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La ciencia detrás del amor: el amor tiene su ciencia

¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando nos enamoramos? 💓🧠 Retomemos la conversación de Shots de ciencia durante el Festival de Filosofía 2024.

Shots de ciencia Festival de Filosofía
  • ¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando nos enamoramos?
  • Amor a primera vista
  • "Locos de amor"
  • El desamor

¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando nos enamoramos?

El amor a menudo se percibe como un sentimiento puramente emocional, sin embargo, este está profundamente influenciado por una serie de procesos biológicos y químicos que suceden en nuestro cuerpo. Cuando nos enamoramos se activan ciertos impulsos que van más allá de lo que sucede en el corazón o en la mente; el cuerpo responde con una serie de reacciones que reflejan nuestra vinculación emocional que se produce por la atracción y el apego.

Amor a primera vista

Uno de los fenómenos más interesantes relacionados con el amor es el llamado "amor a primera vista" 💘 ¿Lo has escuchado alguna vez? Este impulso, que muchos describen como una reacción instantánea, está relacionado con la perfusión sanguínea: un aumento en el flujo de sangre hacia ciertos tejidos del cuerpo, como nuestras mejillas que se ruborizan o las reacciones que se producen en nuestras zonas erógenas.

Pero ¿será que las diferencias biológicas también influyen en cómo hombres y mujeres percibimos los estímulos?

Así es, las mujeres suelen ser más receptivas a los estímulos auditivos, mientras que los hombres responden más a los visuales. Esta distinción podría explicar, en parte, por qué ciertas características atraen más a unos que a otros. Además, el olor juega un papel importante; aunque no se perciba conscientemente, las feromonas (sustancias que secretamos fuera del cuerpo) pueden influir en la atracción o la repulsión hacia otras personas, modificando nuestras conductas sexuales y relacionales.

Estar locos de amor

Dentro de nuestro cuerpo existen dos tipos de procesos hormonales: los procesos endocrinos, que son aquellos que comunican cambios internos y liberan sustancias directamente a la corriente sanguínea: y existen aquellos que se proyectan al exterior mediante sustancias como las feromonas, que son hormonas exocrinas.

La dopamina, conocida como la sustancia química del amor romántico, tiene un papel clave en el proceso de enamoramiento, pues es responsable de los intensos sentimientos de euforia y apego, y sus altos niveles están asociados con la famosa expresión “estar loco por alguien”. No te preocupes, no es que estés loco, solo es el efecto que los altos niveles de dopamina pueden tener en tu cuerpo.

Sin embargo, cabe resaltar que no todos los impulsos de apego significan amor, pues este sentimiento puede evolucionar o transformarse con el tiempo. Existen diferentes representaciones del amor que se transforman dependiendo del contexto sociocultural, pero que, en su mayoría, encuentran un punto común en la necesidad de ver una virtud o valor en la otra persona y que no se limitan únicamente a las respuestas químicas.

En términos biológicos, el amor romántico tiende a durar entre uno y tres años antes de transformarse en una emoción más estable y duradera. Durante esta transición, la dopamina disminuye y otras hormonas juegan un papel importante para mantener el vínculo afectivo en el que, más allá del enamoramiento, empiezan a prevalecer otro tipo de vínculos sociales que rigen nuestras formas de relacionamiento. La oxitocina, conocida también como la "hormona del abrazo", está implicada en la formación de estos lazos que perduran en el tiempo y su presencia puede marcar la diferencia entre el apego duradero y el desapego.

La biología del amor también se extiende a nuestras relaciones con otras especies. Por ejemplo, una mirada prolongada entre un humano y su mascota puede elevar los niveles de dopamina en ambos, mostrando que el amor y el apego no son exclusivos de los humanos. Incluso la música y la danza pueden influir en nuestras relaciones, actuando como formas de expresión y conexión que refuerzan los lazos sociales.

El desamor

El desamor es un sentimiento que afecta al cerebro de manera similar al dolor físico, activando la corteza cingulada anterior, una región asociada con el dolor emocional. Esto nos muestra que el desamor no es solo una cuestión emocional, sino una respuesta biológica que impacta directamente cómo nos sentimos. Durante una ruptura, la disminución de la dopamina y la oxitocina afecta la sensación de bienestar y puede llegar a provocar otros efectos como ansiedad y profunda tristeza.

Además, el desamor puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, desencadenando respuestas físicas como insomnio y cambios en el apetito. Estas reacciones son comparables a las que ocurren en situaciones de amenaza, reflejando la importancia de los vínculos afectivos para nuestra supervivencia. La biología del amor y del desamor está vinculada no solo a la reproducción, sino también a la cohesión social, pues los lazos que formamos contribuyen a nuestra capacidad de vivir en comunidad.

Aunque la intensidad del dolor varía, el desamor es parte de un proceso biológico natural que suele disminuir con el tiempo. La adaptación a la pérdida y la formación de nuevas conexiones sociales permiten la recuperación, destacando la resiliencia del cerebro humano. En última instancia, el desamor evidencia la importancia de los vínculos en la vida humana y su papel fundamental en nuestras relaciones sociales.

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