La medida busca reducir los excesos de pantallas y el acceso a redes sociales antes de los 16 años, protegiendo el desarrollo neurológico en funciones clave como el autocontrol, la toma de decisiones, la memoria y el aprendizaje.
Cosmo Schools, la red de colegios de Comfama, anunció una nueva política que regula el uso de dispositivos móviles y limita las redes sociales en las aulas. La medida busca proteger el desarrollo cerebral, así como el cuidado de la salud mental de niños y adolescentes ante la creciente evidencia científica sobre los efectos negativos de la exposición excesiva a pantallas y redes sociales. Este es un proceso que incluye a mentores, familias y estudiantes para la transformación de la cultura alrededor del uso de los celulares en el colegio.
La iniciativa, que se implementa con acompañamiento permanente, es que el acceso a redes sociales ocurra después de los 16 años y que el uso de los celulares sea para la comunicación necesaria con los familiares.
«Definimos esta política porque queremos privilegiar el colegio como el escenario ideal para el desarrollo de proyectos, el trabajo colaborativo, la interacción entre pares; para que los estudiantes se acerquen al conocimiento y la comprensión del mundo a través de la reflexión y el intercambio de las ideas», expresó Melissa Álvarez Licona, directora de Cosmo Schools.
Por su parte, David Escobar Arango, director de Comfama, agregó: «Estamos impulsando este diálogo porque entendemos que la educación debe responder a los desafíos de nuestros tiempos, manteniendo el bienestar de los estudiantes y sus familias en el centro. No se trata de condenar la tecnología, se trata de promover un uso consciente y un marco pedagógico para acompañar a los niños y jóvenes; entendemos que en esta apuesta las familias y el entorno social y cultural tiene un rol protagónico».
La neurociencia revela que tanto en la infancia como en la adolescencia el cerebro atraviesa etapas críticas de desarrollo: en los primeros años se consolidan funciones básicas como el lenguaje, la memoria, el vínculo afectivo y la integración sensorial, y entre los 10 y 25 años ocurre un proceso intenso de reorganización neuronal que lo hace especialmente vulnerable a estímulos externos.
Las redes sociales potencian esta vulnerabilidad mediante sistemas de refuerzo intermitente que activan los centros de recompensa cerebral de manera similar a las adicciones, por eso es crucial limitar su acceso antes de los 16 años, edad en la cual el desarrollo de la identidad está más consolidado y los jóvenes tienen mejores herramientas de autorregulación emocional.
Según el London School of Economics, limitar el acceso a redes sociales y pantallas evidenció mejoras del 14 % en rendimiento académico, mientras que la Universidad de California registró reducciones del 23 % en síntomas de ansiedad estudiantil tras implementar políticas similares.
Sobre la estrategia, Tatiana Londoño, mamá de Paulina y Miranda, de 4.° y 2.° en Cosmo Schools, destaca la relevancia del tema: «Me parece importante que trabajemos en conjunto por acompañar de manera responsable a nuestros hijos en esa interacción; que pongamos límites sanos y les enseñemos a habitar el mundo digital con consciencia, equilibrio, criterio y seguridad».
Cosmo Schools y Comfama reafirman el compromiso de formar y acompañar generaciones conscientes, autónomas y conectadas con su propósito de vida e invitan a las familias y al sector educativo a crear una alianza en favor de la salud mental y el bienestar de los estudiantes. Se trata de concebir a la tecnología como una aliada del aprendizaje y nunca como un sustituto del vínculo humano.
