Conoce una serie de hábitos que influyen de manera directa tu salud, un estado de bienestar no solo en tu cuerpo sino en tu mente, relaciones y comunidad.
12 claves para cultivar un estilo de vida saludable y equilibrado

- Salud: un estilo de vida
- ¿Y qué es un hábito?
- 12 caminos para el buen vivir
- Inspírate con historias
¿Qué es un estilo de vida saludable? Sentirnos y estar bien. Ese es quizá el propósito que todos de alguna y otra forma perseguimos cada día, por el que muchas veces hacemos pequeñas pero significativas transformaciones en nuestra cotidianidad y con el cual quisiéramos mantenernos conectados a pesar del afán que a veces parece invadir los días. Pero, ¿qué tan conscientes asumimos realmente esta voluntad en nuestras vidas?
A veces, hacer un pare en el camino para preguntarnos por nuestra salud es necesario. Sobre todo, si la entendemos como algo que va mucho más allá de la ausencia de enfermedades en el cuerpo y trasciende a ser un estilo de vida que implica la gestión de nuestras emociones y el cuidado, disfrute y progreso de nuestros entornos familiar, social, laboral, comunitario e incluso planetario.
Desde Comfama hemos estudiado caminos para cultivar una vida sana y equilibrada, para así impulsar proyectos de vida conscientes y largo plazo. Integrando las Ciencias del Comportamiento, hemos identificado 12 claves que impulsan esta transformación, 12 hábitos que influyen de manera directa en el bienestar de las personas, las familias, las ciudades y la humanidad.
¿Qué es un hábito?
Cada hábito nace de las pequeñas decisiones que, repetidas, se fortalecen en una conducta que forja un resultado determinado. James Clear en su libro Hábitos atómicos, insiste en que “las pequeñas acciones que repetimos todos los días de manera casi automática” son las que definen y configuran las personas que somos y llegaremos a ser.
Por eso, los hábitos tienen el inmenso poder de mejorar la experiencia de vida individual y colectiva, sobre todo porque ninguno sucede de manera aislada. Están interconectados y, al alimentar uno, probablemente estés nutriendo el otro, como una cadena. Por ejemplo, practicar actividad física conlleva en muchos casos a alimentarse mejor.
A continuación te presentamos 12 hábitos potentes para que los integres en tu vida. Así que, ¡adelante! Elige uno o varios hábitos desde los que desees comenzar a dar los primeros pasos para transformarte y déjate contagiar del bienestar que produce estar conectado con tu salud de forma integral. Recuerda: somos nuestros hábitos.
¿Cómo llevar un estilo de vida saludable?
1. Alimentarse saludablemente
El más frecuente y universal de los hábitos, la alimentación, es un pilar clave para la prevención de enfermedades crónicas y el desarrollo de la energía física.
David L. Katz, presidente de True Health Initiative, asegura que la dieta es el predictor número uno del estado de la salud humana.
Si bien cada cuerpo es único, para la mayoría de personas resulta favorable una dieta basada en vegetales, frutas, carbohidratos compuestos, granos enteros, nueces y proteína.
2. Practicar actividad física
De acuerdo con la OMS, la actividad física no solo abarca el ejercicio, sino también otras prácticas que entrañan movimiento corporal y se realizan como parte de los momentos de juego, transporte activo, tareas domésticas y actividades recreativas.
Encuentra la manera de moverte que más resuene contigo, puede ser desde bailar hasta caminar por la montaña, y asegúrate de reservarle un espacio en tus días. Está demostrado que hacerlo tiene repercusiones físicas, psicológicas, emocionales y sociales.
3. Dormir reparadoramente
¿Sabías que el 89% de las personas exitosas duermen al menos siete horas diarias? En el sueño el cerebro se recarga para que en la vigilia pueda funcionar en pleno rendimiento. Por eso es el complemento necesario para un metabolismo sano y sin él los procesos de alimentación y actividad física no completan su ciclo en el organismo.
Además, el descanso profundo es fundamental para la salud mental. El doctor Rubin Naiman asegura que es el que nos permite la recuperación tisular, el balance hormonal, la consolidación de la memoria y el manejo del estrés.
Dormir mal se expresa con somnolencia, fatiga, irritabilidad, comportamientos agresivos y accidentalidad, y puede ser factor de riesgo para contraer enfermedades como el alzhéimer, la diabetes, ansiedad y depresión.
4. Regular excesos
The Happiness Report 2020 presenta evidencias de cómo el aumento de las adicciones es un obstáculo para alcanzar la felicidad. Por eso hay hábitos que no consisten en fomentar una práctica sino en abstenerse de ella.
