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Creer en los sueños para hacerlos realidad, así es la historia de Alexandra y Edwin

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Creer en los sueños para hacerlos realidad, así es la historia de Alexandra y Edwin

“Todo surgió por la necesidad de cumplir sueños”, cuenta Alexandra Palacio cuando le preguntamos cómo se materializó la empresa que ahora tiene junto a su esposo, Edwin Valdés.

Valdés Palacio Obras y Servicios S.A.S es una organización que ofrece soluciones en arquitectura e ingeniería. La historia se remonta a cuando Edwin trabajaba como encargado de obra para su hermano y Alexandra era la coordinadora administrativa de la empresa de su tía. Ambos veían a sus respectivos jefes crecer y salir adelante, lo que les hizo preguntarse: “¿qué tal hacer lo mismo pero en nuestra propia empresa? Así empezó este sueño”.

Nos cuentan que ambos tenían temor, pero las ganas de salir adelante eran más grandes. ¡Y lo lograron! Vencieron sus miedos e hicieron todos los trámites necesarios para iniciar legalmente con su empresa. Valdés Palacio comenzó con un escritorio, que les vendió la tía de Alexandra, instalado en una habitación de su hogar.

Durante dos años trabajaron en las noches con uno o dos contratos que lograban conseguir al mes. Luego, comenzaron a ganar contratos más grandes, por lo que era necesario estar enfocados y al pie de este nuevo proyecto. Alexandra quiso renunciar a la empresa de su tía para poder dedicarse a la suya, pero su labor era tan importante y de tanta confianza, que no se lo permitieron. Lograron llegar a un acuerdo para que trabajara medio tiempo en las mañanas.

Así pasó un año, hasta que empezaron a conocerlos en otras empresas y a tener muchos contratos. Uno de ellos fue con Comfama, para construir una sede administrativa en Abejorral. Así se dieron a conocer en la Caja y comenzaron a trabajar de nuestra mano.

Entre seis empresas, Alexandra y Edwin ganaron la licitación para un contrato en regiones. “Presentamos toda la papelería y, cuando lo ganamos, casi nos enloquecemos”, cuentan con emoción. Finalmente, ella renunció al trabajo que tenía medio tiempo para dedicarse por completo a su propia empresa. En junio de 2017 los aceptaron como proveedores de Comfama. Desde entonces, año tras año han ganado varias licitaciones.

En ese momento solo ellos dos trabajaban en la empresa. Alexandra hacía las veces de mensajera, era la encargada del aseo y la que organizaba todo. Pero, debido al volumen de trabajo, se vieron en la obligación de contratar empleados. Actualmente son cerca de 70 personas, incluidos sus dos hijos, quienes se están formando profesionalmente en línea a lo que es la compañía de sus padres.

Gracias al esfuerzo que hacen día a día por ser mejores, cuentan con una calificación en Ariba de 100 puntos. “Y en el sistema de calificación que manejan los coordinadores de contratos también hemos llegado a 100 de 100, donde califican las obras, el cumplimiento, la atención al cliente, nuestros colaboradores en ejecución de obra, etc.”, cuenta Alexandra con orgullo.

Para ella lo más importante es el talento humano, más que el nombre que lleven en la escarapela. Lo fomentan a través de sus normas, en las cuales está, por ejemplo, ofrecer agua, tinto o aromática a quien sea que llegue, así sea un mensajero a llevar una factura. Expresa Alexandra que son cosas pequeñas que han hecho que Valdés Palacio sea un grupo muy lindo de un talento humano especial.

Lo más positivo que resalta de la alianza con Comfama es “creer en nosotros mismos, Edwin y yo lo creímos y lo creamos, es decir, definimos que íbamos a hacer una empresa y que íbamos a generar muchísimo empleo, empezamos Edwin y yo, con tres muchachos para ejecutar obra, y ya somos setenta”, concluye.

Una historia inspiradora que nos demuestra que, con planeación y dedicación, cualquier sueño es posible. Ahora Alexandra y Edwin hacen parte de nuestros proveedores conscientes, que nos ayudan día a día a cumplir nuestro propósito superior.