la magia, está la palabra juntos. Sin ese juntos, no somos”.

Como lo haría una amiga emocionada por convidar a los suyos a pasar un buen rato, Sarita compró un café especial para darle apertura a las nacientes oficinas de la Casa Duende. Tres años después de comenzada la aventura, aún con el café como el compañero de ideas y ahora cada uno desde su hogar debido a la pandemia, el manifiesto de hacer magia juntos se ha multiplicado.

Ya son 31 personas provenientes de distintas disciplinas las que trabajan, recochan, proponen y crean contenidos en este “combo de duendes”.

Samuel González, coordinador de Relacionamiento, asegura que “todo en Duende pasa por la amistad, desde la forma en la que convivimos como equipo hasta las relaciones que gestamos con nuestros clientes. Incluso, desde la misma competitividad, considerarnos como tal impulsa que todo salga mejor mientras disfrutamos del proceso”.

Para él, poder hablar con franqueza, perder el miedo a las equivocaciones y entender que nunca estará solo ante los “chicharrones” son las mayores ventajas de trabajar entre amigos.

“A veces separamos mucho la vida y nos olvidamos de que somos un ecosistema. Los espacios laborales, si son compartidos, nos permiten, además de producir, preguntarle al otro cómo está, crear códigos de amistad y, en medio del afán del día a día, darle espacio al juego, a la empatía y al encuentro entre seres humanos que somos, hasta en las pequeñas acciones, como un correo o un chat”.

María Camila López, coordinadora Editorial, también agradece sentirse respaldada por su equipo “no solo en el ámbito profesional, sino en la vida misma, con guiños que, más que de colegaje, son de complicidad y amor”, dice. “Hay días que quedan grandes y recuperar la risa, desahogarse o simplemente recibir apoyo espontáneo y genuino es un efecto transversal de hacer magia juntos”.

Esto no ha sido producto del azar. Cuenta María Camila que existe una intención organizacional desde el liderazgo para que se viva así, comenzando por el contagioso ejemplo de Sarita y por el credo que acompaña al equipo, cuyo primer elemento es “creemos en la gente”.

Por eso, desde las búsquedas de nuevos talentos en las convocatorias, según la editora, “no nos vamos por los más tesos, sino por los más humanos. Las capacidades las vamos construyendo entre todos. Lo que sí tenemos claro es que trabajar con buenas personas y con amigos es lo que hace la verdadera diferencia".

Y eso también implica un reto. Como líder de los periodistas, María Camila se pregunta constantemente: “¿cómo voy a hacer para mantener la confianza? ¿Cómo voy a impactar la vida no solo de quienes son mi equipo sino también mis amigos? ¿Cómo voy a convertirme en una persona cada vez más inspiradora? Aprendo todos los días y les agradezco su presencia como familia, como cómplices de vida que me motivan a nutrirme”.

Entre cafés, cervezas, informes de tareas que terminan siendo cartas y trasnochones de “voleo y karaoke” —el equipo tiene su propia playlist en Spotify para escuchar música juntos mientras trabajan— estos amigos han reafirmado lo que siglos atrás los agricultores de Okinawa descubrieron: disfrutar juntos y compartir nos hacen mejores y más fuertes.

“El relacionamiento”, dice Juan José, “es una estrategia natural de los seres humanos para sobrevivir, sin embargo, la amistad, en cualquier contexto, es producto de creer que la magia del otro con la propia no suman, sino que multiplican”.

¿Sabías que las sociedades que confían más tienen mejor desempeño económico, político y social, mayores niveles de seguridad y menos problemas de salud mental? Queremos promover la conversación y el compartir con la tribu como uno de los hábitos que nos guían al buen vivir.

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