Este es un llamado a la moderación con aquellas que deterioran la salud física y mental como el licor, el tabaco, la ludopatía y la ciberadicción.
5. Meditar o realizar prácticas de atención plena
Para nutrir este hábito no se necesita ser un yogui experto, sino simplemente percibir y sentir el presente con todos nuestros sentidos. Cepillarnos los dientes, leer en silencio, dibujar, tejer, respirar con consciencia o comer disfrutando de los olores y sabores son oportunidades de vivir en atención plena.
¿Sabías que hacerlo de 10 a 15 minutos al día puede producir cambios profundos en la estructura cerebral?
Un estudio del Hospital General de Massachusetts realizado con personas que meditan encontró que en ellas se producen cambios en varias áreas del cerebro, incluyendo el crecimiento en las asociadas con la memoria, la empatía y la regulación del estrés.
6. Estudiar y leer
Borges definió estos dos actos como “formas de la felicidad” y no es algo casual. Dicen que el cerebro es como un músculo que, si no se ejercita, se debilita.
Gracias a una propiedad muy especial llamada neuro-plasticidad, aun siendo adultos, podemos seguir aprendiendo, aumentando nuestra curiosidad, recibiendo información, despertando la imaginación y dándole vida a nuevas ideas.
7. Trabajar con propósito
A través de nuestro trabajo le aportamos valor a la sociedad y a la vez nos sentimos valorados. Esto está directamente relacionado con la sensación de levantarnos cada mañana con una determinación, por lo que encontrar en nuestras labores una conexión con nuestro propósito de vida personal conlleva al gozo y a la autorrealización, dos motores decisivos para el bienestar individual que se traducen en bienestar colectivo.
Este concepto no se limita a las actividades remuneradas, pues en los niños, plenarios o personas con capacidades diversas también se aplica en sus tareas diarias y en la búsqueda de su vocación.
8. Ahorrar y consumir responsablemente
Creemos en que la educación financiera nos ayuda a comprender cómo gestionar el dinero, el ahorro y la inversión para mejorar nuestra calidad de vida y, además, reducir problemas económicos y evitar la escasez de recursos. Estos dos factores están asociados a la vulnerabilidad de la clase media y conllevan a la ansiedad e incluso al conflicto.
El consumo responsable parte de un replanteamiento de nuestras verdaderas necesidades, lo que no solo contribuye a una mejor salud financiera, sino a una sociedad más sostenible y justa, sirviéndose de nuestro poder para decidir y optar por opciones que construyen otros modelos de producción-distribución-consumo-desecho.
9. Transportarse sosteniblemente
La calidad del aire, el estancamiento en las calles y el ruido de motores y pitos son factores que impactan negativamente tanto el medioambiente como nuestra calidad de vida.
Evidentemente, un sistema de transporte eficiente y limpio aporta a la mitigación del cambio climático e impacta la productividad de las personas, permitiendo un mejor uso del tiempo por desplazamiento y una reducción significativa de estrés.
10. Disfrutar el ocio
El ocio es el principio esencial para que la cultura, el viaje y el juego estén en nuestras vidas. Da lugar a los acontecimientos del disfrute del silencio, el encuentro, la contemplación, la exploración, el movimiento, las risas, la música, la imaginación y la creación.
¡Balancear las responsabilidades de la vida con el disfrute pleno de la misma es esencial para el buen vivir!
11. Conversar y compartir con la tribu
Un estudio reciente en Estados Unidos encontró que 1 de cada 2 adultos mayores de 45 años sufre de soledad, una condición que, según el cirujano Vivek Murthy, tiene los mismos riesgos para la salud que fumar 15 cigarrillos al día.
Por eso, concebimos la pertenencia a una comunidad constructiva como un hábito que no solo nos hace partícipes de lazos de amor, amistad y solidaridad, sino que también nos permite mantenernos saludables y tener una vida llena de sentido hacia nosotros mismos y hacia los otros, enriqueciéndonos con visiones diversas y conversaciones poderosas.
12. Cuidar la comunidad y el hábitat
La relación con el lugar que habitamos y la naturaleza configura nuestro diario vivir. Un entorno cuidado, armónico y con espacios públicos, verdes y accesibles tiene más probabilidades de convertirse un hábitat tranquilo, seguro y saludable, con dinámicas de convivencia de confianza, comunicación, asertividad y co-responsabilidad.
¡Esta es nuestra visión integral de un estilo de vida sano y saludable! ¿Cuál de estos hábitos es el que más alimentas? ¿A cuál debes prestarle más atención?